A?o nuevo
Esto se acaba y, como de alguna manera hay que dividir las cosas y nosotros hemos decidido hacerlo en d¨ªas, meses y a?os, llega ma?ana por la noche, se paran las campanas y tenemos la sensaci¨®n de que empieza, por encima de todo, un nuevo nosotros. Vida nueva, como suele decirse, lo mismo que si uno se pudiera de verdad parcelar en personas diferentes y saltar de una a otra para quedarse s¨®lo con la parte de afuera de uno mismo y cambiar todo lo dem¨¢s. A?o nuevo, vida nueva. Se acaban las fiestas de Navidad, las botellas de cava pierden fuerza y, a veces, se tiene la sensaci¨®n de que al rasgar los papeles satinados de los regalos se le ve el doble fondo al ba¨²l del mago: de pronto, los contenedores de basura se llenan de cajas de juguetes, los relojes de las oficinas y las sirenas de las f¨¢bricas vuelven a ponerse en marcha y es como cuando la nieve se deshace y de nuevo aparece la realidad, tan furiosa y tan innegociable. Se terminaron las bombillas blancas y las cenas de cinco platos. Parece que fue hoy. Qu¨¦ nostalgia y qu¨¦ alivio.
Personalmente, siempre me ha gustado la ciudad del uno de enero. Es un Madrid que huele a fiesta fr¨ªa y a velas reci¨¦n apagadas; que est¨¢ lleno de tesoros rebajados y personas que salen a la calle con ropa de estreno que desmiente, a base de formas perfectas y colores vivos, su cara de preocupaci¨®n, que es la de quienes saben que, tras los excesos de diciembre, de pronto todos los caminos son cuesta arriba y casi todas las n¨®minas son un barco con agujeros. Y qu¨¦: al fin y al cabo, la diversi¨®n es el combustible del optimismo, de modo que ahora toca achicar y callarse.
O paciencia y barajar, como dijo Miguel de Cervantes. Naturalmente que Madrid, ciudad cien por cien cervantina, celebrar¨¢ este 2005 el aniversario de El Quijote y, puesta a imaginar, so?ar¨¢ con obtener la recompensa de unas olimpiadas que la puedan resarcir de tantas cosas; y con que los pasillos de sus hospitales se vac¨ªen; y con que sus carreteras dejen de ser inhumanas; y con que sus casas se vuelvan asequibles para todos; y con que sus oficinas del Inem se abran para menos personas cada ma?ana. Con todo eso y con que nadie vuelva a matar a nadie en nombre de sus malditos dioses, sus malditas banderas, sus malditos vicios o su maldito honor, todos los monstruos se volver¨ªan molinos.
Este a?o tambi¨¦n se empezar¨¢, por fin, a soterrar la M-30 junto al Manzanares, y ¨¦sa ser¨¢ una gran prueba para las autoridades municipales y tambi¨¦n para las gubernamentales, que deben vigilar metro a metro, y p¨²blicamente, el desarrollo de esa aventura urban¨ªstica que podr¨ªa ser tanto una haza?a como una cat¨¢strofe. Sobre el papel, el Ministerio de Medio Ambiente ha exigido el cumplimiento de unas condiciones que hagan de esa obra un bien para la capital: el Ayuntamiento deber¨¢ dragar el r¨ªo y excavar su fondo para hacerlo metro y medio m¨¢s profundo, lo que aumentar¨¢ su cauce, y es un seguro contra posibles inundaciones; tambi¨¦n tendr¨¢ que proteger la flora y fauna de sus m¨¢rgenes; montar un nuevo sistema de colectores que asegure el control y la calidad del agua; capturar los peces que existan en el tramo afectado, realizando sueltas arriba o abajo del mismo; colocar cajas-nido y comederos para las aves, y, desde luego, tomar medidas para proteger los hist¨®ricos puentes de Toledo y de Segovia. Si todo eso se hace y el resultado es una zona m¨¢s verde y m¨¢s silenciosa, un r¨ªo m¨¢s sano y una vida mejor para las personas que viven cerca del Manzanares, Madrid, que vive comida por el tr¨¢fico como Venecia por las olas, habr¨¢ ganado una gran batalla. Pero si al final de lo que estamos hablando es, una vez m¨¢s, de especulaci¨®n, de negocios y de otro enga?o masivo, se tratar¨¢ de uno de los m¨¢s grandes atropellos que hayamos sufrido jam¨¢s. Y mira que a atropellados a los madrile?os es dif¨ªcil que nos ganen, dado que nos atropellan desde todas partes.
Que el 2005 pase despacio, se deje vivir, sea limpio y ecol¨®gico, pac¨ªfico y solidario y, cuando termine, podamos decir: ahora, la ciudad es un poco m¨¢s humana. Con todo lo que eso significa. Uno puede so?ar con eso, ahora que todo est¨¢ a¨²n a la vez al final y al principio, en el punto donde ninguna esperanza puede ser descartada. Que no se nos olvide. Feliz a?o nuevo.
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