Bush lanza una campa?a para justificar su plan de privatizaci¨®n parcial de las pensiones
La propuesta para la reforma de la jubilaci¨®n recibe cr¨ªticas de los dem¨®cratas
El presidente George W. Bush se lanz¨® ayer a defender p¨²blicamente uno de sus compromisos de campa?a, quiz¨¢ el que m¨¢s dudas despierta entre su propio electorado: la reforma de un sistema de pensiones que dentro de unos a?os -cuando se jubile en masa la generaci¨®n del baby boom que naci¨® a partir de 1946- corre el riesgo de quiebra. El presidente estadounidense cree que los trabajadores j¨®venes que lo deseen deber¨ªan poder desviar un porcentaje de sus impuestos destinados a las pensiones a crear fondos de inversi¨®n para complementar sus jubilaciones cuando se retiren.
"El sistema de seguridad social va a la bancarrota", dijo el presidente de EE UU
"El que tenga ahora veinte o veintitantos a?os y est¨¢ empezando a trabajar deber¨ªa reflexionar sobre un sistema de seguridad social [pensiones de jubilaci¨®n] que ir¨¢ a la quiebra, a la bancarrota, a menos de que el Congreso act¨²e ahora", dijo Bush en la Casa Blanca, en el primero de una serie de actos destinados a convencer de su plan -que se convertir¨¢ en uno de los caballos de batalla de su segundo mandato- a una sociedad que no ve clara la urgencia. El presidente cree, en cambio, que la reforma de las pensiones es una parte irrenunciable de su programa para reducir el d¨¦ficit presupuestario en los pr¨®ximos a?os y que, aunque los actuales fondos de jubilaci¨®n cubren las necesidades, hay que anticiparse a los problemas que se prev¨¦n para el futuro. Los dem¨®cratas que se oponen al plan sospechan que se exageran esos problemas para desmantelar los pilares de la protecci¨®n social.
El sistema de pensiones se cre¨® hace 70 a?os, en plena Depresi¨®n, y ha funcionado bien, pero su punto d¨¦bil, como en Europa, es la demograf¨ªa: cada vez hay menos trabajadores activos que sostengan a los que se jubilan. Cuando el presidente Roosevelt puso en marcha el sistema, en 1935, hab¨ªa 42 empleados por cada jubilado. Ahora hay tres, y la previsi¨®n para dentro de 25 a?os es que habr¨¢ dos activos por cada pasivo. Las pensiones y los beneficios que reciben 47 millones de personas suponen casi medio bill¨®n de d¨®lares anuales, y, por el momento, los fondos del sistema no tienen problema para cubrir esa cantidad. Pero lo tendr¨¢n a partir de 2007, a medida que se vaya jubilando la generaci¨®n del baby boom, la explosi¨®n demogr¨¢fica que se extendi¨® entre 1946 y 1964. Seg¨²n los c¨¢lculos del propio sistema, los desembolsos superar¨¢n a los ingresos en 2018; si no hay cambios, el sistema de pensiones no podr¨ªa funcionar a partir del a?o 2042.
Los cr¨ªticos de Bush creen que con estas perspectivas no es urgente lanzarse a un plan tan radical. "La situaci¨®n no es de desastre", en opini¨®n de Dean Baker, del Centro de Investigaci¨®n Pol¨ªtica y Econ¨®mica. Algunos l¨ªderes dem¨®cratas lo inscriben en la estrategia de intentar prolongar durante a?os el dominio republicano, como Harry Reid, el nuevo l¨ªder del partido en el Senado, que cree que el plan consiste en "destruir el sistema de seguridad social dando el dinero a los peces gordos de Wall Street". Seg¨²n el comentarista conservador de The New York Times David Brooks, "la gente que instintivamente conf¨ªa en los mercados financieros apoya la reforma de Bush, mientras que los que desconf¨ªan de los mercados est¨¢n en contra". El respaldo a la iniciativa de Bush depende de la edad del que contesta, seg¨²n una encuesta de Gallup: un 55% de las personas entre 18 y 29 a?os est¨¢n a favor, pero el porcentaje va decayendo hasta el 31% de apoyo entre las personas mayores de 60 a?os.
