Una subasta teatralizada y as¨¦ptica
El ambiente ayer en la sede del Fondo de la Propiedad Federal de Rusia durante la subasta de Yuganskneftegaz no pod¨ªa ser m¨¢s as¨¦ptico. El contacto entre los concursantes y los periodistas estaba pr¨¢cticamente excluido, ya que los primeros se encontraban en el cuarto piso y los segundos fueron conducidos al piso 16? del edificio, donde les esperaba una sala con dos grandes pantallas enfocadas sobre el sal¨®n de subastas. En ellas pod¨ªan verse a los representantes de los concursantes. De entrada, ¨¦stos se sentaron en unas mesas que llevaban respectivamente el n¨²mero uno y el n¨²mero tres, hasta que el presidente de la subasta les aconsej¨® que se sentaran en las mesas numeradas con un uno y un dos. La mesa sobre la que se alzaba el letrero con el n¨²mero tres, que nadie se hab¨ªa encargado de quitar, revelaba o un descuido dif¨ªcil de entender o la ausencia de un tercer contendiente.
Con su voz profunda y su pajarita de color burdeos, el subastero, Valeri Sub¨®rov, que al parecer trabaja en el Fondo de la Propiedad Federal de Yekaterinburg (en los Urales) teatraliz¨® el evento, como si lo que estuviera en juego fueran objetos de arte y no la segunda compa?¨ªa petrolera de Rusia. Tras comprobar los pasaportes de los concursantes y advertirles que no fumaran, no se movieran por la sala, no hablaran entre ellos, y no grabaran ni filmaran... todo fue muy r¨¢pido.
Los representantes de Baykalfinansgrup, un hombre y una mujer, que parec¨ªa llevar una peluca, ofrecieron el precio de salida. El subastero pregunt¨® a los de Gaz-promneft si ten¨ªan algo m¨¢s que ofrecer. Los representantes de Gazpromneft pidieron unos minutos para llamar por tel¨¦fono, por lo visto para consultar a sus jefes sobre la posibilidad de seguir pujando. La sesi¨®n se interrumpi¨®. Al volver, los representantes del imperio del gas de Rusia dijeron que no ten¨ªan nada mejor que ofrecer y dieron luz verde a sus supuestos rivales.
A la una, a las dos y a las tres, y el martillo de Sub¨®rov, dio el golpe definitivo a la empresa Yukos, haciendo a?icos un proyecto econ¨®mico que hasta hace poco era considerado modelo por su eficacia, a favor del misterioso Baykalfinansgrup. La confusi¨®n entre los periodistas era may¨²scula, ya que no todos comprendieron inmediatamente quien hab¨ªa sido el comprador. Chinos, norteamericanos, rusos, franceses y alemanes se interpelaban los unos a los otros.
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