Contra el pueblo vasco
En cierta ocasi¨®n, Juan de Mairena suspendi¨® a un alumno con s¨®lo mirarle la cara. Indignado, el padre acudi¨® a la escuela para protestar: "?De modo que a usted le basta ver la cara de un chico para suspenderle?". Y Mairena repuso: "A veces me basta con ver la cara de su padre...". Algunos encontramos bastantes carencias en el proyecto de Constituci¨®n europea e incluso las caras de quienes la avalan publicitariamente pueden no convencernos del todo; pero nos basta con recordar la facha de quienes se han apresurado a rechazarla para que hayamos decidido votar afirmativamente en el refer¨¦ndum del mes pr¨®ximo.
Algunas de las caras -y los caras- m¨¢s destacadas en ese repudio pertenecen a quienes hablan en nombre de los "pueblos". Precisamente, uno de los tantos m¨¢s favorables del proyecto constitucional europeo es que s¨®lo reconoce Estados de derecho y ciudadanos, pero no "pueblos" en el sentido pol¨ªtico y sobre todo pre-pol¨ªtico del t¨¦rmino. Avance indudable: como ha demostrado dolorosamente la historia de Europa durante el siglo pasado, la era de los pueblos-ancestrales, sangu¨ªneos, vengativos, superiores, inferiores, etc¨¦tera... es la era de los agravios infinitos y las exclusiones xen¨®fobas, la era de los cr¨ªmenes. Por supuesto, en la g¨¦nesis de los actuales Estados se encuentran inevitables referencias a tales "pueblos", lo mismo que otras instituciones (las de justicia, por ejemplo, o las monarqu¨ªas) se remontan a or¨ªgenes religiosos, pero supondr¨ªa un peligroso arca¨ªsmo tratar de regresar hoy a tales legitimidades. Dentro de nuestra diversidad cultural, vivimos en artefactos pol¨ªticos convencionales y laicos, no en seres colectivos inmutables de cu?o ¨¦tnico. Hablar de "pueblos" en lugar de Estados es, en el mejor de los casos, una antigualla ret¨®rica como denominar "corceles" a los caballos o "doncellas" a las empleadas dom¨¦sticas. Pero tambi¨¦n puede ser algo peor y mucho m¨¢s peligroso...
Cuando el pasado 30 de diciembre, en el Parlamento de Vitoria, Joseba Egibar pregunt¨® a socialistas y populares si cre¨ªan o no en la real existencia pol¨ªtica de un pueblo vasco... plante¨® una cuesti¨®n central en el debate entre los nacionalistas y quienes no lo son. Sus adversarios perdieron la excelente ocasi¨®n de responder con claridad: no, no creemos en tal pueblo vasco. Es m¨¢s, estamos en contra de que tal noci¨®n fabulosa legitime cualquier tipo de instituciones ni mucho menos de matanzas. Y la Europa cuya Constituci¨®n vamos a refrendar tampoco cree en tales entelequias ni en la sumisi¨®n de los ciudadanos europeos a ellas ni que las tales deban determinar fronteras, leyes especiales o documentos de identidad. Quiz¨¢ s¨ª deba hacerse despu¨¦s de todo una reforma necesaria en nuestra Constituci¨®n para adecuarla a la europea: suprimir la referencia a los derechos hist¨®ricos, reaccionarios y confusos, por medio de los cuales se mantiene antic¨ªvicamente latente la leyenda de los pueblos eternos y prepol¨ªticos...
