Un Gobierno consolidado pese a los malos augurios
El principal logro del primer Gobierno de la izquierda catalana en 24 a?os de autonom¨ªa, que hoy cumple su primer aniversario es que, al cabo de un a?o, incluso la oposici¨®n le considera consolidado. Ahora parece una obviedad. Pero hace un a?o estaba muy extendida la creencia de que las contradicciones entre los tres partidos que lo integran lo har¨ªan estallar en poco tiempo.
Este Gobierno comenz¨® incumpliendo una de las promesas electorales de su presidente, Pasqual Maragall, la de introducir la paridad entre hombres y mujeres en su composici¨®n. Hubo inicialmente cuatro mujeres que representaban el 23,5% de sus 17 integrantes. La traum¨¢tica salida del Gobierno del republicano Josep Llu¨ªs Carod cinco semanas despu¨¦s de constituido permiti¨® una correcci¨®n al alza. Cinco mujeres, 29,4%. Lejos todav¨ªa del 40% m¨ªnimo para que se pueda hablar de paridad.
Una de las crisis m¨¢s serias fue el relevo de Carod Rovira como consejero jefe
Al incumplimiento inicial sigui¨® en pocas semanas la crisis que provoc¨® la renuncia de Carod como consejero jefe, cargo equivalente a una vicepresidencia. Aquella primera crisis mostr¨® con la claridad de un fogonazo de flash que los desaf¨ªos de este Gobierno iban a estar en la capacidad pol¨ªtica de gestionar los embates de la oposici¨®n y del Gobierno del PP, en la capacidad de imponer su agenda, su estilo y sus objetivos, m¨¢s que en la rutinaria gesti¨®n administrativa de los ¨²ltimos gobiernos de Jordi Pujol.
Y as¨ª ha sido. Con una ayuda inesperada. Las elecciones legislativas del 14 de marzo eliminaron al Gobierno del PP que desde la crisis por la entrevista de Carod con ETA el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hab¨ªa convertido en adversario del tripartito.
No fue hasta principios de abril que el Gobierno tom¨® una medida que marcaba un cambio de rumbo en un asunto clave: la pol¨ªtica escolar. En abril dict¨® el decreto de matriculaciones que pretende distribuir entre las escuelas p¨²blicas y las concertadas la recepci¨®n de alumnos procedentes de la inmigraci¨®n. Para el curso 2004-2005 se crearon 665 aulas de acogida en primaria y secundaria para el alumnado inmigrante y una dotaci¨®n de 2.200 profesores. Para el pr¨®ximo curso se ha acordado ya convocar oposiciones a 3.680 plazas de maestros y profesores en primaria y secundaria. El Parlamento aprob¨® en junio la creaci¨®n de 30.000 nuevas plazas de guarder¨ªa a lo largo de la legislatura.
Luego ha habido algunas medidas tambi¨¦n significativas de cambio de rumbo en pol¨ªticas de incidencia social. En mayo se aprob¨® la denominada ley de barrios, que destinar¨¢ 600 millones de euros a la rehabilitaci¨®n urban¨ªstica de los n¨²cleos urbanos degradados, que es donde suelen anidar conflictos relacionados con la inmigraci¨®n. Y en julio se modific¨® la Ley de Urbanismo para introducir una reserva del 30% de viviendas protegidas en todas las promociones privadas. Un decreto firmado en diciembre determina la construcci¨®n a lo largo de la legislatura de 42.000 viviendas protegidas, la mitad de ellas destinadas a alquiler. Otro decreto destina 100 millones de euros a la rehabilitaci¨®n de viviendas.
