Un t¨¦cnico en el trono

Quienes conocen bien a Fabio Capello se niegan a calificarle de arrogante porque, dicen, el adjetivo se queda corto. Su confianza en s¨ª mismo resulta apabullante. Est¨¢ convencido de ser el mejor y su historial le respalda: ha hecho campeones a los tres equipos que ha entrenado, Milan, Madrid y Roma, y el cuarto, la Juventus, es favorito para llevarse el scudetto este a?o. Sus cr¨ªticos alegan que s¨®lo ha entrenado en grandes clubes y que habr¨ªa que verle en uno modesto. Parece improbable porque Capello naci¨® en un trono. Es tir¨¢nico e inflexible y sus jugadores suelen odiarle; curiosamente, tambi¨¦n suelen a?orarle cuando se va.

Ayer se deshizo en elogios al Madrid y dijo recordar con gran cari?o su paso por el Bernab¨¦u. No oculta que, tras su etapa en la Juve, quiere cerrar su carrera -tiene 58 a?os- con un retorno a Madrid o con la direcci¨®n "de una gran selecci¨®n extranjera".

Los Agnelli y sus colaboradores, como el presidente Franzo Grande, le piden un ¨¦xito hist¨®rico, un doblete italiano y europeo que a¨²pe a La Vieja Se?ora a la cumbre. ?l, con el ment¨®n erguido y con el terno impecable de quien no se pierde una exposici¨®n de arte ni una subasta de joyas, se limita a refunfu?ar y a decir que su plantel no ha alcanzado a¨²n un buen ritmo, que se distrae, que flojea, que debe mejorar mucho.

Totti, su antiguo pupilo del Roma, le recuerda como un tipo "duro, distante, muy claro cuando habla, insoportable a veces, pero capaz de transmitir a sus jugadores un ansia total de victoria". Capello demostr¨® en Roma que sabe hacer algo m¨¢s que montar grandes defensas y motivar a sus hombres: el f¨²tbol ofensivo que despleg¨® con Batistuta, Totti, Cassano y dem¨¢s fue de los que se recuerdan durante decenios.