Una victoria sufrida
El Ciudad Real bate al Portland en la segunda pr¨®rroga tras desperdiciar cinco goles de ventaja
Aquel final de partido fue una locura. Y no es extra?o que Juan de Dios Rom¨¢n se exasperara. A falta de cinco minutos para la conclusi¨®n del tiempo reglamentario, el Ciudad Real parec¨ªa tener ya en el bolsillo el t¨ªtulo de la Copa Asobal. Ganaba por cinco goles de ventaja (28-23) al Portland San Antonio y su superioridad se hac¨ªa tan evidente que los jugadores del cuadro manchego incluso parec¨ªan excesivamente relajados. Fue un error, un gran error. Porque al Portland nunca debe d¨¢rsele por muerto hasta que se le ha enterrado. Y, en una reacci¨®n basada en la rabia por la impotencia que deb¨ªan de sentir, pero tambi¨¦n en la superioridad num¨¦rica de que dispusieron en los minutos finales por las descalificaciones de Stefanson y Pajovic, los hombres de Zupo Equisoain fueron anulando las diferencias hasta llegar al ¨²ltimo segundo un gol por debajo (29-28), pero con un penalti a favor. No pod¨ªan fallar. Asumi¨® la responsabilidad el m¨¢s efectivo del partido, el que hab¨ªa mantenido con sus certeras acciones en el ataque, al Portland a la estela del rival. Demetrio Lozano cogi¨® el bal¨®n y marc¨®. Fue uno de sus 15 goles, pero en aquel momento era el m¨¢s importante porque forz¨® una pr¨®rroga impensable.
CIUDAD REAL 39 - PORTLAND 36
Ciudad Real: Hombrados (Sterbik); Kallman (1), Pajovic (2), Stefanson (6, 2 de penalti), Dzomba (8, 2 p.), Ur¨ªos (8), Jacobssen (1) -equipo inicial- Prieto, M. Ortega (2), Dujshevaev (6), Zaky (3), Entrerr¨ªos y Dinart (2).
Portland San Antonio: Losert; Rocas, Lozano (15, 8 p.), Garralda (5), Mart¨ªn (3), Ortigosa (2) y P¨¦rez (4) -siete inicial-. Gurbimdo, Richardson (3), Rodr¨ªguez y Lubej (4).
Parciales cada 5m.: 2-2, 5-5, 7-6, 13-9, 15-13 (descanso). 17-15, 21-18, 24-20, 28-23, 29-29 (final). 1? pr¨®rroga: 33-33. 2? pr¨®rroga: 39-36.
?rbitros: Muro San Jos¨¦ y Rodr¨ªguez Murcia.
3.000 aficionados en el pabell¨®n Infanta Cristina.
Hubo desespero en el Ciudad Real y el vestuario debi¨® de ser un infierno. Pero, cuando los equipos volvieron a pisar la pista del pabell¨®n Infanta Cristina, de Roquetas de Mar (Almer¨ªa), estaba claro que el factor psicol¨®gico hab¨ªa pasado a mejor vida. Lo que all¨ª volv¨ªa a imperar era un duelo de desgaste f¨ªsico, de potencia -brutal a veces- y de dosificaci¨®n en el que el t¨¦cnico del Ciudad Real, Rom¨¢n, ten¨ªa todas las de ganar. Por una raz¨®n muy simple: su banquillo era mucho m¨¢s largo que el del Portland, mermado ostensiblemente por las lesiones: Kasper, Jorgensen y el central Valic, con molestias f¨ªsicas.
En los 20 minutos que duraron las dos pr¨®rrogas, diez cada una, volvieron a brillar a gran altura los porteros, Losert y Sterbik, que hab¨ªa sustituido a un brillante Hombrados. Sin embargo, lo que se evidenci¨® fue que el Ciudad Real lleg¨® a los minutos finales con mayor consistencia f¨ªsica. Los descansos que hab¨ªa podido dar Rom¨¢n a sus mejores jugadores pesaron entonces. Y Dzomba, el extremo croata que hab¨ªa pasado bastante inadvertido todo el encuentro, surgi¨® como de la nada y acab¨® marcando tres goles consecutivos que desequilibraron la balanza y cortaron en seco cualquier posibilidad de reacci¨®n del Portland.
"El Ciudad Real lleg¨® a las pr¨®rrogas mucho m¨¢s entero que nosotros", confes¨® Equisoain; "pero el listo de la Asociaci¨®n de Entrenadores que propuso que las pr¨®rrogas sean de diez minutos en lugar de cinco como hasta ahora no tiene ni pu?etera idea de balonmano".
La propuesta fue precisamente de Rom¨¢n, que el pasado verano crey¨® que el balonmano espa?ol no pod¨ªa estar al margen de lo que se hace en todo el mundo, donde las pr¨®rrogas son dos y de diez minutos.
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