Algunas correcciones tomadas a lo largo del a?o van marcando diferencias de gesti¨®n con los 23 a?os de gobiernos de CiU. Se anunci¨® en junio que no se autorizar¨ªan m¨¢s campos de golf ni puertos deportivos, se decret¨® en mayo que a partir de 2005 no se podr¨¢ fumar en los centros de trabajo ni en los restaurantes, se tramit¨® a lo largo del oto?o la modificaci¨®n legislativa que permitir¨¢ adoptar hijos a las parejas homosexuales, se anul¨® en septiembre la pr¨®rroga de las concesiones a ITV a lo que en la pr¨¢ctica era un r¨¦gimen de duopolio.
El tripartito trabajaba as¨ª para tomar su velocidad de crucero y al mismo tiempo dedicaba una atenci¨®n especial al ¨¢mbito puramente pol¨ªtico. As¨ª ha impulsado una serie de procesos de largo alcance: la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa, que se lleva a cabo en el ¨¢mbito parlamentario; la reforma urgente de la financiaci¨®n de la sanidad p¨²blica; la creaci¨®n de una eurorregi¨®n econ¨®mica en el marco de la Uni¨®n Europea (UE) que comprende 15 millones de habitantes, formada por Arag¨®n, Midi Pyren¨¦es, Languedoc-Rosell¨®n, Arag¨®n, Islas Baleares y Catalu?a y el pacto por la competitividad entre los agentes sociales.
Ayudado providencialmente por la victoria electoral del PSOE en marzo, Maragall se ha lanzado al mismo tiempo a romper con el modelo de relaciones Catalu?a-Espa?a consolidado por Jordi Pujol y CiU durante las dos d¨¦cadas largas de hegemon¨ªa del nacionalismo catal¨¢n. Ha perseguido un dif¨ªcil equilibrio: sustituir el victimismo, la desconfianza respecto al Gobierno central por una implicaci¨®n a fondo en lo que ha definido como la Espa?a plural, sin renunciar a objetivos del catalanismo que a menudo encuentran un fuerte rechazo. Como, por ejemplo, el retorno a la Generalitat de la documentaci¨®n incautada por las tropas franquistas que permanece en Salamanca. O el reconocimiento internacional de selecciones deportivas catalanas.
La actuaci¨®n en este ¨¢mbito se ha desarrollado sobre todo en el inasible espacio virtual de los s¨ªmbolos y el delicado mundo de las propuestas institucionales y constitucionales: el tripartito apoya la reforma del Senado, es decir, de la Constituci¨®n, y ha anunciado que el proyecto de reforma del Estatuto de Autonom¨ªa incluir¨¢ propuestas que probablemente tambi¨¦n requerir¨¢n reformas de la Carta Magna. Impulsa en paralelo el reconocimiento del idioma catal¨¢n como lengua cooficial fuera de Catalu?a, en el Senado, en el Congreso y en la Uni¨®n Europea. Al mismo tiempo, apoya decididamente la creaci¨®n de la Conferencia de Presidentes de Comunidades Aut¨®nomas.
No sin crear pol¨¦micas con sus aliados o incomodidades en el PSOE, Maragall y su Gobierno han llevado a cabo en su primer a?o una serie de gestos que han ido mucho m¨¢s all¨¢ de lo que sol¨ªa ser la pr¨¢ctica de sus antecesores nacionalistas. El presidente Maragall ha participado en Madrid en la celebraci¨®n de la Fiesta de la Hispanidad y pocos d¨ªas despu¨¦s, el 15 de octubre ha iniciado en Barcelona junto con el Gobierno espa?ol la plena reivindicaci¨®n de la figura de Llu¨ªs Companys, su antecesor fusilado por los franquistas en 1940.
El presupuesto de la Generalitat para 2005 aumenta las inversiones en un 65%, lo que indica un cambio de tendencia respecto a la etapa Pujol. Eleva la inversi¨®n p¨²blica hasta el 2,8% del PIB catal¨¢n casi el doble de los gobiernos de CiU. Pero el ¨¦xito del Gobierno de Maragall no est¨¢ s¨®lo en los cambios: en s¨®lo un a?o ha hecho olvidar a Pujol. Ocupa su hueco.
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