La masoner¨ªa celebra en Madrid 25 a?os de libertad
Franco vet¨® todas las logias durante los 35 a?os de su r¨¦gimen, a excepci¨®n de una en la base militar de Torrej¨®n de Ardoz
Madrid cuenta con hitos urbanos como la Puerta del Sol y la plaza de Oriente, que remiten a dos de los principales s¨ªmbolos de la masoner¨ªa. Madrile?os como el pensador Jos¨¦ Ortega y Gasset o el alcala¨ªno y presidente de la Rep¨²blica, Manuel Aza?a, mantuvieron nexos amistosos con la orden. Hoy, m¨¢s de un millar de madrile?os y madrile?as forman parte de la masoner¨ªa, cuyos miembros reivindican la libertad, la igualdad, la tolerancia y la laicidad, respetuosa con todas las religiones, as¨ª como la ciudadan¨ªa, como principales divisas de su ideario.
Numerosas expresiones de la simbolog¨ªa mas¨®nica se hallan en la ornamentaci¨®n de la arquitectura madrile?a: cartabones, compases, acacias o granadas. Estos elementos decoran numerosas fachadas de la Gran V¨ªa o de edificios de Alcal¨¢, como el C¨ªrculo de Bellas Artes, y se complementan con estatuas como la de Emilio Castelar, las columnas que rubrican el arranque del Pasillo Verde o las pinturas, reci¨¦n restauradas, del techo del sal¨®n de actos del Ateneo, en la calle del Prado, 21, la instituci¨®n cultural m¨¢s veterana de Madrid.
Numerosas fachadas de edificios y enclaves ciudadanos muestran decoraciones con s¨ªmbolos mas¨®nicos
Precisamente, el Ateneo abri¨® d¨ªas atr¨¢s su reci¨¦n restaurado teatro para celebrar una onom¨¢stica muy especial: el 25? aniversario de la legalizaci¨®n, en Madrid, de la masoner¨ªa espa?ola, proscrita y perseguida con extrema crueldad bajo el franquismo.
El acto, organizado por la Gran Logia Simb¨®lica Espa?ola, una de las dos ramas en las que se divide la masoner¨ªa en nuestro pa¨ªs, cont¨® con las presentaciones de Luis Mart¨ªn y Ascensi¨®n Tejerina, una de las personalidades femeninas masonas de m¨¢s rango. Hasta el momento, existen logias masculinas y logias mixtas, agrupadas ¨¦stas en torno a la Gran Logia Simb¨®lica Espa?ola. Sin embargo, en el curso del mismo acto se anunci¨® la inminente creaci¨®n de una futura obediencia espa?ola, exclusivamente femenina, para 2005.
El soci¨®logo madrile?o Fernando de Yzaguirre explic¨® con detalle las que denomin¨® fantasmagor¨ªas que fueron empleadas bajo la dictadura para la ilegalizaci¨®n de la orden, desde el satanismo, pregonado por Leo Taxil, "un comerciante editor y caradura invocado por el pensamiento dogm¨¢tico europeo m¨¢s reaccionario", hasta la idea obsesiva del contubernio judeo-mas¨®nico-comunista, consigna del general Franco hasta la misma v¨ªspera de su muerte, en 1975.
El catal¨¢n Vicen? Molina abord¨® la fase previa e inmediata a la legalizaci¨®n de la masoner¨ªa y brind¨® un dato, hasta ahora desconocido por el p¨²blico madrile?o: la primera y ¨²nica logia mas¨®nica fundada en territorio espa?ol bajo el franquismo lo fue en la base de utilizaci¨®n hispano-norteamericana conjunta de Torrej¨®n de Ardoz, en la provincia de Madrid: "En una cl¨¢usula secreta del Tratado suscrito en 1953 figuraba la autorizaci¨®n de Franco para el establecimiento de tal logia, a condici¨®n de que en ella no se integraran jam¨¢s miembros espa?oles", explic¨® Vicen? Molina.
Por su parte, Javier Otaola, abogado alav¨¦s y ex Gran Maestro, situ¨® la masoner¨ªa en un espacio ¨¦tico y laico, equidistante entre la religi¨®n y la pol¨ªtica, y estableci¨® que hoy cuenta al menos con unos 3.000 miembros activos. "Me inici¨¦ como mas¨®n en Bilbao en el a?o 1981, pero fue precisamente a trav¨¦s de la logia de Madrid llamada La matritense", cuenta Otaola. Se refiere a la primera logia de las fundadas en Europa continental -incluso antes que en Francia- concretamente en 1728 y en la calle de San Bernardo, s¨®lo 11 a?os despu¨¦s de la fundaci¨®n de la orden en Gran Breta?a. Fueron militares ingleses destacados en Espa?a quienes en principio formaron parte de ella, ya que algunos monarcas borb¨®nicos prohibieron durante d¨¦cadas la actividad de las logias.
A la llegada de las tropas napole¨®nicas a Madrid, a principios del siglo XIX, la masoner¨ªa sali¨® de la discreci¨®n en la que se hallaba, forzada por las circunstancias. Proliferan entonces las logias y bien entrado el siglo XIX, cobraron auge al calor del despliegue del liberalismo. Destacad¨ªsimas personalidades de la pol¨ªtica, como Rafael de Riego o Nicol¨¢s de Salmer¨®n; de la milicia, como el general Serrano, la academia o la econom¨ªa, surgieron a la arena nacional desde las logias. Con la Rep¨²blica llegaron a su esplendor y, bajo el franquismo, a su parcial ocaso.
Miles de masones fueron fusilados por el simple hecho de serlo o, siquiera, por tener parientes en la masoner¨ªa. Por ello, hoy festeja 25 a?os de libertad.
Salas de di¨¢logo y reflexi¨®n
En Madrid, la logia Hermes Tolerancia, en pleno barrio de Cuatro Caminos, ha sido una de las m¨¢s din¨¢micas entre las de la rama simb¨®lica, desde la legalizaci¨®n de la masoner¨ªa. Hay logias pertenecientes a la Gran Logia de Espa?a en Castellana.
Las logias suelen ser salas espaciosas dotadas de una orientaci¨®n precisa y depositarias en s¨ª mismas de un significado simb¨®lico que singulariza, tambi¨¦n, los elementos de su decoraci¨®n. Son concebidas como talleres en los cuales sus miembros se inician libremente en la masoner¨ªa y despliegan poco a poco procesos de autoconstrucci¨®n.
Sus divisa son el respeto a las creencias de cada uno, el apoliticismo de la masoner¨ªa como instituci¨®n y la reflexi¨®n ¨¦tica. Todo ello dentro de un ambiente de reflexi¨®n y di¨¢logo que, seg¨²n los maestros masones, crea las bases para la indagaci¨®n en la intimidad de cada mas¨®n consigo mismo y para la relaci¨®n con sus compa?eros. Estas actividades suelen complementarse con ceremoniales de rituales de gran vistosidad, como los de adopci¨®n de ni?os hu¨¦rfanos de masones o las iniciaciones de nuevos miembros. Los accesos de las logias muestran dos columnas con las iniciales de dos palabras que suelen servir como claves de paso para franquearlas. En su interior, el suelo habitualmente jaquelado y el techo estrellado brindan claves simb¨®licas. Las posiciones de los masones de distintos grados est¨¢n fijadas con nitidez en las logias.
El maestro porta un mallete, una especie de martillo peque?o, con el que dirige los debates y singulariza su autoridad que, en la masoner¨ªa, corresponde a la sabidur¨ªa avalada por la experiencia y la eticidad en la conducta.
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