Un paseo entre disparos

Cazadores y senderistas nunca se llevaron bien. Son como gato y el rat¨®n. Irreconciliables. El pasado fin de semana, en la sierra de Petrer, un conflicto entre cineg¨¦ticos y excursionistas termin¨® con la mediaci¨®n de la polic¨ªa.

Uno de los senderistas, R. R. C., relata as¨ª lo ocurrido: "En la cresta de los llamados Chaparrales v¨ª apostados a unos 80 monteros con fusiles tipo safari y un gran n¨²mero de perros; me dijeron que me fuera r¨¢pido de all¨ª, pues iban a comenzar a disparar, y luego me indicaron que caminara cantando o silbando, para no tener un disgusto".

"Todav¨ªa no hab¨ªa salido de la zona cuando empec¨¦ a escuchar disparos", contin¨²a el relato. Con "el susto metido en el cuerpo", este hombre se dirigi¨® a la Polic¨ªa Local de Petrer, para denunciar los hechos. En concreto, el excursionista se quej¨® de que aquella monter¨ªa no estaba se?alizada con suficiente "claridad ni anterioridad". De hecho, ¨¦l se puso a tiro sin saberlo. La Polic¨ªa Local

Una nueva ley otorga competencias a los municipios para regular los cotos de caza

acudi¨® al lugar de la monter¨ªa e inform¨®, despu¨¦s de realizar algunas gestiones, de que la cacer¨ªa, al parecer organizada por la federaci¨®n de caza de Mon¨°ver, era legal.

Pese a ello, R. R. C. y otro senderista interpusieron la denuncia. "Entre las ocho y las diez de la ma?ana nada indicaba que all¨ª iba a montarse una monter¨ªa tan espectacular", sostienen los denunciantes.

El Consell ha ultimado un texto legal que intenta conciliar el derecho a la caza y el derecho al senderismo. La nueva ley, elaborada por la Consejer¨ªa de Territorio que dirige Rafael Blasco, se present¨® ayer en Alicante con una gran novedad: a partir de ahora, los municipios podr¨¢n controlar la zonas de caza, una potestad de la Generalitat. La ley obliga a los titulares de cotos de realizar inversiones en la mejora del h¨¢bitat, inversiones que deben alcanzar alcanzar, como m¨ªnimo, el 35% de la valoraci¨®n en vivo de las rentas cineg¨¦ticas. Seg¨²n Blasco, no podr¨¢ haber espacios de caza sin un plan de aprovechamiento sostenible de las especies cineg¨¦ticas y sobre la influencia de las mismas en las especies protegidas de fauna y flora que contengan estos espacios.

La nueva ley prev¨¦ la creaci¨®n de una figura llamada Reserva de Caza de la Comunidad Valenciana, en aquellos terrenos con excepcionales posibilidades de caza mayor y donde, por sus especiales caracter¨ªsticas naturales prime, en sinton¨ªa con el medio social y econ¨®mico, la conservaci¨®n de los procesos ecol¨®gicos y la biodiversidad. En la Comunidad Valenciana hay 94.000 licencias de caza y unas 600 asociaciones de cazadores.

Probablemente, la nueva norma no evite que cazadores y senderistas sigan irreconciliables. Como el gato y el rat¨®n.