Bajo la sombra de la reca¨ªda
El 40% de los alcoh¨®licos sigue sin beber 10 a?os despu¨¦s de iniciar una terapia contra la adicci¨®n
Gabriel ha pasado m¨¢s de la mitad de su vida con una copa en la mano. Bebe en exceso desde los 14 a?os y ahora tiene 40. Hace a?os acudi¨® a una unidad de conductas adictivas para tratar su adicci¨®n al alcohol. Tras una primera fase de desintoxicaci¨®n, emprendi¨® un programa de deshabituaci¨®n con la intenci¨®n de borrar la huella de la dependencia que el alcohol hab¨ªa dejado en su vida. Sus avances eran tan positivos que en pocas semanas decidi¨® volver al trabajo. Pero al reincorporarse se encontr¨® en una situaci¨®n de estr¨¦s elevado. El trabajo era muy intenso y las jornadas duraban hasta 12 horas. Caer de nuevo en los brazos del alcohol fue s¨®lo cuesti¨®n de tiempo. Ahora, tras haber superado esa reca¨ªda y alguna que otra m¨¢s, ya lleva a?os sin probar ni gota.
Cuanto m¨¢s dura la abstinencia, mayor es la probabilidad de superar la adicci¨®n
Parte del tratamiento contra el alcoholismo est¨¢ dirigido a prevenir las reca¨ªdas
El ¨¦xito final de Gabriel y el de muchos otros bebedores demuestra que el tratamiento contra el alcoholismo es eficaz y que el mito de que la mayor¨ªa de los alcoh¨®licos no supera su dependencia es falso. De hecho, seg¨²n un reciente estudio elaborado por la Unidad de Alcoholog¨ªa de la Generalitat de Catalu?a integrada en el hospital Cl¨ªnico de Barcelona, el 40% de los pacientes sigue sin beber 10 a?os despu¨¦s de haber comenzado el tratamiento. La reca¨ªda es, sin embargo, un obst¨¢culo con el que tropiezan muchos bebedores en su intento por librarse de su adicci¨®n, tanto los que lo acaban consiguiendo como los que no.
La amenaza de las reca¨ªdas es tal que gran parte del tratamiento contra el alcoholismo est¨¢ dirigido a prevenirlas. "Los pacientes viven su adicci¨®n como una ambivalencia. Se encuentran atrapados entre el deseo o la necesidad de beber y el convencimiento de que lo que hacen les perjudica. Todos nuestros esfuerzos se encaminan a conseguir que prevalezca esta ¨²ltima idea, de modo que al final el paciente comprenda los beneficios de dejar la bebida", explica Antoni Gual, jefe de la unidad de alcoholog¨ªa del hospital Cl¨ªnico de Barcelona y uno de los autores del estudio.
La terapia se inicia con la desintoxicaci¨®n, que dura entre una y dos semanas, y que en los casos m¨¢s graves requerir¨¢ un ingreso hospitalario. Gracias a la administraci¨®n de ciertos f¨¢rmacos, el paciente consigue eliminar la dependencia f¨ªsica y superar el s¨ªndrome de abstinencia, suavizando los s¨ªntomas que aparecen tras el cese repentino del consumo de alcohol. Pero Gaspar Cervera, psiquiatra de la unidad de tratamiento de toxicoman¨ªas del hospital Cl¨ªnico de Valencia, se?ala que ah¨ª no termina la dependencia. Seg¨²n ¨¦l, la adicci¨®n aparece porque hay unos circuitos cerebrales de la recompensa, con funciones fisiol¨®gicas normalizadas, como la reproducci¨®n en el caso del placer sexual, que se alteran cuando ciertas sustancias act¨²an sobre ellos.
"Una vez superada la dependencia f¨ªsica con la desintoxicaci¨®n, queda la apetencia, el deseo. Cuando uno ha dejado el alcohol se acuerda del placer, uno piensa que quiz¨¢ si vuelve pueda controlarlo. Pero una vez que se ha sido adicto es dif¨ªcil volver a consumir alcohol sin caer de nuevo en la adicci¨®n, porque queda una memoria biol¨®gica en el cerebro", explica Gaspar Cervera.
