Blair y Brown compiten por la audiencia

La guerra que desde hace a?os mantienen el primer ministro brit¨¢nico y su ministro del Tesoro lleg¨® ayer a su m¨¢s alta cota de escenificaci¨®n p¨²blica al comparecer Tony Blair en su conferencia de prensa mensual coincidiendo en d¨ªa y hora con el importante discurso de Gordon Brown, consagrado al objetivo que ambos comparten de la lucha contra la pobreza mundial.

Los dos se apresuraron a elogiar en p¨²blico las virtudes de su rival y a restar importancia a la coincidencia, lo que aument¨® as¨ª la suspicacia general porque, cuantos m¨¢s cumplidos se echan en p¨²blico, m¨¢s grande parece la brecha que les separa en privado. La prensa brit¨¢nica ha convertido ya este asunto en crisis pol¨ªtica.

Blair dio m¨¢s pistas sobre la temperatura de la relaci¨®n al negarse a ratificar a Brown como ministro de Hacienda en la pr¨®xima legislatura cuando le preguntaron por ello. "No soy de los que dan la reelecci¨®n por asegurada", respondi¨®, y se lanz¨® a elogiar a Brown sin confirmarle en el cargo: "Ha hecho un trabajo soberbio como canciller y estoy encantado con el trabajo que est¨¢ haciendo", dijo, pero se neg¨® a "entrar en el juego de lo que pasar¨¢ tras la elecciones y los cambios en el Gobierno".

El primer ministro ha empezado el curso pol¨ªtico con mal pie. La prensa se le ha echado a la yugular porque se qued¨® de vacaciones en Egipto mientras en el ?ndico fallec¨ªan tantos brit¨¢nicos como en las Torres Gemelas. "No es lo mismo. El 11 de septiembre fue un acto de terrorismo y requer¨ªa una respuesta pol¨ªtica diferente", se defendi¨® ayer. Nada m¨¢s volver a Londres, el primer ministro brit¨¢nico ya hab¨ªa tenido que dejar claro en una entrevista radiof¨®nica que no se qued¨® en Egipto porque los m¨¦dicos le aconsejaran descansar ni para reponerse de una operaci¨®n de cirug¨ªa pl¨¢stica, como se lleg¨® a rumorear.