"Podemos vencer incluso en pista r¨¢pida"
El tren no se le escap¨® a Carlos Moy¨¤. A sus 28 a?os (Palma de Mallorca, 1976), le quedaban ya pocas oportunidades para ganar la Copa Davis y para un tenista de su calibre ¨¦se es un t¨ªtulo imprescindible. El gran momento le lleg¨® el pasado domingo en Sevilla. Se enfrent¨® a Andy Roddick en el cuarto punto de la final entre Espa?a y Estados Unidos y... no fall¨®. "Es el d¨ªa m¨¢s feliz de mi vida", dijo en la conferencia de prensa; "todo ha sido tal y como lo hab¨ªa so?ado. Mejor, imposible". Tras la cena de gala y las fiestas en dos discotecas, un caos la primera y una segunda llena de golpe al conocerse la presencia de los jugadores, Moy¨¤ viaj¨® ayer a Madrid y, con sus compa?eros, dedicar¨¢ hoy su triunfo a la candidatura ol¨ªmpica de Madrid 2012.
"Me jugaba mi futuro. La gente ya s¨®lo se habr¨ªa acordado de m¨ª por perder un punto decisivo"
"Siempre he tenido la tranquilidad moral de saber que lo hab¨ªa dado todo"
Pregunta. Un momento impresionante. ?C¨®mo lo vivi¨®?
Respuesta. Fue incre¨ªble, muy emocionante. Era el que hab¨ªa estado esperando siempre. Ten¨ªa ante m¨ª una ocasi¨®n que quiz¨¢ no tenga m¨¢s: poder resolver una final de la Copa Davis con mi punto y, adem¨¢s, contra el n¨²mero dos mundial, un contrincante tan potente como Andy Roddick, y ante 27.000 espectadores. Era un partido que me iba a marcar para el futuro. Era consciente de todo eso. Hab¨ªa mucha presi¨®n, pero respond¨ª bien. Me mantuve concentrado y con ganas de hacerlo bien. Todo sali¨® redondo.
P. Se sac¨® la espina clavada desde su ausencia en la victoria de 2000, en Barcelona, frente a Australia.
R. Una espina tal vez no. Pero ganar la Davis era un objetivo claro. Siempre hab¨ªa so?ado con ser el n¨²mero uno y con anotarme un torneo del Grand Slam y la Davis. He logrado las tres cosas. Es algo tan espectacular que a¨²n me parece incre¨ªble.
P. Sin embargo, el hecho de no poder estar hace cuatro a?os en el Palau Sant Jordi fue muy duro.
R. Sin duda. Aquello fue decisivo para meterme en la cabeza que alg¨²n d¨ªa ten¨ªa que levantar la Ensaladera. Siempre me hab¨ªa ilusionado. Y mi sue?o est¨¢ cumplido.
P. En su columna en el diario Sport ha escrito que llor¨® al abrazar a su madre tras su ¨¦xito.
R. Es cierto. En realidad, en el vestuario ya sent¨ªa ganas de llorar. Tuve que hacer un gran esfuerzo y debieron ayudarme mucho para contenerme. Luego, durante el partido, hubo otros momentos en los que me ven¨ªan las l¨¢grimas. Pero resist¨ª. Hasta que me encontr¨¦ con mi madre y v¨ª que ella estaba llorando. Entonces explot¨¦.
P. ?A qu¨¦ cree que fue debido?
R. No lo s¨¦. Acaso, a que ten¨ªa un deseo intenso de ganar este t¨ªtulo. O tambi¨¦n al hecho de que, tal y como le he comentado, sab¨ªa que el duelo con Roddick iba a marcar mi futuro. Si lo ganaba, tocar¨ªa el cielo. Pero, si lo perd¨ªa, todos los dem¨¢s triunfos de mi carrera habr¨ªan quedado mediatizados porque mucha gente ya s¨®lo se habr¨ªa acordado de que no hab¨ªa sido capaz de ganar un punto decisivo en la final de la Davis, de que hab¨ªa perdido ante Roddick. Supongo que lo acus¨¦ un poco. Pero lo que m¨¢s me satisface es comprobar que fui capaz de asumirlo y de no perder la calma.
