Un juez chileno procesa a un militar por el asesinato de V¨ªctor Jara
El cantautor fue brutalmente torturado tras el golpe de 1973
A los 31 a?os del asesinato del cantautor chileno V¨ªctor Jara, un juez logr¨® dar con la hebra de los responsables del crimen al procesar ayer al teniente coronel del Ej¨¦rcito Mario Manr¨ªquez y ordenar su detenci¨®n como autor del homicidio, realizado "con ensa?amiento y premeditaci¨®n". A sus 40 a?os, Jara, un creador prol¨ªfico, fue brutalmente torturado; los soldados destrozaron sus manos a culatazos antes de acribillarlo en el estadio Chile, en Santiago, donde estaba detenido, se?ala la resoluci¨®n del juez Juan Carlos Urrutia.
A pesar de que muchos detenidos le vieron en el Estadio Chile, rebautizado el a?o pasado como Estadio V¨ªctor Jara en homenaje a uno los mayores talentos de la m¨²sica en Chile, debieron pasar m¨¢s de tres d¨¦cadas antes de que se pudiera dictar un auto de procesamiento por el crimen, porque el Ej¨¦rcito no inform¨® de quien estaba a cargo del recinto de prisioneros.
El impacto por su asesinato, que todav¨ªa estremece a los chilenos, es comparable al que produjo el crimen del poeta Federico Garc¨ªa Lorca, a manos de los franquistas. "Este es un d¨ªa feliz para la cultura del pa¨ªs", afirm¨® el abogado querellante Nelson Caucoto, porque "se abren las compuertas para que pueda descansar en paz".
Como miles de otros chilenos, el 11 de septiembre de 1973, d¨ªa del golpe militar, V¨ªctor Jara permaneci¨® en su lugar de trabajo, la entonces Universidad T¨¦cnica del Estado, donde encabezaba el departamento de extensi¨®n y era director teatral, dispuesto a defender el Gobierno del presidente Salvador Allende. La universidad fue rodeada por militares, quienes detuvieron a cerca de 600 personas, entre estudiantes, docentes y personal administrativo.
Seg¨²n establece la resoluci¨®n en un minucioso relato, los detenidos fueron trasladados en buses hasta el Estadio Chile, un recinto techado, con capacidad para 6.000 personas. Cuando los militares reconocieron a Jara, que era miembro del comit¨¦ central de las Juventudes Comunistas, lo golpearon de inmediato con pies, pu?os y culatazos de fusil. Despu¨¦s lo trasladaron a un pasillo "donde continu¨® siendo objeto de maltratos y vejaciones, como golpes en distintas partes del cuerpo y en especial, sus manos golpeadas con culatas de fusiles quedando reducidas a una sola llaga".
Una pesadilla
El autor de Te recuerdo Amanda, El cigarrito, Plegaria a un labrador y El arado, entre otros temas que han quedado como expresiones universales del folklore latinoamericano, volvi¨® a ser separado del resto de los prisioneros el 15 de septiembre de 1973. Dos soldados levantaron en vilo a Jara y lo llevaron a una caseta de transmisi¨®n situada en la parte alta del recinto. All¨ª fue interrogado por oficiales y golpeado por tercera vez. Ese mismo d¨ªa, los soldados lo asesinaron "mediante m¨²ltiples disparos realizados presumiblemente con armas autom¨¢ticas", prosigue el juez.
Los militares dejaron el cad¨¢ver y los cuerpos de otras cinco v¨ªctimas en el hall de acceso y despu¨¦s los trasladaron a todos hasta las cercan¨ªas del Cementerio Metropolitano, donde arrojaron los cuerpos. Cuando civiles encontraron a Jara, "sujetos vestidos de civil", indica el fallo, lo trasladaron hasta el Instituto M¨¦dico Legal (morgue). Los hechos y las circunstancias de este "homicidio calificado (...) revelan la existencia de ensa?amiento y premeditaci¨®n", afirma la resoluci¨®n.
Mediante careos, el juez pudo identificar al jefe del campo de prisioneros, el teniente coronel Mario Manr¨ªquez, quien como oficial de mayor graduaci¨®n, "facilit¨® los medios con que se cometi¨® el homicidio" o "al menos, lo presenci¨® sin tomar parte inmediata en ¨¦l". Uno de los testigos que identific¨® a Manr¨ªquez fue el arquitecto Miguel Lawner (76 a?os), que estuvo 2 a?os y ocho meses prisionero en la dictadura. Lawner, dijo a EL PA?S que hace poco se enter¨® de que todav¨ªa no estaba identificado el jefe del campo y concurri¨® a declarar. "No tuve la m¨¢s m¨ªnima duda, antes del golpe me reun¨ªa con Manr¨ªquez", afirma. Recuerda el estadio como una pesadilla, con el recinto atestado de prisioneros en las grader¨ªas, donde se o¨ªan balaceras y "a un grupo de compa?eros bolivianos, peruanos y uruguayos los ten¨ªan semidesnudos y los golpeaban y trataban con una xenofobia incre¨ªble". Pudo divisar a Jara cerca de otros detenidos de la universidad y recuerda que el cantautor intentaba animar a otros prisioneros. "No puedo perdonar. ??C¨®mo fue posible que lo mataran as¨ª, a ¨¦l, que nunca hizo da?o a nadie?!", sostiene.
"Ten¨ªa la cara y las manos destrozadas"
La viuda del cantautor V¨ªctor Jara, Joan Turner, que preside la Fundaci¨®n en su memoria, dijo ayer a EL PA?S estar "impactada" por la resoluci¨®n del juez Juan Carlos Urrutia sobre el homicidio, justo en estos d¨ªas en que los chilenos conocen en detalle el horror de las torturas de la dictadura. "?sta es una reivindicaci¨®n de la verdad. ?Por fin un juez que investiga y esclarece el crimen!", afirm¨®. Se conmueve al recordar que a Jara lo mataron de 34 balazos y sostiene que el asesinato es para ella como una cicatriz. "Encontr¨¦ su cuerpo en la morgue. Ten¨ªa la cara y las manos destrozadas, un hoyo en el abdomen, heridas por todos lados", cuenta. Turner cree que los golpistas odiaban a Jara porque era "un luchador por la paz que cantaba lo que pensaba". De los asesinos dice: "Quiero que sean castigados como todos los criminales, sin trato preferencial, sin impunidad, para que nunca m¨¢s ocurra algo as¨ª", afirma.
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