28.786 firmas contra la impunidad
Las viudas de los dos vigilantes muertos a tiros en Terrassa piden al fiscal que se acelere el caso y se juzgue a los acusados
Ocurri¨® hace m¨¢s de dos a?os. Entonces fue un suceso destacado, pero se acab¨® diluyendo de los peri¨®dicos, como tantos otros. S¨®lo las viudas de las dos v¨ªctimas han mantenido el recuerdo y ayer acudieron a la fiscal¨ªa de Barcelona para entregar 28.786 firmas que han recogido por todos los rincones de Espa?a y con las que reclaman que se acelere el proceso y la justicia siente en el banquillo a los supuestos asesinos de sus maridos. Hasta la fecha lo ¨²nico que se sabe es que el caso sigue su lenta tramitaci¨®n.
El 9 de diciembre de 2002, los vigilantes de seguridad de la empresa Prosegur Francisco Fust¨¦, de 51 a?os, y Eladio Romero, de 40, murieron acribillados a balazos cuando transportaban la recaudaci¨®n de 214.000 euros en las salas multicines AMC del centro de ocio Parc Vall¨¨s, en Terrassa. Sus asaltantes, al parecer tres personas con la cara semicubierta, les dispararon 20 tiros y los remataron cuando estaban malheridos en el suelo.
Trece d¨ªas despu¨¦s, la polic¨ªa detuvo a seis personas acusadas de los hechos. Al cabo de unas semanas, s¨®lo quedaban en la c¨¢rcel Juan Antonio Naranjo Acevedo y Juan Pedro Lozano Fern¨¢ndez, considerados autores materiales del tiroteo. Un a?o despu¨¦s del crimen, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n de Terrassa orden¨® su libertad bajo fianza de 6.000 euros.
Lozano ten¨ªa una orden de busca y captura para cumplir una pena de 19 a?os de prisi¨®n por un atraco y eso evit¨® que saliera en libertad. El abogado Joan Maria Xiol, que ejerce la acusaci¨®n en nombre de la viuda de Fust¨¦, recurri¨® contra la decisi¨®n del juez. La Audiencia de Barcelona le dio la raz¨®n y orden¨® prisi¨®n para Lozano al margen de la causa que ten¨ªa pendiente. El otro acusado sigue en libertad porque no existen pruebas determinantes contra ¨¦l. En el lugar del crimen se recogieron unas colillas y se cotej¨® el ADN de la saliva con el suyo, pero result¨® negativo.
La investigaci¨®n judicial del caso est¨¢ pr¨¢cticamente concluida y s¨®lo falta que el juez resuelva: o archiva el caso, cosa poco probable, o abre juicio oral contra los dos acusados y se celebra la vista por el procedimiento de la ley del jurado. Hace un a?o, el juez admiti¨® por escrito que los dos acusados hab¨ªan sido reconocidos por varios testigos y que estuvieron all¨ª el d¨ªa del crimen, pero tambi¨¦n dijo que optaba por dejarlos en libertad porque ten¨ªa "dudas" sobre su participaci¨®n directa en los asesinatos.
"Familiares, amigos y compa?eros consideramos una burla inadmisible el haber dejado a estos imputados en libertad provisional bajo fianza de 6.000 euros despu¨¦s de acribillar a balazos a dos padres de familia", dice el escrito presentado ayer en la fiscal¨ªa y apoyado por casi 29.000 firmas, muchas de ellas recogidas por los ayuntamientos de Villanueva del R¨ªo y Mina (Sevilla), Coria (C¨¢ceres) y Maceda (Ourense), municipios vinculados a las familias de las v¨ªctimas.
El juez argument¨® en el auto de libertad que acordaba esa medida porque no hab¨ªa "riesgo de fuga por la existencia de domicilio conocido y de arraigo familiar". Los firmantes consideran "sangrante" esa afirmaci¨®n y se preguntan "si el se?or juez obrar¨ªa as¨ª en caso de ser un familiar suyo el asesinado". Por eso piden "de coraz¨®n" al fiscal jefe de Catalu?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, "que intervenga en el caso y que esta gente no vuelva a tener la oportunidad de desarraigar a m¨¢s familias". Durante la tramitaci¨®n del proceso, la fiscal¨ªa defendi¨® que los acusados siguieran en prisi¨®n.
"Lo que quiero es que salga pronto el juicio y que paguen por lo que hicieron", dec¨ªa ayer con l¨¢grimas en los ojos Mar¨ªa Jos¨¦ Delgado, la viuda de Eladio Romero. "Yo las l¨¢grimas me las he dejado en casa antes de venir aqu¨ª", a?ad¨ªa Teresa Blanco, la viuda de Franscisco Fust¨¦. "Los compa?eros de nuestros maridos son los que se est¨¢n moviendo de verdad para que esto no se olvide", dicen. Y ellas tambi¨¦n.
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