Desesperanza en los territorios ocupados
Intelectuales y ONG israel¨ªes, considerados por el Gobierno de Ariel Sharon militantes de la izquierda radical, consideran que ¨¦ste ya ha tenido un ¨¦xito: sustituir el debate de la Hoja de Ruta por el de su plan de desenganche (retirada unilateral) de la franja Gaza. Ese territorio, ocupado a Egipto en 1967, tiene 360 kil¨®metros cuadrados (un 29% es cultivable) y cerca de 1,4 millones de habitantes. Los palestinos lo rechazan como el Estado viable del que ayer habl¨® el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair. S¨®lo lo aceptar¨ªan como parte de un proceso que lleve a una posterior retirada de Cisjordania.
"No nos gusta Abu Mazen", afirma Zacarias, palestino de Jerusal¨¦n Este, "pero si eligi¨¦ramos a Maruan Barguti (en prisi¨®n), el proceso dar¨ªa un salto hacia atr¨¢s de 15 a?os. Volver a 2000 no es suficiente, tiene que acabar la ocupaci¨®n de Cisjordania", dice. "Ahora nos piden un Estado democr¨¢tico antes de negociar. ?Pero qu¨¦ Estado es ¨¦se si estamos encerrados en nuestras ciudades y casas? Nadie exige nada a Israel. Nos sentimos abandonados por EE UU y Europa".
La desesperanza de Zacar¨ªas es generalizada en los territorios ocupados. Algunos intelectuales como Rima Tarazi, pr¨®xima al fil¨®sofo palestino Eduard Said, creen que la figura de Yasir Arafat es irremplazable y que ahora deben funcionar las instituciones. Rechazan hablar de debilidad de Abu Mazen -el candidato que de manera cada vez menos discreta favorecen Sharon y Bush-, pero admiten que despu¨¦s de las elecciones su margen de maniobra ser¨¢ muy estrecho.
"Si Israel no le da algo, como el levantamiento del bloqueo de las ciudades, estar¨¢ acabado pol¨ªticamente y qui¨¦n sabe si f¨ªsicamente", dice un responsable palestino de Qalquilia, uno de los batustanes de Cisjordania. "Lo que ocurri¨® en Gaza (el tiroteo que mat¨® a dos de sus guarespaldas) fue un aviso".
Abu Mazen negocia una tregua con los grupos radicales como Ham¨¢s y Yihad Isl¨¢mica, que Israel considera terroristas. Ha pedido el final de los atentados contra civiles, pero la mayor¨ªa coincide en que su ¨¦xito en ¨¦ste y otros asuntos depende de las concesiones de Sharon.
En este escenario de pesimismo realista frente al optimismo exterior, la visita de Blair no ha tra¨ªdo soluciones ni esperanza; s¨®lo m¨¢s palabras. Y de palabras est¨¢ lleno el fracaso del proceso de paz de Oriente Pr¨®ximo.
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