Faltan por conocerse casi todos los detalles sobre c¨®mo funcionar¨¢ el plan. Bush ha dicho, hasta el momento, que no desencadenar¨¢ un aumento de los impuestos dedicados a las pensiones y que no afectar¨¢ a los jubilados, pero que el equilibrio del sistema a largo plazo implicar¨¢ "recortes" en los beneficios de los futuros jubilados.
En una entrevista con The Wall Street Journal, el presidente explic¨® que un problema estructural, como el del futuro de las pensiones, "no se arregla con tiritas", y que dejar¨¢ que el Congreso concrete el plan, pero que los que se oponen al cambio "corren un riesgo pol¨ªtico". La advertencia vale tanto para republicanos rebeldes como para los dem¨®cratas que ya han advertido de que har¨¢n campa?a en las legislativas de 2006 contra el plan de reforma que es incierto, se apoya en el rendimiento de los mercados de valores y prev¨¦ el recorte de algunos beneficios a empleados cercanos a la jubilaci¨®n. El presidente promete que dar¨¢ "cobertura pol¨ªtica" a los congresistas que apoyen su plan y sufran esas cr¨ªticas: "Tengo la obligaci¨®n de dirigir en este asunto".
Un juez, al frente de la seguridad
Michael Chertoff, un juez federal que parece sacado de un cuadro de El Greco, es el elegido por el presidente George W. Bush para ocupar el puesto de responsable de Seguridad Nacional, a cargo hasta ahora de Tom Ridge. La Casa Blanca anunci¨® ayer la propuesta, que deber¨¢ ser confirmada por el Senado. Chertoff "ha demostrado un compromiso profundo con la causa de la justicia y una determinaci¨®n inquebrantable para proteger a los estadounidenses", seg¨²n Bush, que celebr¨® la labor de Chertoff como alto cargo de Justicia entre 2001 y 2003.
El elegido agradeci¨® la confianza y dijo que "ser¨¢ un orgullo volver a trabajar con los hombres y mujeres que forman la l¨ªnea frontal contra el terror". El Departamento de Seguridad Nacional, creado despu¨¦s del 11-S, tiene 180.000 funcionarios y coordina la labor de 22 organismos. Tom Ridge ha sido su primer responsable. Su despedida ser¨¢ garantizar que todo vaya bien el pr¨®ximo d¨ªa 20, en la toma de posesi¨®n de Bush.
La primera opci¨®n de Bush -Bernard Kerik, el ex jefe de polic¨ªa de Nueva York- supuso un tremendo fiasco, porque d¨ªas despu¨¦s de su nominaci¨®n, en diciembre, se supo que ten¨ªa una hoja de servicios poco edificante, que inclu¨ªa cap¨ªtulos como haber contratado a una inmigrante irregular o haberse enriquecido con las acciones de una empresa que fabrica material para la polic¨ªa.
Ahora, cur¨¢ndose en salud, el presidente ha elegido a alguien muy leal -como todo su equipo-, pero sin sorpresas: "Ha sido confirmado tres veces por el Senado", dijo, refiri¨¦ndose a sus responsabilidades previas en los tribunales y anticipando que no habr¨¢ problemas para su confirmaci¨®n.
Y no los habr¨¢, a juzgar por las reacciones de republicanos y dem¨®cratas, que aplaudieron la nominaci¨®n. La biograf¨ªa de Chertoff siempre ha estado ligada a la justicia y a la pol¨ªtica antiterrorista, sin despegarse del Partido Republicano, para el que trabaj¨® en las investigaciones parlamentarias de los embrollos inmobiliarios y pol¨ªticos de los Clinton.
La designaci¨®n coincide con una situaci¨®n de mucha mayor tranquilidad en la opini¨®n p¨²blica de EE UU en cuanto a la percepci¨®n de riesgo de atentado terrorista. Seg¨²n un sondeo de Gallup, el 59% cree que no es probable que haya un atentado en las pr¨®ximas semanas, contra el 39%, que opina lo contrario. Es el porcentaje m¨¢s optimista de los ¨²ltimos tres a?os y medio, desde el 11 de septiembre de 2001.
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