P. ?Seguir¨¢ jugando la Davis?
R. No he pensado a¨²n en ello. Lo que ahora quiero es disfrutar de esta victoria. Pero soy un jugador que todav¨ªa puede dar calidad. Tengo 28 a?os. Pero, f¨ªsicamente, me encuentro en un gran momento. Creo que he hecho una gran temporada y ganar la Davis la ha convertido en excepcional. Vuelvo a estar entre los cinco primeros del mundo y en el Masters de Houston volv¨ª a sentirme un buen jugador, algo que no me ocurr¨ªa desde hac¨ªa tiempo. Recuper¨¦ la frescura perdida. Y eso me ayud¨® en Sevilla. Ahora me esperan unos d¨ªas de celebraciones y quiero disfrutarlas.
P. La Ensaladera completa su palmar¨¦s, de por s¨ª muy brillante.
R. Ser el n¨²mero uno [en 1999], ganar un grande [Roland Garros, en 1998], estar cinco veces en el Masters..., ya es mucho. Pero ganar la Davis era la guinda que me faltaba para rematar lo que, para m¨ª, es una grand¨ªsima carrera.
P. ?Qu¨¦ le pareci¨® la actuaci¨®n de Rafael Nadal ante Roddick y a lo largo de toda la competici¨®n?
R. Su partido frente a Roddick fue clave para imponernos en la final porque no s¨®lo le gan¨®, sino que tambi¨¦n le dej¨® muy tocado para el siguiente. Yo intent¨¦ aprovecharme de ello. Creo que tambi¨¦n hice un buen tenis. Por lo dem¨¢s, Nadal ha demostrado durante todo el curso que es un gran jugador de la Davis.
P. ?C¨®mo cree que se siente Juan Carlos Ferrero, relegado en esta ocasi¨®n?
R. Debe de sentirse bien porque ha ganado, a sus 24 a?os, su segunda Davis. Lo que debe pensar es que ha estado en tres finales y que ha levantado dos Ensaladeras. La diferencia entre ¨¦l y yo, en este sentido, es que yo no tuve la oportunidad de estar en el equipo en 2000 mientras que ¨¦l ha estado siempre. Ahora, una vez finalizada, la Davis es de todos. Hay un 25% para cada uno de los cuatro jugadores. Unas veces el h¨¦roe es uno y otras veces lo es otro. ?sta me ha tocado a m¨ª. Y no hay que darle m¨¢s vueltas.
P. Usted tambi¨¦n ha hecho algunos sacrificios.
R. S¨ª. He estado muy implicado en la Davis y ahora puedo recoger los frutos. Cuando eso ocurre, te das cuenta de que todos los sacrificios realizados han merecido la pena.
P. ?Tiene Espa?a equipo para seguir sumando t¨ªtulos?
R. Y tanto que s¨ª. Adem¨¢s, hay tenistas con nivel suficiente para ganar tambi¨¦n en cancha ajena. En la nuestra y en tierra batida ya hemos demostrado que somos imbatibles. Pero ahora podemos vencer incluso fuera, en las pistas r¨¢pidas. Y ¨¦se es un paso adelante muy importante.
P. ?Condiciona su felicidad personal haber ganado la Davis?
R. Me hace m¨¢s feliz. Pero siempre que pensaba en el momento de levantar la Ensaladera lo hac¨ªa sabiendo que, si no lo lograba, tendr¨ªa una gran decepci¨®n. Entonces, recapacitaba sobre que, en cualquier caso, hay muchas otras cosas importantes en la vida. En mi carrera ha habido grandes triunfos y grandes decepciones, pero siempre he tenido la tranquilidad moral de saber que lo hab¨ªa dado todo.
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