El 'fen¨®meno Pedrosa'
El motociclista catal¨¢n, de 19 a?os, se impone en el Mundial de 250ccdespu¨¦s de hacerlo en 2003 en el de 125cc y estar seis meses lesionado
A estas alturas, nadie se atreve ya a discutirle. El catal¨¢n Daniel Pedrosa constituye uno de esos fen¨®menos inexplicables en el mundo del deporte. Es cierto que mam¨® el motociclismo desde la cuna. Pero eso mismo les ha ocurrido a muchos otros pilotos y, en cambio, no han sido campeones del mundo. Lo que Dani Pedrosa ha logrado es una haza?a de un calibre poco medible.
En octubre de 2003 se hab¨ªa proclamado campe¨®n de 125cc en Sepang con 18 a?os y 13 d¨ªas. Y s¨®lo cinco d¨ªas m¨¢s tarde sufri¨® un grave accidente en los entrenamientos de Australia, del que sali¨® con los dos tobillos rotos. La recuperaci¨®n fue muy lenta. Tard¨® seis meses en volver a subirse a una moto. Pero cuando lo hizo fue para ganar. No le import¨® haber cambiado de categor¨ªa y haber subido a la de 250cc. Sin apenas haberse podido entrenar, comenz¨® el Mundial en Sur¨¢frica y se impuso a todos sus rivales. Su dominio prosigui¨® hasta que se proclam¨® de nuevo campe¨®n mundial, el m¨¢s joven de la historia que lo consigue en la categor¨ªa intermedia.
Sin apenas entrenarse, gan¨® en Sur¨¢frica la primera carrera. En total, logr¨® 13 podios
"Tiene un talento bestial. No es ya s¨®lo su dominio de la moto, la trazada. Es la frialdad de su mente"
"Lo m¨¢s importante fue su poder de recuperaci¨®n", explica su gur¨², Alberto Puig, el hombre que le ha llevado de la mano desde que le descubri¨® a los 13 a?os en las carreras de promoci¨®n; "estuvo fastidiado todo el invierno por la lesi¨®n en los tobillos. Pero cuando cogi¨® la moto de nuevo se mostr¨® confiado, seguro, a pesar de haber dado el salto de categor¨ªa y de no estar todav¨ªa en perfectas condiciones f¨ªsicas. Incluso a m¨ª, que le conozco tanto, me sorprendi¨®".
El fen¨®meno Pedrosa eclips¨® a otros grandes deportistas que tal vez merecieron mejor suerte en la encuesta anual de este peri¨®dico. El pirag¨¹ista David Cal se qued¨® a las puertas del reconocimiento de sus compa?eros de profesi¨®n a pesar de haberse convertido en Atenas en el ¨²nico deportista espa?ol que ha conseguido una medalla de oro y otra de plata en los mismos Juegos. Tampoco el gimnasta Gervasio Deferr obtuvo el apoyo mayoritario de los deportistas espa?oles a pesar de que su medalla de oro ol¨ªmpica en salto lleg¨® enmarcada en un contexto de sufrimiento, producido tanto por el positivo por c¨¢nnabis que dio en 2002 y las lesiones como por el fallecimiento el pasado abril de un hermanastro al que estaba muy unido.
Ellos y muchos otros contrajeron m¨¦ritos suficientes para optar al t¨ªtulo de mejor deportista espa?ol de 2004. Pero esta vez el elegido fue Pedrosa. Tal vez influy¨® el hecho de que se mueve en un deporte m¨¢s medi¨¢tico y que todo lo que le ocurri¨® pudo ser visualizado, escuchado o le¨ªdo en todos los medios de comunicaci¨®n. Fue impactante verle salir en camilla, destrozado, del circuito de Philip Island. Y luego le mostraron sentado en una silla de ruedas, en la que permaneci¨® dos semanas. De esta forma, y apoy¨¢ndose penosamente en las muletas, acudi¨® a los homenajes que le rindieron tanto en su pueblo natal como en el circuito de Cheste, en Valencia, donde acab¨® el Mundial. Y despu¨¦s se le vi¨® de nuevo en el gimnasio, realizando sesiones de pesas para reforzar la musculatura, magnoterapia, piscina, fisioterapia..., y ya en los ¨²ltimos meses de su recuperaci¨®n sesiones de preparaci¨®n f¨ªsica.
En marzo volvi¨®, por fin, a subirse a una moto. Lo hizo en Cheste, rodeado de todos los que confiaban ciegamente en ¨¦l, sus padres, Puig, un amigo, la gente del equipo... Y en s¨®lo un par de horas sobre la nueva 250cc en la que debutaba marc¨® el cuarto mejor tiempo de los 16 pilotos que estaban all¨ª realizando pruebas. Aquello provoc¨® la reacci¨®n del viejo Kenny Roberts, campe¨®n mundial del medio litro. "?Es cierto que es la primera vez que te montas en una 250?", le pregunt¨®, entre extra?ado y sorprendido.
