Fleetwood Mac revive con la reedici¨®n de sus primeros discos
El m¨ªtico grupo tambi¨¦n publica en DVD un documental y un recital
Fleetwood Mac parec¨ªa condenado al saco de las viejas glorias sin reinserci¨®n posible. Sin embargo, desde su refundaci¨®n para el ¨¢lbum Say you will (2003), la curiosidad y la pasi¨®n vuelven a rodear a cuanto le sucede a esta venerable banda, constituida hace 37 a?os en Londres y afincada desde mediados de los setenta en la Costa Oeste estadounidense. En estas fechas coinciden dos DVD y la reedici¨®n de sus hist¨®ricos primeros discos.
Los manuales de m¨²sica popular siempre destacan las colosales diferencias est¨¦ticas entre la etapa londinense de Fleetwood Mac y su mudanza a California en 1975, cuando el entonces quinteto se convirti¨® en paradigma del rock adulto, acert¨® con uno de los trabajos m¨¢s vendedores de la historia (Rumours, 1977) y supo nutrir cientos de p¨¢ginas con las pasiones cruzadas y desamores entre sus integrantes. El glamour y los oropeles de ¨¦xitos tan multimillonarios como Don't stop, Go your own way, Dreams, Sara o Say you love me han oscurecido a menudo los m¨¦ritos del grupo cuando enarbolaba la bandera del blues brit¨¢nico y la psicodelia, con los guitarristas Jeremy Spencer y Peter Green al mando de las operaciones.
Las nuevas ediciones de Peter Green's Fleetwood Mac (febrero de 1968), Mr. Wonderful (agosto del mismo a?o) y Pious bird of good omen (1969) deber¨ªan contribuir a reparar la injusticia. Aquel proyecto que hund¨ªa sus ra¨ªces en los Bluesbreakers de John Mayall y fagocitaba las ense?anzas de los Yardbirds o Cream fue capaz de crear en apenas 15 meses cl¨¢sicos como Black magic woman (luego m¨¢s popular en la lectura de Santana), Need your love so bad o el prodigioso instrumental Albatross. Green, de nombre completo Peter Alan Greenbaum, atesoraba tanto gusto y virtuosismo con las seis cuerdas que el mismo B. B. King exclamar¨ªa: "?l es el ¨²nico hombre en todo el mundo capaz de hacerme sudar".
Excesos con el ¨¢cido
Por desgracia, los excesos con el ¨¢cido de este genio fr¨¢gil y vulnerable empezaron a pasarle factura muy pronto. Su comportamiento se torn¨® impredecible, desapareci¨® durante tres d¨ªas vagabundeando por M¨²nich y decidi¨® profesar una religiosidad desquiciada: luc¨ªa t¨²nicas y grandes crucifijos en el escenario y pretend¨ªa donar todos los beneficios del grupo a obras de caridad. Ya con la salud mental resquebrajada, Green abandon¨® la m¨²sica ("no soy feliz con ella") para, seg¨²n la rumorolog¨ªa de la ¨¦poca, asumir oficios como el de enterrador, tabernero o celador de hospital. Casi al mismo tiempo, los psicotr¨®picos hicieron caer al otro guitarrista, Jeremy Spencer, en brazos de la secta Ni?os de Dios.
Con todo, la obra de ambos permanece y se engrandece ahora con estas tres entregas, enriquecidas con las notas del productor de aquellas sesiones, Mike Vernon y algunas piezas in¨¦ditas.
El doble DVD Live in Boston les retrata en una forma m¨¢s que correcta, aunque ya peinen canas, ejerzan de esposos amant¨ªsimos y vayan predicando sobre los beneficios de una vida saludable. Si lo que se busca es recuperar algo del morbo de los viejos tiempos, conviene sumergirse en el documental Destiny rules, que disecciona el complejo y a menudo tirante proceso de reunificaci¨®n de la banda para el disco Say you will. El DVD s¨®lo se ha comercializado en ingl¨¦s, sin subt¨ªtulos o doblajes de ning¨²n tipo.
Elaborado a partir de unas 500 horas de grabaciones, en ocasiones con c¨¢mara oculta, Destiny rules testimonia los conflictos entre un Buckingham obsesionado con la "integridad art¨ªstica" y unos compa?eros bastante menos temperamentales y m¨¢s pragm¨¢ticos. As¨ª, mientras el primero insiste en grabar 25 o 30 canciones para un disco doble, Stevie Nicks espeta a la c¨¢mara: "La gente que nos segu¨ªa en los a?os setenta ahora est¨¢ preocupada por pagar la hipoteca y la universidad de sus hijos. No les queda ni tiempo ni dinero para comprar nuestros discos".
En plena efervescencia, el larguirucho Mick Fleetwood se ha animado a crear una formaci¨®n paralela, The Mick Fleetwood Band, junto a un cantante y compositor tan meritorio como poco conocido, Todd Smallwood, y una jovenc¨ªsima promesa de 21 a?os, Lauren Evans.
Babelia
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