Un tesoro

Tengo un libro que es un tesoro. Se asemeja a la cueva de Al¨ª Bab¨¢. Excita mis sentidos desde hace veinte a?os. Abrirlo por cualquiera de sus p¨¢ginas, me arrastra a un viaje. Un coche abandonado en un paisaje polvoriento yace perdido. Su tiempo se fue, lo mismo que su due?o. Es mediod¨ªa, lo s¨¦ por la luz. La misma luz trae el sonido de un fuelle y el sabor salobre del ¨®xido, su soledad. Al pasar la hoja, Nueva York. A?os cuarenta. Un hombre vencido viaja en metro hacia ninguna parte. En el mismo vag¨®n, va una mujer con un triste sombrero y sobre ella letras: Lexington Park. Park Avenue. El eco de una trompeta se hace visible y la humedad que desprenden sus amigos da calor. Todos vamos. Tiempo y destino se dan la mano. En otra p¨¢gina, el sonido de un chelo resbala por un hombre negro en un traje blanco. La Habana se materializa en su color. Y as¨ª, p¨¢gina a p¨¢gina, el eco de una melod¨ªa se hace audible en este libro m¨¢gico. Me lo regalaron unas navidades y a¨²n acudo a ¨¦l y lo disfruto como el primer d¨ªa. Me ha dado lecciones de armon¨ªa, ense?anzas sobre lo insondable de las emociones y el deseo de seguir mirando. Este tesoro es un libro de fotos de Walker Evans.

Alberto Garc¨ªa-Alix (Le¨®n, 1956) fue premio Nacional de Fotograf¨ªa en 1999. Actualmente expone en la Bienal de Sevilla el v¨ªdeo Extranjero de m¨ª mismo. Se acaba de reeditar su libro con veinte nuevas im¨¢genes, Alberto Garc¨ªa-Alix (La F¨¢brica).