Los aficionados pudieron sentir casi el aliento de un Pedrosa que luchaba por sobrevivir en un mundo tremendamente competitivo. Convivieron con todo su sufrimiento mucho m¨¢s que con el de los dem¨¢s. Y, probablemente por eso, cuando el 18 de abril de este a?o sali¨® como una flecha en la carrera de Sur¨¢frica, la que abr¨ªa el Mundial, y ya nadie le alcanz¨® hasta la victoria, el estallido general fue espectacular "Un cambio de categor¨ªa siempre es dif¨ªcil", agrega Puig; "y m¨¢s cuando sales de una lesi¨®n, con toda la carga psicol¨®gica que eso supone, no tienes la fuerza muscular necesaria y vas en una moto que apenas conoces. El valor de aquella victoria fue muy grande. Hay que tener una calidad muy especial, ser muy bueno, para conseguir algo as¨ª".
Pedrosa realiz¨® un Mundial espectacular. No s¨®lo gan¨® la primera carrera, sino que se impuso en otras seis, acab¨® segundo cinco veces y fue tercero en otra ocasi¨®n. Estuvo imparable y pilot¨® con una suficiencia impresionante en un chico de s¨®lo 18 a?os. En algunas carreras pareci¨® jugar al gato y al rat¨®n con sus grandes rivales, Sebasti¨¢n Porto, Randy de Puniet y su ex compa?ero de equipo Toni El¨ªas. Pero todo respond¨ªa a una estrategia muy concreta: quer¨ªa ser campe¨®n mundial.
Y lo logr¨®. Sin sustos, sin ca¨ªdas, sin m¨¢s sillas de ruedas. Pero con algunos secretos que se fueron conociendo a medida que la temporada fue avanzando. Uno de ellos, que compiti¨® siempre con el ch¨¢sis de la Honda 250 del a?o anterior, o sea la de 2003. "Fue algo muy curioso", relata Puig; "a principios de temporada nos dieron a probar las nuevas m¨¢quinas a todos los equipos. Dani dio unas vueltas y tuvo la sensaci¨®n de que algo no funcionaba. Los dem¨¢s equipos prefirieron cambiar. Pero Dani se sent¨ªa m¨¢s c¨®modo con el viejo ch¨¢sis. Y acert¨®".
Fue una cuesti¨®n de sensaciones, de sensibilidad. Necesita sentirse seguro, notar los latidos del coraz¨®n de su m¨¢quina, para poder lanzarse sobre el asfalto poniendo en riesgo su propia vida. Como todos los grandes pilotos, como Valetino Rossi, como el gran Mick Doohan, como el legendario ?ngel Nieto. "Yo no puedo juzgarle, soy su manager", asegura Puig; "sin embargo, en un ejercicio de honestidad, de objetividad e intentando mantener la cabeza fr¨ªa, dir¨¦ que Dani tiene un talento bestial. Un mero an¨¢lisis de la temporada sirve para darse cuenta de ello. No es ya s¨®lo el dominio que tiene de la moto, la trazada perfecta que realiza, la lectura de cada carrera..., sino tambi¨¦n la frialdad de su mente, la forma c¨®mo responde a cada situaci¨®n. En el Mundial hay muy buenos pilotos, pero el que gana es ¨¦l. Su proyecci¨®n no tiene l¨ªmites. ?Con s¨®lo 19 a?os reci¨¦n cumplidos y tiene dos t¨ªtulos mundiales consecutivos en distintas cilindradas!".
Le quedan a¨²n varios retos. El primero, revalidar su t¨ªtulo de 250cc la pr¨®xima temporada. El segundo, dar el salto a MotoGP y seguir ganando. "No tendremos la nueva moto [del cuarto de litro] hasta marzo", explica Puig; "pero nos han adelantado que el ch¨¢sis estar¨¢ basado en el modelo tradicional. Ser¨¢ un a?o dif¨ªcil, pero eso siempre ocurre en el motociclismo. Siempre hay presi¨®n: ah¨ª est¨¢n los mejores equipos, los mejores patrocinadores y los mejores pilotos. Pero algunos la soportan mejor".
Hace s¨®lo unos meses Pedrosa se subi¨® por primera vez a una Honda de MotoGP. Dio unas cuantas vueltas y not¨® c¨®mo los caballos surg¨ªan desbocados de aquel artilugio en el que se hab¨ªa sentado. "Fue una experiencia muy positiva. Me gust¨®", dijo. "Se lo pas¨® bien", agrega Puig; "se adapt¨® r¨¢pidamente. Fue una experiencia interesante para tenerla guardada en un caj¨®n y sacarla cuando sea el momento. Porque la MotoGP es nuestro objetivo final. Pero para dar el salto hay que saber muy bien con qu¨¦ cuentas y d¨®nde te metes".
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