El poeta que se convirti¨® en mito
No es frecuente en absoluto que un poeta llegue al gran p¨²blico y menos con una obra corta. Tampoco es habitual que un escritor mantenga una doble vida de alto empleado de una gran empresa y de visitante asiduo de locales nocturnos de todo tipo. Estas caracter¨ªsticas se dieron cita en la vida de Jaime Gil de Biedma, uno de los principales representantes de la llamada generaci¨®n de los cincuenta, que rompi¨® con los moldes del neorromanticismo o de la l¨ªrica social para alumbrar una poes¨ªa de la experiencia.
Junto con nombres como Carlos Barral, Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald o Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo, Gil de Biedma integr¨® el grupo de poetas espa?oles m¨¢s relevantes desde la generaci¨®n del 27. Cosmopolita y pol¨ªglota, con claras influencias anglosajonas en una Espa?a donde los intelectuales segu¨ªan mirando a Francia, poetas como Auden o Eliot tuvieron un peso decisivo en la formaci¨®n de escritor de Gil de Biedma. Catorce a?os despu¨¦s de su prematuro fallecimiento a causa del sida, una circunstancia que aliment¨® el mito, su estela sigue presente. El escritor y periodista Miguel Dalmau (Barcelona, 1957) ha dedicado a?os al estudio de su vida y obra y ha recopilado numerosos testimonios escritos y orales para escribir la biograf¨ªa Jaime Gil de Biedma, retrato de un poeta (Circe).
La escritora y cr¨ªtica Ana Mar¨ªa Moix, que fue gran amiga del poeta, no duda en subrayar la huella que Gil de Biedma ha dejado en las siguientes generaciones de poetas, al tiempo que alaba el inter¨¦s de la biograf¨ªa de Dalmau. "Se trata de una biograf¨ªa importante", comenta Moix, "porque la influencia de Jaime ha sido muy intensa y no siempre ha sido bien entendida. En el t¨¦rmino poes¨ªa de la experiencia hay que entender que Jaime no cuenta exactamente aquello que le pasa, sino una valoraci¨®n moral de lo que le pasa en un sentido anglosaj¨®n. La poes¨ªa de Gil de Biedma y de otros coet¨¢neos se desmarc¨® de la ?o?er¨ªa del posromanticismo, de la grandilocuencia y las ret¨®ricas imperialistas que impregnaban la Espa?a de los a?os cincuenta". Desde la estrecha relaci¨®n que tuvo con el escritor desaparecido, Ana Mar¨ªa Moix pone el acento en su doble faceta y en su car¨¢cter inclasificable como poeta y como persona. "Por un lado", comenta, "fue un hombre sensato, riguroso y pr¨¢ctico, y al mismo tiempo fue un vividor, partidario del amor y de la felicidad, con intereses muy diversos que abarcaban desde la econom¨ªa o la pol¨ªtica internacional hasta la literatura o la historia. Todas estas circunstancias, junto a la indudable calidad de su obra, convirtieron a Jaime Gil de Biedma en un mito en sus ¨²ltimos a?os, en un poeta popular".
Procedente de una familia bur
guesa, abogado y alto cargo de la Compa?¨ªa de Tabacos de Filipinas, public¨® en 1959 Compa?eros de viaje, un poemario donde reflej¨® sus inquietudes sociales y de denuncia de una Espa?a gris y represiva para evolucionar m¨¢s tarde con En favor de Venus (1965) hacia una poes¨ªa amorosa impregnada de fuertes dosis de erotismo. Fue indiscutiblemente un transgresor, como recuerdan poetas que lo conocieron. El escritor, periodista y cineasta Vicente Molina Foix evoca la figura de Gil de Biedma como la de un hombre "muy golfo, un gran promiscuo, con una vertiente de frecuentar chaperos, a los que con mucha iron¨ªa llamaba cr¨ªticos cuando se refer¨ªa a ellos en p¨²blico". Molina Foix relata la divertida iron¨ªa de que, tras un congreso en Zaragoza sobre su obra, un peri¨®dico aragon¨¦s titulara: Se re¨²nen 600 cr¨ªticos para discutir la poes¨ªa de Gil de Biedma. "Lo que se hubiera re¨ªdo Jaime si hubiera salido de la tumba y hubiera le¨ªdo ese titular", comenta.
De todos modos, m¨¢s all¨¢ de las aventuras desenfrenadas de aquel poeta homosexual de noches locas, Molina Foix habla de un Gil de Biedma "c¨ªnico, pero profundamente enamorado del amor que buscaba la comuni¨®n amorosa con la gente". A juicio del poeta y periodista, "su ¨¦xito radica en que es un poeta muy claro, lo que no debe confundirse con simple. Despleg¨® una poes¨ªa muy narrativa y abri¨® una v¨ªa que ya estaba presente en Luis Cernuda, pero que hasta Gil de Biedma no hab¨ªa tenido continuidad. A partir de la influencia de poetas ingleses, escribi¨® unos poemas n¨ªtidos, muy narrativos, pero sin caer en el sentimentalismo. Adem¨¢s era un magn¨ªfico recitador de poes¨ªa, una cualidad que demostr¨® en muchas ocasiones".