Por ese motivo los expertos destacan que el ¨¦xito de la terapia se cifra en el cese completo del consumo. Una copa espor¨¢dica o un vaso de vino en una cena aislada pueden activar de nuevo esa memoria biol¨®gica y propiciar una reca¨ªda. "La abstinencia per se no es la meta, pero s¨ª la v¨ªa m¨¢s segura para alcanzar la recuperaci¨®n plena. La probabilidad de volver a la conducta dependiente es tan elevada en quien ha desarrollado una dependencia que no es aconsejable recomendarle que emplee sus esfuerzos en beber de forma controlada. La dependencia puede superarse, pero en el cerebro persiste una memoria adictiva dispuesta a reactivarla", recuerda Alicia Rodr¨ªguez-Martos, vicepresidenta de la Sociedad Cient¨ªfica Espa?ola para el Estudio del Alcoholismo y otras Toxicoman¨ªas (Socidrogalcohol).
La segunda fase del tratamiento, la deshabituaci¨®n, se dedica a combatir ese deseo por beber y puede prolongarse entre uno y dos a?os. La terapia, que suele apoyarse en la administraci¨®n de algunos f¨¢rmacos, consiste en la realizaci¨®n de entrevistas psicoterap¨¦uticas individuales y en grupo. "En las entrevistas individuales el paciente puede resolver su posible ambivalencia frente a la idea de dejar el alcohol y recibir apoyo para superar los factores de riesgo de una reca¨ªda o la propia reca¨ªda y ver reforzados sus avances. Por su parte, la asistencia a grupos de discusi¨®n ayuda al paciente a aprender a vivir sin alcohol. En conjunto, se trata de que el paciente tome plena conciencia de que no puede seguir bebiendo y termine por no necesitarlo ni quererlo", explica Alicia Rodr¨ªguez-Martos, autora del libro Manual de alcoholismo para el m¨¦dico de cabecera.
El impulso imperioso de beber puede reaparecer en personas con abstinencia estabilizada a partir de ciertos est¨ªmulos cognitivos o ambientales asociados al consumo, bien sea asociados al placer que se espera obtener del alcohol o al alivio que se espera conseguir tras su carencia. "La reca¨ªda puede ser el resultado tanto de una situaci¨®n de euforia como de tristeza o de estr¨¦s, as¨ª como la exposici¨®n a un ambiente con muchas incitaciones al consumo. En l¨ªneas generales, no es aconsejable que el paciente se desenvuelva en ambientes en los que antes abus¨® de la bebida o se meta en situaciones que en ¨¦l se asociaban al consumo", explica Rodr¨ªguez-Martos.
Jos¨¦ Mart¨ªnez Raga, director de la unidad de conductas adictivas del ?rea 9 de Valencia, comenta que el 50% de los pacientes presentan alg¨²n problema psiqui¨¢trico asociado que es necesario tratar, como trastornos de ansiedad, depresivos o de personalidad. Por otro lado, la excesiva facilidad con la que se puede obtener alcohol en una sociedad en la que en muchas ocasiones se fomenta su consumo juega en contra el alcoh¨®lico, que puede verse abocado a la reca¨ªda. "Un problema grave del alcoh¨®lico es que va al supermercado a comprar patatas y cebollas y se encuentra all¨ª su droga, junto a las patatas, y adem¨¢s barata", se?ala Gaspar Cervera.
