El orgullo de los 'padres' del Ni?o
Todos los entrenadores que han dirigido a Fernando Torres le elogian y le califican de "ganador"
Fernando Jos¨¦ Torres Sanz, hijo de Flori y Jos¨¦, vecino de Fuenlabrada, nunca ha sido como los dem¨¢s. M¨¢s fr¨ªo. M¨¢s maduro. M¨¢s insistente. M¨¢s fuerte. "Ganador". Todos sus entrenadores coinciden. Desde Manolo Rangel, que le seleccion¨® en infantiles para el Atl¨¦tico, a C¨¦sar Ferrando. Desde que con cinco a?os ve¨ªa ocultarse el sol mientras golpeaba sin descanso la pelota en la finca de su t¨ªo, hasta ver sus goles repetidos en las pantallas de plasma de una discoteca, la semana pasada, en la presentaci¨®n de su p¨¢gina web.
Torres comenz¨® a jugar al f¨²tbol en su barrio. Un d¨ªa, el entrenador de un equipo rival mand¨® a la federaci¨®n una queja formal: ese chico no ten¨ªa la edad reglamentaria. Ten¨ªa raz¨®n, su familia hab¨ªa falsificado la ficha. Pero no era mayor, sino dos a?os menor. Fue el m¨¢ximo goleador de la categor¨ªa.
"Lo extradeportivo no le afecta y no se cansa de aprender", sentencia su t¨¦cnico, Ferrando
A los 11 a?os Antonio Sese?a se sac¨® de la manga un equipo infantil para el Atl¨¦tico, que hasta entonces delegaba en su escuela. Torres, "espigado, pero delgadito", se present¨®. Fue puntuado con un once sobre diez. "Ten¨ªa valent¨ªa, inteligencia y explosividad. No jugaba como un ni?o. No pensaba el f¨²tbol como un ni?o", recuerda Rangel, el encargado de aquel conjunto de chavales y con quien Torres se curti¨® tres a?os. "Interpretaba el juego de una manera que no era normal", rememora el t¨¦cnico.
Pedro Calvo recogi¨® la herencia de Rangel. Fernando era cadete. Siempre un a?o adelantado. Pero su car¨¢cter no hab¨ªa variado. "Tras una bronca que ech¨¦ al equipo jugamos un partido y Torres marc¨® un golazo de orgullo, como respondi¨¦ndome". El cadete regate¨® a cinco jugadores del equipo contrario. Despu¨¦s al portero. "Pero en lugar de chutar camin¨® hasta la l¨ªnea de gol y pos¨® el bal¨®n en la red, muy despacio". El chico se encargaba de liderar al grupo de chavales en los viajes. Con Calvo, Torres gan¨® la Nike Cup, un torneo para juveniles que viene a ser una suerte de Copa de Europa. El Arsenal quiso ficharle. No ten¨ªa contrato con el Atl¨¦tico. Tuvo contrato. Su primer contrato. "Era m¨¢s ¨¢gil que ahora porque no hab¨ªa ensanchado, pero en lo dem¨¢s era igual. Se atrev¨ªa a todo y cuando las cosas iban mal, el equipo se enganchaba a ¨¦l". Hay cosas que no han variado: "Le lanzaban pelotazos para que se buscara la vida".
"Ten¨ªa ¨¢ngel y marcaba la diferencia", subraya Abraham Garc¨ªa Aliaga, su preparador en juveniles. "Siempre compet¨ªa por encima de su edad y era la referencia de todo el equipo". Abraham y los componentes de aquel conjunto bromeaban con Torres dici¨¦ndole que si no le sal¨ªa bien lo de f¨²tbol "se pod¨ªa dedicar a la moda. Ten¨ªa muy buena planta y una manera de correr muy elegante, por eso le compar¨¢bamos con Van Basten". Garc¨ªa Aliaga cree que la clave del ¨¦xito de Torres est¨¢ "en la cabeza: creo que es el jugador m¨¢s fuerte psicol¨®gicamente que he entrenado en mi vida". Los tres t¨¦cnicos que moldearon al delantero coinciden tambi¨¦n en otro aspecto: "Suple sus limitaciones, que las tiene, con descaro y car¨¢cter".
Carlos Garc¨ªa Cantarero entren¨® al Atl¨¦tico los ¨²ltimos siete partidos de la primera temporada del equipo en Segunda. No consigui¨® ascender por la mejor diferencia de goles del Tenerife. La afici¨®n abroncaba a todos, incluido al fallecido presidente de la entidad, Jes¨²s Gil. Torres ven¨ªa de ganar con la selecci¨®n espa?ola el campeonato de Europa sub16. A Paulo Futre, director deportivo por entonces, dando vueltas a uno de sus inseparables paquetes de Marlboro light, se le ocurri¨® una idea para apaciguar a la grada del Calder¨®n: "Que juegue el chaval". Y se lo dijo a Cantarero. "Le coment¨¦ que me parec¨ªa bien y le hice entrenarse con el primer equipo, para que se fuera adaptando de manera gradual". Pero con Torres no hay procesos intemedios. "Marc¨® cinco goles en un entrenamiento y decid¨ª que debutara". Jug¨® contra el Legan¨¦s. Un partido despu¨¦s, en Albacete, marc¨® su primer gol como rojiblanco. "Un gol de futbolista", dijo Futre. "En el autob¨²s le hicieron bromas, era la manera como la plantilla le daba la bienvenida al grupo y le dec¨ªan eres un chaval, pero de los nuestros", recuerda Cantarero, que niega que cuando Torres emergi¨® surgieran envidias en la plantilla: "Es falso que no le pasaran el bal¨®n aposta". Sin embargo, eso sucedi¨®, aunque Cantarero prefiere llamarlo "un curso acelerado de f¨²tbol profesional".
Al a?o siguiente, aun en Segunda, el joven aprendiz se topa con Luis Aragon¨¦s. El veterano preparador no siempre cuenta con ¨¦l. Adem¨¢s le corrige permanentemente. Torres aguanta, aunque lo pasa muy mal. Al final, Aragon¨¦s se rinde y hace que todo el juego de aquel Atl¨¦tico pivote en torno al chico, aunque no se recata en advertir que "le faltan cosas".
C¨¦sar Ferrando, su t¨¦cnico hoy, piensa que Torres "es muy buen chaval, al que el ¨¦xito no se le ha subido a la cabeza". En los desplazamientos del equipo, en los aeropuertos, los jugadores hojean peri¨®dicos y revistas en una tienda. Tres publicaciones tienen en su portada una foto del Ni?o. "Sin embargo, esas cosas extradeportivas no le afectan, se entrena como uno m¨¢s porque es muy competitivo y muy buen compa?ero. No se cansa de aprender". El cuerpo t¨¦cnico sabe que Torres es su jugador de referencia, aunque se recuerde que "a¨²n no est¨¢ hecho del todo", pero "es un ganador", el mismo adjetivo coleccionado desde los 11 a?os a los 20. Desde el infantil hasta la primera plantilla rojiblanca y la selecci¨®n, donde ha sido una figura constante desde cadete hasta la absoluta...dirigida por Luis Aragon¨¦s.
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