Arranca el juicio contra el r¨¦gimen de Sadam
Al¨ª el Qu¨ªmico y el ex ministro de Defensa son los primeros interrogados por un juez en Irak
Al¨ª Hasan al Majid, Al¨ª el Qu¨ªmico, con su bast¨®n, y el ¨²ltimo ministro de Defensa de Sadam Husein, Sultan Hashim Ahmad, ambos acusados de dirigir la salvaje campa?a de exterminio de kurdos a finales de la d¨¦cada de los ochenta con el empleo de armas qu¨ªmicas, se convirtieron ayer en los primeros en ser interrogados por un juez instructor de Irak. Arranca as¨ª un proceso -tras la breve comparecencia en julio pasado de los 11 dirigentes m¨¢s pr¨®ximos a Sadam Husein, capturados el 13 de diciembre de 2003, para escuchar los cargos que pesan contra ellos- que promete sobresaltos. "No hay calendario para los juicios", explic¨® a la prensa Raed Yuhi, jefe de los jueces instructores. Lo que s¨ª existen son discrepancias flagrantes en el Gobierno interino sobre el ritmo que debe seguir el macroproceso que juzgar¨¢ los atropellos perpetrados durante los 35 a?os (1969-2004) de r¨¦gimen del Partido Baaz.
El estatuto del tribunal no exige jueces experimentados en casos de genocidio
"?ste ser¨¢, posiblemente, el juicio del siglo, y debemos de hacerlo de la manera correcta". Muwafaq al Rubaie, asesor de Seguridad Nacional del Gobierno iraqu¨ª, comentaba hace 10 d¨ªas que el proceso contra Sadam Husein y 11 de sus m¨¢s cercanos colaboradores no podr¨ªa comenzar hasta 2006. Sin embargo, el 14 de diciembre, el primer ministro, Ayad Alaui, anunciaba el inicio sin demora esta semana entrante de los juicios "para que se haga justicia en Irak". Es muy probable que el calendario electoral apremie al gobernante, a su vez candidato en los comicios legislativos del pr¨®ximo 30 de enero. Pero las prisas son p¨¦simas consejeras para juzgar este tipo de delitos -que por su gravedad exigen ser probados m¨¢s all¨¢ de cualquier duda razonable-, de los que son acusados Sadam Husein y sus secuaces: genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, adem¨¢s del asesinato de centenares de opositores pol¨ªticos.
Decenas de miles de estas v¨ªctimas fueron enterradas en incontables fosas comunes desperdigadas por todo Irak. M¨¢s de un centenar de ellas ya fueron localizadas hace m¨¢s de 12 meses. S¨®lo los an¨¢lisis forenses de los restos hallados podr¨ªan demorarse a?os. Y los medios t¨¦cnicos escasean.
Las cr¨ªticas de juristas y ONG se han desatado, aunque fueron frecuentes desde el anuncio de la creaci¨®n del tribunal ad hoc el 10 de diciembre de 2003, tres d¨ªas antes de la captura de Sadam Husein. Al margen de las quejas de los abogados del ex dictador -que el pasado jueves recibi¨® por primera vez, un a?o despu¨¦s de su detenci¨®n en el agujero de Al Duri, la visita de uno de sus letrados-, Human Rights Watch (HRW), que contin¨²a trabajando en Bagdad, asegura en un comunicado que "los estatutos del tribunal no exigen que los jueces y fiscales tengan una experiencia relevante en procesos por genocidio, cr¨ªmenes de guerra y cr¨ªmenes contra la humanidad", un escollo que esta organizaci¨®n, cuya sede central radica en Nueva York, ha destacado desde que se rechaz¨® la presencia de experimentados magistrados internacionales en el tribunal. Washington siempre fue reacio a cualquier implicaci¨®n de Naciones Unidas en el proceso judicial, especialmente por el rechazo de Kofi Annan a avalar la legalidad de la invasi¨®n de la coalici¨®n internacional. Pero hay muchos m¨¢s obst¨¢culos.
