La Infanter¨ªa de Marina relevar¨¢ en marzo su contingente en Hait¨ª

La misi¨®n de las tropas espa?olas en Hait¨ª va para largo. El jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante general Sebasti¨¢n Zaragoza, est¨¢ preparando ya el relevo a primeros de marzo de los 200 infantes de Marina desplegados en el pa¨ªs caribe?o desde finales de octubre. "Riesgo militar no hay, ni sensaci¨®n de peligro, pero s¨ª un ambiente de gran inestabilidad, adem¨¢s de enfermedades", afirma Zaragoza, tras regresar de Hait¨ª.

El pasado fin de semana, el jefe de la Armada, acompa?ado por el comandante general de la Infanter¨ªa de Marina, Juan Garc¨ªa Linaza, visit¨® el destacamento espa?ol en Fort Libert¨¦, al noreste de Hait¨ª. "He venido muy satisfecho", afirma. "El trabajo que est¨¢n haciendo no s¨®lo es ¨²til, sino que resulta muy apreciado por los responsables internacionales y la poblaci¨®n local".

Contribuir al establecimiento de un entorno seguro y facilitar la distribuci¨®n de la ayuda humanitaria son las misiones de Minustah, la operaci¨®n de la ONU dirigida por el general brasile?o Heleno, que dispone ya de 6.100 efectivos a sus ¨®rdenes.

Zaragoza asegura que en la zona donde operan los infantes de Marina espa?oles no hay problemas con los partidarios del depuesto presidente Jean-Bertrand Aristide, aunque s¨ª bandas de delincuentes fuertemente armados. "Cuando se disolvi¨® el Ej¨¦rcito", explica, "muchos se llevaron las armas a casa. Algunos las vendieron y otros se han convertido en bandidos". El pasado 15 de noviembre, por ejemplo, una patrulla espa?ola tuvo que hacer frente a un grupo de salteadores de carreteras.

Respecto a las enfermedades, Zaragoza asegura que el problema no es tan grave como se tem¨ªa. Hasta ahora, un soldado ha tenido que ser evacuado a un hospital del vecino Santo Domingo para ser tratado de dengue.

La semana pasada, el batall¨®n espa?ol se mud¨® a las nuevas instalaciones de Base Cervantes, que ocupa un antiguo edificio de aduanas y un hotel. A poca distancia est¨¢n acantonados los 150 efectivos de la compa?¨ªa marroqu¨ª, cuyo control t¨¢ctico ha sido cedido al jefe del batall¨®n espa?ol, el coronel Javier Hertfelder.

"Las relaciones con los marroqu¨ªes no son de mando sino de coordinaci¨®n y se llevan con toda suavidad", explica Zaragoza. "El Estado Mayor espa?ol planifica tanto las patrullas espa?olas como las marroqu¨ªes y el jefe del contingente marroqu¨ª me dijo que estaba absolutamente feliz".

El contrabando con la Rep¨²blica Dominicana es un foco de problemas y se est¨¢ estudiando desplegar un destacamento en Ouanaminthe, en la misma frontera, no para reprimirlo, sino para impedir que genere tumultos.

La Armada prepara ya el relevo del actual contingente, a principios de marzo. "Probablemente", admite Zaragoza, "haya que hacer otra rotaci¨®n en julio. No se ve una posibilidad razonable de acabar la misi¨®n hasta despu¨¦s de las elecciones previstas para finales de 2005, pero estaremos a lo que diga el Gobierno".