Un faro gu¨ªa el carro de Cibeles
La fachada del palacio de Correos, iluminada con una instalaci¨®n pol¨ªcroma obra del artista urbano Gaspare di Caro
Madrid prosigue su atav¨ªo navide?o con el estreno de una singular instalaci¨®n luminosa que, desde anoche, ba?a de colores c¨¢lidos la fachada del Palacio de Correos y Comunicaciones, en la plaza de Cibeles. El edificio estar¨¢ iluminado desde las 19.00 a las 2.00 todos los d¨ªas hasta el 6 de enero, aunque las noches del 24 y 31 de diciembre y 5 de enero se prolongar¨¢ hasta las seis de la ma?ana.
La cercana efigie de la diosa Cibeles se ver¨¢ arropada en pleno invierno madrile?o por la luz del gas noble xen¨®n como una brasa roja que pinta verticalmente las vidrieras de las torres del palacio y lame los quicios de su cuerpo central.
Adem¨¢s, franjas horizontales de color amarillo y a?il lustran las metopas planas, las historiadas cornisas y los escudos de estilo neocolombino que decoran las tres plantas de altos techos que componen el principal frente del gran edificio, obra de los arquitectos Antonio Palacios y Joaqu¨ªn Otamendi y el ingeniero ?ngel Chueca en 1919.
La inauguraci¨®n de anoche comenzaba casi a la misma hora en la que el futbolista Fernando Torres le¨ªa el preg¨®n navide?o en la plaza de la Villa, con un conmovido recuerdo a las v¨ªctimas de los atentados del 11-M. Despu¨¦s, Torres y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, tuvieron que dar saltitos a petici¨®n del p¨²blico, que coreaba "que bote Torres, que bote Gallard¨®n". El regidor brome¨®: "Feliz 2012, digo, 2005", en referencia a la candidatura ol¨ªmpica de la ciudad.
En Cibeles, dos de los grupos de altas farolas de sodio situados bajo la fachada de Correos, que circundan la plaza, fueran apagados, ya que alteraban la percepci¨®n visual de los colores elegidos por el artista urbano Gaspare di Caro para pintarla. El dispositivo iluminador funciona a 110 metros de distancia de la fachada, desde una torre paralepip¨¦dica andamiada, formada por tres pisos, de unos siete metros de longitud, por dos y medio de anchura y hasta nueve metros de altura.
Este andamiaje, compuesto por tubos de hierro ahuecados del tipo Layer, de fabricaci¨®n alemana, envueltos en rafia de color negro, tiene un peso de unos 850 kilos y alberga en su interior un generador el¨¦ctrico de la casa Morillo, de unos 3.500 kilos, capaz de inducir siete kilowatios de potencia. El generador no es visible desde el exterior. En la parte alta de esta estructura, convenientemente recubierta de un entoldado negro e impermeabilizado para eludir los efectos de la lluvia, cinco proyectores que funcionan a base de gas xen¨®n ba?an de colorido zonas especialmente elegidas de la fachada para recibir los haces de luz.
En la crester¨ªa que remata con parejas de pin¨¢culos la magn¨ªfica torre poligonal, que centra el edificio de Correos, han sido instalados dos grandes proyectores, a modo de faros, que baten un amplio semic¨ªrculo con potentes haces de luz blanqu¨ªsima.
"Hombre, qu¨¦ quiere que le diga, no est¨¢ mal esta iluminaci¨®n, pero no veo mucha fuerza en los colores", dice Juan Carlos Alonso, que contempla la instalaci¨®n desde un and¨¦n cercano al ajardinado palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ej¨¦rcito. "A m¨ª me recuerda a una chimenea donde crepitan al fuego los troncos ardientes", comenta con las manos en los bolsillos Ricardo, un joven estudiante que observa el palacio iluminado con enso?aci¨®n en la mirada.
La nueva instalaci¨®n, encargada por la concejal de las Artes, Alicia Moreno, recuerda la iluminaci¨®n de las fuentes de Cibeles, Apolo y Neptuno, as¨ª como la fachada del Museo del Prado y del propio Palacio de Correos durante la boda de los Pr¨ªncipes, la pasada primavera.
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