Vuelve la Constituci¨®n
El Partido Popular, que vot¨® en contra de la Constituci¨®n, la elev¨® a sagrada cuando descubri¨® que gobernar con ella era un placer. El cambio de Gobierno la humaniz¨®, la puso por debajo del hombre (sagrado=sobrehumano), pero desde hace d¨ªas, y especialmente en la Pascua Militar del mi¨¦rcoles, resurge su santidad. Es l¨®gico que el Rey la defienda; es como un contrato de trabajo bien pagado para ¨¦l, su hijo o su posible nieto -ah ?qu¨¦ pasa con eso?-; pero en Bono suena raro, aunque venga incidiendo en esa disparidad desde que lleg¨® al cargo. No me preocupan las disparidades entre miembros de un Gobierno que se siente de izquierda: la izquierda es eso, libertad individual, creencias, planes propios. La sacralizaci¨®n del bloque, la unidad y el mando ¨²nico son autocr¨¢ticos, desde Franco hasta Aznar. He visto as¨ª el socialismo, aun cuando inscrib¨ªa en su programa la socializaci¨®n, era republicano, cantaba la Internacional, iba a la c¨¢rcel, se pon¨ªa el frente de la defensa antifascista y era fusilado, encarcelado y exiliado. Largo Caballero, Prieto, Besteiro, Negr¨ªn, ?lvarez del Vayo, y no hago m¨¢s lista porque me salgo de mi columna, representaban "mil escuelas, mil flores", como dec¨ªa Mao de su comunismo.
Contaba el socialismo en el pa¨ªs -aquel- aunque nunca alcanzase la presidencia del Gobierno. Mi impresi¨®n es que en la oposici¨®n de entonces tuvo m¨¢s logros que en su Gobierno posterior (Gonz¨¢lez). En estos meses el presidente ha dado muestras de fuerza y serenidad, y de un posibilismo interesante. Pero ?qui¨¦nes son sus votantes? Gran parte son los que vender¨ªan su alma a un santo (Bono) a cambio de ver caer a Aznar; no les oigo quejarse, pero se alarman cuando ven cosas como la repetici¨®n de la defensa global de la Constituci¨®n. Se sabe de qu¨¦ se trata: de negar el derecho a Ibarretxe a ejecutar su plan. Hablan de la Constituci¨®n como de un todo y de un altar para el sacrificio, y eso no es. Hablan delante de un Rey que la abraza, y muchos no queremos monarqu¨ªa. Ah, yo no vot¨¦ la Constituci¨®n por dos cosas: la monarqu¨ªa y las autonom¨ªas. S¨ª quiero que se modifique en muchas cosas, nadie tiene derecho a decir ante el Ej¨¦rcito que es intangible. La misma Constituci¨®n me da derecho a discrepar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.