En la muerte de Alberto M¨¦ndez
Hace unos meses aterriz¨® en la editorial Anagrama un manuscrito de cuatro relatos de un autor inesperado, Alberto M¨¦ndez, una "joven promesa". Recuerdo que conoc¨ª a Alberto en el verano del 69 pero su fama, su fama de rojo, le preced¨ªa. Desde antes, entre los j¨®venes izquierdosos de Barcelona, ya eran famosos los hermanos M¨¦ndez, que para la polic¨ªa franquista eran como los hermanos Dalton o Jesse James y sus hermanos. En 1964 tuvo lugar una sonada manifestaci¨®n en Madrid, encabezada por Aranguren, Tierno Galv¨¢n, Garc¨ªa Calvo y Montero D¨ªaz que les vali¨® su expulsi¨®n de la universidad. Pero tambi¨¦n fue expulsado el l¨ªder de la Asamblea de Estudiantes, Alberto M¨¦ndez, le arrebataron el t¨ªtulo de licenciado en Filosof¨ªa y Letras y se tuvo que volver a Roma, ciudad en la que vivi¨® en varias ¨¦pocas de su vida.
Varios amigos, entre ellos los M¨¦ndez, fundaron unos a?os despu¨¦s una excelente editorial de izquierdas, llamada Ciencia Nueva, notoriamente vinculada al Partido Comunista, que dur¨® hasta que el Ministro de Informaci¨®n y Turismo, el conocido dem¨®crata Fraga Iribarne, decidi¨® cerrarla, por la cara.
Desde que lo conoc¨ª he visto a Alberto epis¨®dicamente en Francfort -con su estampa de bon vivant, agudo, divertido y, como todos, amante del trago largo-, ya que siempre ha estado vinculado al mundo de la edici¨®n, o en la fiesta anual en casa de mi gran amigo Miguel Garc¨ªa S¨¢nchez, editor, distribuidor y librero en Visor y ahora en Antonio Machado. Una fiesta en la que comparecen otros viejos amigos como Alberto Coraz¨®n, Carlos Piera o Valeriano Bozal. Todos ellos de la cosecha Ciencia Nueva, que fundaron despu¨¦s Comunicaci¨®n (Alberto Coraz¨®n editor).
Regreso al momento de la llegada del manuscrito, que abr¨ª con un cierto temor (el t¨ªpico temor ante el manuscrito inesperado de un amigo) que se disip¨® en muy pocas p¨¢ginas. Se trataba de un libro excelente y de una sorprendente sabidur¨ªa narrativa. Un libro que es un ajuste de cuentas con la memoria, un libro contra el silencio de la posguerra, contra el olvido, a favor de la verdad hist¨®rica restituida y a la vez, lo que es muy importante, decisivo, un encuentro con la verdad literaria, cosa que dije al presentar Los girasoles ciegos en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, junto con Joaqu¨ªn Leguina y Alberto Coraz¨®n.
En aquella ocasi¨®n el propio M¨¦ndez dijo: "Yo nac¨ª en 1941 y la Guerra Civil espa?ola estaba en la memoria de aquellos que me quer¨ªan, y yo recib¨ª por ¨®smosis esa memoria que me lleg¨® en forma de afecto, contada y ocultada en voz baja; he recuperado mi memoria para ver c¨®mo eran ellos, mis padres, mis t¨ªos", se?al¨® entonces el autor de Los girasoles ciegos que dijo que las cuatro historias de su libro reflejan "la derrota colectiva de un pa¨ªs".
Nada m¨¢s editarse el libro suscit¨® el entusiasmo de la cr¨ªtica, un entusiasmo que, a lo largo de los meses, qued¨® demostrado en numerosas rese?as. Y que ahora, pocos d¨ªas antes de la muerte de Alberto M¨¦ndez refrenda el I Premio Setenil, al mejor libro de relatos publicado en Espa?a en 2004.
En cuanto a la acogida cr¨ªtica del libro, extraordinaria, como he dicho, muy pocas veces en toda mi vida de editor se ha producido tanta unanimidad. A pesar de ser un primer libro, y de relatos para m¨¢s inri, y de un escritor no exactamente jovenc¨ªsimo, conseguimos despertar el inter¨¦s de un lector de gran olfato literario, Heinrich von Berenberg, quien, como lector de varias editoriales alemanas, ha logrado introducir en su pa¨ªs a Rafael Chirbes, Roberto Bola?o, Javier Tomeo, Andr¨¦s Barba y, el m¨¢s reciente, Alberto M¨¦ndez.
En los ¨²ltimos meses M¨¦ndez trabajaba en una novela en la que ahonda en la dualidad entre la vida pol¨ªticamente correcta y la humanamente correcta, es decir, entre la historia que se ve y la que subyace escondida, y que transcurre durante la etapa del Gobierno socialista.
Alberto M¨¦ndez falleci¨® el pasado d¨ªa 30 en Madrid a causa de un c¨¢ncer y fue incinerado en la misma ciudad pocas horas antes de finalizar el a?o 2004.
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