"A las plantas les trae sin cuidado Mozart"
El canadiense Wade Davis (Columbia Brit¨¢nica 1963) es etnobot¨¢nico, que es como ser un Indiana Jones de las plantas. Davis estudia sobre el terreno el mundo vegetal y la relaci¨®n que sostienen con ¨¦l las comunidades humanas. Ha rastreado las m¨¢s extra?as especies de plantas en los parajes m¨¢s inh¨®spitos, convivido con chamanes y brujos, experimentado con sustancias que pod¨ªan ser letales y participado en ingestas rituales de alucin¨®genos preparados por hechiceros ind¨ªgenas. Explorador residente de Nacional Geographic, Davis, que tambi¨¦n es antrop¨®logo, ha explorado las zonas m¨¢s desconocidas del mundo, del ?rtico canadiense a las selvas tropicales de Borneo, de las monta?as del T¨ªbet a la Amazonia. Ha descubierto la sustancia con la que se fabrica un zombie y hasta probado la exudaci¨®n de un sapo. El maravilloso libro que ha publicado recientemente en Espa?a (El r¨ªo, Pre-Textos) relata algunas de sus aventuras, pero es sobre todo una historia de amor: a la ciencia y a la aventura, a un maestro y a un camarada. El maestro es el gran explorador bot¨¢nico y padre de la etnobot¨¢nica Richard Evans Schultes (1914-2001), un hombre de la talla de un Darwin, un Humboldt o un Wallace, que orient¨® en Harvard los pasos de Davis y cuya carrera sigue el libro; y el camarada, Timothy Plowman (fallecido de sida en 1898), uno de los mejores investigadores sobre la planta de la coca, un amigo ¨ªntimo de Davis y el disc¨ªpulo preferido de Schultes.
"Si quieres entender las plantas medicinales, tienes que tratar con chamanes"
Respuesta. ?Las plantas nunca son aburridas! Pero la gente no las conoce. Recuerdo una vez un diplom¨¢tico que peroraba sobre la importancia de la cultura. Le interrump¨ª: "?Puede usted decirme la f¨®rmula de la fotos¨ªntesis?" No ten¨ªa ni idea. Y esa f¨®rmula es la vida en s¨ª misma, el vers¨ªculo por excelencia de la Biblia de la vida. Las plantas son muy interesantes, la gente piensa en ese libro horrible, La vida secreta de las plantas, que dice que reaccionan a la voz humana y a la m¨²sica, pero no se trata de eso. Tim y yo odi¨¢bamos ese libro. ?Por qu¨¦ a una planta le iba a importar una mierda Mozart! Ellas comen luz, ?no es mucho m¨¢s maravilloso que el que les pueda gustar la m¨²sica?
P. Schultes representa la segunda gran edad heroica de la exploraci¨®n cient¨ªfica.
R. Era ¨²nico. Pertenec¨ªa a otros tiempos. Cuando viajaba por el Amazonas los indios lo trataban de manera diferente a los dem¨¢s blancos. ?l era un solitario estudiante de las plantas, que no se preocupaba por medirles los cr¨¢neos o los pechos de las mujeres ni de salvar sus almas. Pod¨ªan entender lo que hac¨ªa, y por eso compartieron con ¨¦l su conocimiento del mundo natural. Ese mundo... ?sabe que hay indios que consideran que el cielo es verde, porque no pueden distinguir su verdadero color entre los ¨¢rboles? Schultes era feliz con lo que hac¨ªa, era famoso y sus estudiantes le adoraban. Pero estaba desconectado de su ¨¦poca, de la cultura pop.
R. Schultes trabajaba con chamanes, si quieres entender las plantas medicinales has de tratar con ellos y ellos usan alucin¨®genos. La forma en que confeccionan sus preparados, la ayahuasca, por ejemplo, revela mucho del sistema asombroso con que observan, clasifican y manipulan las sustancias que les brinda la selva. Es incre¨ªble c¨®mo en una zona en la que hay 18.000 especies de plantas, ellos aprenden a combinar dos distintas para crear un efecto bioqu¨ªmico perfecto. Los indios dicen que son las plantas las que les ense?an. La verdad es que es un verdadero milagro.
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