"La vida de Jaime Gil de Biedma es en s¨ª misma una voz literaria", declara el poeta y profesor universitario Luis Garc¨ªa Montero, otro representante de las nuevas generaciones que admiraron al autor de Moralidades. "Su poes¨ªa reivindica la felicidad, no fue nunca un poeta atormentado, sino todo lo contrario, un escritor que aspiraba a ser feliz, un hedonista que cobr¨® mayor valor literario en la Espa?a franquista de los a?os cincuenta y sesenta, que era muy clerical. La obra de Gil de Biedma no represent¨® s¨®lo un compromiso con la pol¨ªtica, sino que supuso una defensa de la sexualidad libre que plasmaba su visi¨®n del mundo. ?l se apart¨® del estereotipo del poeta lloroso y no jug¨® nunca a alimentar una leyenda de poeta maldito. Afirm¨® con fuerza su individualidad y su singularidad en el sentido de que en el fondo de cada persona digamos normal, hay un personaje raro".
Sus admiradores y muchos de los testimonios contenidos en la biograf¨ªa hablan de un escritor inteligente y culto, pero nunca erudito ni arrogante, que cultiv¨® una poes¨ªa aparentemente sencilla pero compleja, con varias capas de sentidos. "Es la sencillez de Gustavo Adolfo B¨¦cquer o de Luis Cernuda, una voz po¨¦tica la de Gil de Biedma que fluye de un modo muy natural", opina Garc¨ªa Montero para a?adir que "es un poeta muy recomendable para alguien que se acerca por primera vez a la poes¨ªa porque escribi¨® sin los trucos y las m¨¢scaras del g¨¦nero, con absoluta honestidad y con total lucidez".
Considerado como maestro a
partir de los a?os ochenta, cuando hab¨ªa decidido voluntariamente dejar de escribir, el poeta y periodista Luis Antonio de Villena cree que el mito comienza en el poeta que no escribe. "Dej¨® Jaime una obra sencilla por fuera y complicada por dentro. Los nov¨ªsimos
[el grupo po¨¦tico al que pertenecieron De Villena y Molina Foix, entre otros] lo admiramos porque era una persona ilustrada, que hablaba varios idiomas y ten¨ªa un punto de fascinaci¨®n. Su elevaci¨®n al mito tambi¨¦n obedec¨ªa a la leyenda, es decir, a esa personalidad suya de homosexual muy follador, inclinado a la mala vida. Y tambi¨¦n su muerte contribuy¨® al mito porque un mito siempre lleva aparejada la muerte".
A pesar de que la faceta privada de Gil de Biedma fuera muy llamativa, Garc¨ªa Montero piensa que la biograf¨ªa que ha publicado Dalmau permite conocer asimismo la transformaci¨®n social de Espa?a, desde la etapa republicana y la Guerra Civil hasta la transici¨®n democr¨¢tica, pasando por la dictadura franquista. "Me parece leg¨ªtimo que el autor de la biograf¨ªa haya alcanzado un pacto para camuflar algunos nombres de amantes o de familiares", afirma Garc¨ªa Montero. Personaje dual en apariencia y de muchas caras en la realidad, las m¨²ltiples vidas de Gil de Biedma, plasmadas en su poes¨ªa de la experiencia, desfilan a lo largo de la exhaustiva biograf¨ªa que ha ocupado varios a?os de trabajo del bi¨®grafo.
Francisco Brines, premio Nacional de las Letras y de Poes¨ªa, define la poes¨ªa amorosa de Gil de Biedma como "universalizable". "Que nazca de su homosexualidad no es anecd¨®tico, sino universalizable, y servir¨ªa igualmente para una poes¨ªa escrita o le¨ªda por un heterosexual". Cuando se le pregunta a Brines por las razones de la vigencia de la obra del poeta barcelon¨¦s se muestra rotundo. "Su calidad po¨¦tica explica su vigencia, como ha ocurrido con todos los grandes poetas espa?oles, sean Lorca, Cernuda o Juan Ram¨®n Jim¨¦nez". En opini¨®n de Brines, la brevedad de la obra de Gil de Biedma, que tambi¨¦n incluy¨® el ensayo o las memorias (Diario de un artista seriamente enfermo, 1974), no constituye un obst¨¢culo para que perdure. "El poeta tiene unas cosas que decir y no puede inventar otras. Jaime procuraba no repetirse, que es una forma de morir en vida. El hecho de que un poeta escriba poco no significa que su importancia sea menor", manifiesta Brines en un comentario con el que coinciden otros muchos amigos y colegas.
Ana Mar¨ªa Moix abunda en esa misma idea y recuerda que Gil de Biedma sosten¨ªa que "cuando no hab¨ªa necesidad de escribir, era mejor leer". "En realidad", agrega Moix, "es un elogio del rigor en un autor que hu¨ªa de la profesionalizaci¨®n de la poes¨ªa". Tras destacar que el poeta ahora biografiado ten¨ªa miedo a repetirse, Luis Antonio de Villena afirma que la circunstancia de que hubiera escrito poco ha contribuido al mito. Pero, por encima de todo, Luis Antonio de Villena apunta a esa fren¨¦tica doble vida del poeta barcelon¨¦s como raz¨®n principal de una obra breve.
"En alguna ocasi¨®n", rememora, "Jaime me reproch¨® que yo escribiera mucho, tanto literatura como periodismo. Yo le contest¨¦ que mientras ¨¦l ten¨ªa que marcharse a las ocho de la ma?ana a la oficina o al aeropuerto para tomar un avi¨®n, yo me iba a esa hora a la cama. Hay que recordar que ¨¦l llevaba una vida de ejecutivo y que terminaba agotado las jornadas". M¨¢s de un amigo comparti¨® noches de farra y de peregrinaje de bar en bar hasta altas horas de la madrugada y fue testigo de que Jaime Gil de Biedma, un vividor impenitente, se daba una ducha r¨¢pida y se encaminaba a su despacho en la Compa?¨ªa de Tabacos de Filipinas.
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