Destino solidario

Se dice que Dios escribe derecho con renglones torcidos, y en esta ocasi¨®n, con tres d¨¦cadas de retraso. En 1975, Luis Seoane, entonces ya un pintor consagrado y de vuelta a Galicia despu¨¦s de su exilio en Argentina, regal¨® un cuadro, Cristo obrero, a un joven sacerdote, Manuel Espi?a, para que pudiese pagar la multa de 150.000 pesetas que le hab¨ªa impuesto el r¨¦gimen de Franco por criticar las cinco sentencias de muerte dictadas en el Proceso de Burgos. Espi?a no tuvo que vender el cuadro porque unos amigos lograron reunir el dinero, y Cristo obrero fue depositado en los fondos de la Fundaci¨®n Luis Seoane de A Coru?a. Hasta ayer. El sacerdote, ahora can¨®nigo de la Colegiata de Santa Mar¨ªa del Campo de la ciudad gallega, lo subast¨® el pasado diciembre para ayudar a otro cura, el padre Silva, fundador de la Ciudad y del Circo de los Muchachos. "La obra del padre Silva tiene problemas econ¨®micos desde que la especulaci¨®n urban¨ªstica puso cerco a los terrenos donde se asienta, as¨ª que le ofrec¨ª el dinero del cuadro para que la pudiese trasladar a Barcelona", asegura Manuel Espi?a. Por la obra Cristo obrero pujaron varios accionistas particulares, pero al final se lo llev¨® Caixanova por 30.000 euros. "No era la mejor oferta, pero Seoane hubiese preferido que lo pudiese ver el p¨²blico de la ciudad m¨¢s proletaria de Galicia: Vigo", coment¨® el can¨®nigo. Desde ayer, el cuadro con vocaci¨®n solidaria est¨¢ ya en la sede de la Fundaci¨®n Caixanova.-