Al margen de la inseguridad y de los asesinatos y dimisiones de jueces y fiscales -la identidad del director del tribunal es desconocida-, el deseo de Estados Unidos de evitar a toda costa la creaci¨®n de un tribunal penal internacional bajo el amparo de Naciones Unidas ha acarreado serios contratiempos. "El estatuto del tribunal no requiere que los jueces y fiscales tengan una experiencia considerable en casos de genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad", afirma HRW. Su petici¨®n de que se permita la participaci¨®n de jueces internacionales ha ca¨ªdo en saco roto. El hecho de que la pena de muerte sea aplicable a los imputados impide tambi¨¦n que Naciones Unidas pueda prestar asistencia al tribunal. No parece que el adiestramiento de magistrados por juristas estadounidenses y brit¨¢nicos pueda reemplazar a la experiencia imprescindible para juzgar este tipo de delitos. Human Rights Watch, con sede en Nueva York, reclam¨® el viernes al Ejecutivo interino de Ayad Alaui que diera marcha atr¨¢s y ofreciera m¨¢s tiempo para preparar adecuadamente la acusaci¨®n.
Sin ir m¨¢s lejos, el juicio contra el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, por delitos similares a los que se imputan a los prebostes del Partido Baaz iraqu¨ª, lleva casi tres a?os de andadura, pero el tribunal fue fundado en 1993 y los fiscales comenzaron a recoger pruebas y testimonios en 1994. Es decir, nueve a?os para preparar las vistas. En el caso iraqu¨ª -a pesar de la violencia rampante en el pa¨ªs, la falta de preparaci¨®n de los juristas e incluso la p¨¦rdida de pruebas denunciada- se ha arrancado ya y se desea que las vistas se celebren en 2005, aunque Sadam Husein no ser¨ªa enjuiciado en ning¨²n caso hasta despu¨¦s de las elecciones, seg¨²n los c¨¢lculos oficiales, que casi nunca se cumplen.
Una escapatoria comprometida
El papel de Al¨ª Hasan al Majid, Al¨ª el Qu¨ªmico, y el del ¨²ltimo ministro de Defensa de Sadam Husein, Sultan Hashim Ahmad, puede ser decisivo a la hora de determinar el destino que aguarda al tirano depuesto el 9 de abril de 2003.
Ambos fueron acusados de organizar el uso de gases venenosos en la campa?a Anfal, desatada contra los kurdos a finales de la d¨¦cada de los ochenta, cuando fenec¨ªa la guerra de una d¨¦cada contra el Ir¨¢n del ayatol¨¢ Jomeini.
Seg¨²n el estatuto del tribunal especial que les juzga, el cumplimiento de las ¨®rdenes dictadas por un superior no eximir¨¢ de responsabilidad a los presuntos genocidas, "pero podr¨¢ ser considerado un atenuante", lo que probablemente s¨®lo valdr¨ªa a estos dos baazistas para evadir la pena de muerte, aplicable en Irak tras un breve periodo en que se mantuvo suspendida por el ex administrador civil de Irak Paul Bremer.
Por el contrario, la norma que rige el funcionamiento del tribunal establece que un comandante o un dirigente "es responsable de los actos de sus subordinados si conoc¨ªa o ten¨ªa razones para conocer que ¨¦stos iban a perpetrar dichos actos, o si sab¨ªa que los ejecutaron y el superior fracas¨® en tomar las medidas necesarias para impedir dichos actos...". No parece que Sadam Husein tenga siquiera la escapatoria del atenuante. Si Al¨ª El Qu¨ªmico piensa en esta alternativa -echar la culpa al de arriba, en este caso a su primo, el dictador-, la prueba contra el s¨¢trapa adquirir¨ªa consistencia, porque ser¨¢ dif¨ªcil hallar pruebas documentales que no dejen margen a la duda. Sobre todo si la instrucci¨®n y el juicio se llevan a cabo tal y como pretende el actual ministro de Defensa de Irak, Hazem al Shalam, quien asegura que "no ser¨¢ un proceso largo" porque, a su juicio, existen evidencias suficientes y se cuenta con el testimonio de numerosos testigos. Los juristas discrepan. Y la vol¨¢til situaci¨®n del pa¨ªs permite cualquier conjetura.
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