Algo en lo que tambi¨¦n coincide Josep Guardia, del servicio de Psiquiatr¨ªa del hospital de Sant Pau de Barcelona, que cada a?o recibe hasta 700 nuevos pacientes drogodependientes, de los que casi el 40% solicitan tratamiento por alcoholismo. "Los factores que pueden causar una reca¨ªda son las situaciones de gran disponibilidad de bebidas alcoh¨®licas, la relaci¨®n persistente y frecuente con las personas con las que uno sol¨ªa beber, frecuentar los mismos lugares donde uno beb¨ªa, el estr¨¦s y los estados emocionales negativos causados por conflictos con los dem¨¢s, disgustos, enfados y malas noticias", explica Josep Guardia, secretario de Socidrogalcohol. "Lo m¨¢s sencillo es que el paciente aprenda a identificar y evitar el mayor n¨²mero posible de factores de riesgo de reca¨ªda", concluye. Cuando el paciente no pueda eludir la amenaza, las entrevistas individuales y en grupo le ense?ar¨¢n a hacer frente a las situaciones de riesgo y minimizar las probabilidades de reca¨ªda.
Sortear la reca¨ªda durante el mayor tiempo posible es fundamental porque los estudios sugieren que, cuanto m¨¢s se prolongue la abstinencia, mayores son las posibilidades de que el paciente consiga superar su adicci¨®n. Algo que no resulta tan dif¨ªcil como parece ya que, como recuerda Jos¨¦ Mart¨ªnez Raga, los pacientes alcoh¨®licos cumplen los tratamientos con mayor religiosidad que los diab¨¦ticos o los hipertensos. "La experiencia de vivir sin alcohol es un elemento terap¨¦utico important¨ªsimo para los pacientes. El bienestar personal y la estabilidad social act¨²an como un refuerzo para continuar en abstinencia", a?ade Antoni Gual.
La experiencia de los expertos consultados dice que, al final, la clave del ¨¦xito es conseguir que el bebedor no vea el abandono del alcohol como una prohibici¨®n, sino como una opci¨®n personal en la que su dicotom¨ªa inicial se decanta por los beneficios de una vida alejada del alcohol.
Diez a?os sin beber
El tratamiento contra el alcoholismo funciona. Al menos eso se desprende de un estudio que ha seguido la evoluci¨®n, durante 10 a?os, de un total de 850 pacientes alcoh¨®licos tratados en ocho centros de la red p¨²blica catalana de Atenci¨®n a las Drogodependencias. Seg¨²n este estudio, cuyos resultados se publicaron en noviembre de este a?o en la revista Medicina Cl¨ªnica y que EL PA?S adelant¨® el 3 de febrero de 2003, durante el primer a?o de tratamiento el 38% de los pacientes lograron dejar de beber, porcentaje que se mantuvo al cabo de 10 a?os.
Los resultados son m¨¢s positivos si en el an¨¢lisis no se tiene en cuenta a aquellos que al cabo de 10 a?os no han podido ser localizados (el 7%), los que han rechazado contestar (6%) o han fallecido (15%). De este modo, el porcentaje de alcoh¨®licos que han dejado por completo la bebida se eleva hasta el 53%. Del resto, el 10% son bebedores espor¨¢dicos y el 37% todav¨ªa siguen consumiendo alcohol de forma habitual.
El estudio catal¨¢n es uno de los estudios prospectivos m¨¢s amplios realizados en el mundo sobre alcoholog¨ªa. Y es, adem¨¢s, el que ha incorporado a una muestra m¨¢s representativa de mujeres, habitualmente omitidas en este tipo de investigaciones. El 19% de los pacientes estudiados son del sexo femenino, lo que ha permitido a los investigadores demostrar que las mujeres responden bastante mejor que los hombres al tratamiento y su evoluci¨®n es m¨¢s positiva. As¨ª, el 65% de ellas ha dejado totalmente la bebida 10 a?os despu¨¦s de iniciar la terapia, frente al 39% de los hombres.
La investigaci¨®n, que ha estudiado otros aspectos como la tasa y causas de mortalidad, las visitas realizadas a servicios de urgencia y el n¨²mero de accidentes sufridos, continuar¨¢ en los pr¨®ximos 10 a?os y ofrecer¨¢ resultados a los 15 y los 20 a?os.
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