La gran mascarada
En el ¨²ltimo n¨²mero de la revista norteamericana ArtForum aparece un art¨ªculo titulado Women on the verge (mujeres al borde) donde se resumen los planes de las comisarias de la 51? edici¨®n de la Bienal de Venecia de 2005, incluidas las siguientes afirmaciones: "Conozco perfectamente la dimensi¨®n feminista de mi nombramiento. S¨®lo espero que el nuestro no sea un caso aislado" (Rosa Mart¨ªnez). "Mi nominaci¨®n tiene que ver con criterios de calidad y profesionalidad. Aunque mi exposici¨®n tendr¨¢ innegablemente una perspectiva femenina" (Mar¨ªa de Corral).
Mar¨ªa de Corral no es menos feminista que Mart¨ªnez, pues impl¨ªcita y astutamente define su trabajo como una voz que responde a otra voz, al reconocerse como profesional que ha hecho -y puede hacer- m¨¢s por el arte que todos los fil¨¢ntropos de las cuotas femeninas, lo que nos lleva a considerar que su saludable autoestima convence m¨¢s de su pasi¨®n por la creaci¨®n y la causa de la mujer que el deseo de Mart¨ªnez de institucionalizar la diferencia.
?Por qu¨¦ dedicar la muestra a una artista, si la mujer puede ser el tema de la modernidad?
En la exposici¨®n presentada en la Fundaci¨®n Joan Mir¨® bajo el t¨ªtulo La mujer. Metamorfosis de la modernidad, hay algo de ese boomerang perverso que son las cuotas femeninas. Despu¨¦s de las grandes retrospectivas patrocinadas por el BBVA dedicadas a la obra de Chillida, Calder, Mir¨®, Warhol, Rothko, Arp, Magritte, L¨¦ger..., hubiera sido justo organizar una muestra de alguna de las grandes autoras del siglo XX como Louise Bourgeois, Sophie Tauber, Eva Hesse, Barbara Hepworth, Sherrie Levine, Annette Messager, Cindy Sherman, Laurie Anderson o Barbara Kruger, por citar s¨®lo algunos nombres. Pero, ?por qu¨¦ dedic¨¢rselo s¨®lo a una, si la mujer, as¨ª, en abstracto, puede ser el tema, el gran tema de la modernidad? De otra manera, resulta imposible entender la flagrante negligencia cr¨ªtica de esta iniciativa, una oportunidad perdida, o mejor, la prueba algebraica de que la modernidad del XIX y del XX por parte de las mujeres no solamente naci¨® hu¨¦rfana, sino que adem¨¢s ha desheredado a sus hijas, nietas y bisnietas, gracias a los notables descuidos de quienes dicen ser sus albaceas.
La historiadora Gladys Fabre
ha sido la encargada de seleccionar las 120 obras de 40 artistas producidas a lo largo de 50 a?os (1920-1970), con la intenci¨®n de "responder por qu¨¦, en qu¨¦ y c¨®mo la representaci¨®n de la mujer ha sido un elemento clave de la metamorfosis de la modernidad, a un tiempo como idea y como expresi¨®n art¨ªstica". Afirma la comisaria francesa: "Como objeto de la mirada y del deseo masculino de crear una totalidad pl¨¢stica, o como sujeto que busca su visi¨®n y expresi¨®n propias, la mujer ha contribuido en gran manera a transformar las ideas del arte del siglo XX".
Pues bien, desgajada la teor¨ªa de la pr¨¢ctica, se observa c¨®mo ¨¦sta resulta escandalosamente indiferente a toda esa tradici¨®n de la modernidad femenina que rechazaba la prohibici¨®n de la mujer como sujeto y todo lo que tiene que ver en el arte con su representaci¨®n en el orden simb¨®lico masculino. Un ejemplo de ello son los primeros trabajos fotogr¨¢ficos que abren el recorrido, en donde vemos que la feminidad suele asociarse con la mascarada, la falsa representaci¨®n, la simulaci¨®n y la seducci¨®n; lo ilustran las obras de Marcel Duchamp (fotografiado por Man Ray) travestido como Rrose S¨¦lavy, y los autorretratos de Claude Cahun, Florence Henri, Gertrud Arndt, Imogen Cunningham, R¨¦ Soupault, Lucia Moholy o Marianne Breslaver.
A partir de aqu¨ª, la exposici¨®n podr¨ªa adoptar cualquier otro t¨ªtulo o se?uelo generalista, pues s¨®lo encontramos contados ejemplos -Louise Bourgeois, Orlan, Yakoi Kusama, Carolee Schneemann, Valie Export, Yoko Ono, la mayor¨ªa de cuyas obras est¨¢n firmadas en los ¨²ltimos noventa- capaces de situar al visitante en un punto de la historia en busca de ese r¨¦cit perdu dentro de una "narraci¨®n maestra" distribuida en cinco apartados, en la que no faltan los nombres de Picasso, L¨¦ger, Laurens, Braque, Arp, Le Corbusier, Giacometti, Ozenfant, Masson, Henry Moore, Mir¨®, Hepworth, Frida Kahlo, Tarsila do Amaral, Wifredo Lam, Gaston Lachaise, Matisse o Yves Klein. Los temas: la mujer como objeto de la mirada masculina, como diosa, vulva y maternidad, la jouissance o el placer (masculino), el desnudo, "las costureras de la imagen" y En busca de un imaginario femenino. ?Les suena?
Como ha escrito H¨¦l¨¨ne Cixous,
una de las principales figuras intelectuales del pensamiento posmoderno y precursora de los Estudios femeninos, "uno est¨¢ siempre en representaci¨®n, y cuando se le pide a una mujer que participe en esa representaci¨®n, naturalmente se le pide que represente el deseo masculino". Es ese deseo de fijar a la mujer en una identidad estable y estabilizadora lo que ha impedido a la comisaria de esta muestra recuperar los discursos perdidos de la historia del arte. Una l¨¢stima, si tenemos en cuenta el esfuerzo de patrocinio que requiere la difusi¨®n del arte en nuestro pa¨ªs. Esta colectiva no dejar¨¢ huella en la trayectoria de la fundaci¨®n barcelonesa, pero una cosa debemos reconocerle, el despreocupado goce que produce contemplar a los grandes genios del nada problem¨¢tico canon art¨ªstico. S¨®lo por eso hemos de estar agradecidos.
La mujer. Metamorfosis de la modernidad. Fundaci¨®n Joan Mir¨®. Parc de Montju?c, s/n. Barcelona. Hasta el 6 de febrero de 2005. Patrocinio del BBVA.
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