Son estas cuestiones las que merecer¨ªan un trabajo pedag¨®gico de elucidaci¨®n como el que dicen los socialistas vascos que van a acometer pr¨®ximamente: explicar a la gente no los males del terrorismo, que es palabrer¨ªa ociosa, sino los males del nacionalismo ¨¦tnico del que proviene la justificaci¨®n del terrorismo. Tarea urgente, porque la patra?a de los "pueblos" est¨¢ digerida ya incluso por los menos nacionalistas, a quienes frente al plan Ibarretxe no se les ocurre invocar nada mejor que la mitad del supuesto pueblo vasco que est¨¢ en contra. ?Qui¨¦n se atreve a recordar que aqu¨ª no hay tal parcelaci¨®n en "pueblos" sino cuarenta millones de ciudadanos espa?oles, todos los cuales tienen voz y voto sobre lo que se hace o se deshace en su pa¨ªs? ?Que ninguna autonom¨ªa puede autodeterminarse, vetando al Estado no ya el derecho sino la obligaci¨®n de intervenir en cuestiones que afectan al conjunto? Hablar dentro de nuestra realidad constitucional de la "unidad de Espa?a" no es apelar a un engolado hipo franquista sino reclamar la integridad del Estado de Derecho. Ahora que estamos en campa?a para el refrendo de la Constituci¨®n Europea se puede a?adir algo m¨¢s: que el lema "unida en la diversidad" es tan v¨¢lido para Espa?a como para Europa. Y que nuestro pa¨ªs no podr¨¢ hacerle mejor servicio a Europa que luchar contra un populismo ¨¦tnico encubiertamente secesionista que si triunfa ser¨¢ un contagioso precedente contra la ciudadan¨ªa europea...
Lo m¨¢s sorprendente es que algunos parecen sorprendidos por la situaci¨®n que hoy plantea el desaf¨ªo del nacionalismo vasco. ?C¨®mo hemos llegado a esto? Ya lo ha dicho Ibarretxe: a tortas. Miren, dentro de unos d¨ªas se cumplen 10 a?os del asesinato de Gregorio Ord¨®?ez. Con tal motivo, Antxon Urrusolo ha preparado un documental que se abre con im¨¢genes de hace una d¨¦cada en las que tres pol¨ªticos por entonces muy destacados comentan unos resultados electorales: son Fernando Buesa, del PSE, Gregorio Ord¨®?ez, del PP, y Joseba Egibar, del PNV. De los tres, s¨®lo Egibar sigue hoy en el escenario pol¨ªtico vasco. ?Acaso porque su propuesta pol¨ªtica es mejor o m¨¢s vasca que la de los otros o porque tiene m¨¢s apoyo popular? No, lo que ocurre es que a los otros dos los han asesinado. ?Lo quieren m¨¢s claro? En Euskadi, los constitucionalistas no han perdido las elecciones sino la vida. Y porque ellos han perdido la vida, y otros compa?eros suyos la libertad de movimiento o de intervenci¨®n p¨²blica en defensa de sus ideas, los nacionalistas han ganado las elecciones y hoy tenemos plan Ibarretxe. El cual se atreve a preguntar ret¨®ricamente, cuando propone en estas condiciones un refer¨¦ndum: "?A qu¨¦ tienen miedo?". Hombre, a lo de siempre: a que nos sig¨¢is matando si no os damos la raz¨®n. ?Se imaginan ustedes lo que ocurrir¨ªa si los pol¨ªticos o intelectuales desafectos al nacionalismo se movieran con normalidad por Oyarzun o Hernani? Hasta ahora el enfrentamiento civil existe pero s¨®lo es de una direcci¨®n. Digo "hasta ahora". No, ni a Ibarretxe ni al resto de sus c¨®mplices del tripartito -tanto pol¨ªticos como electores, seamos claros- les duelen de veras las tortas que se reparten en el Pa¨ªs Vasco: en todo caso les inquieta la posibilidad de que un d¨ªa se las devuelvan.
Y es que ni todos los terrorismos son iguales ni tampoco lo son todas sus v¨ªctimas. Es decir, todas deben ser ayudadas en su desgracia y merecen respetuoso apoyo. Pero no es lo mismo quien perece durante un incendio en su cama mientras duerme que el bombero que muere tratando de rescatarle. A diferencia de lo que ha ocurrido en los atentados islamistas, la mayor¨ªa de los cr¨ªmenes de ETA han estado siempre dirigidos contra bomberos de la democracia. Y esas v¨ªctimas lo son ya antes de morir, porque padecenamenazas y presiones que imposibilitan su vida normal. Por eso sienten un agravio comparativo respecto a la reacci¨®n que ha rodeado otros execrables atentados. La se?ora Pilar Manj¨®n dijo cosas atinadas y conmovedoras en su intervenci¨®n ante la comisi¨®n del 11-M (sobre todo cuando habl¨® de los partidos m¨¢s dedicados a sus sectarismos que a afrontar conjuntamente la amenaza terrorista), pero nada que justifique el papanatismo desmedido con que fueron acogidas por ciertos medios informativos y ciertos pol¨ªticos sus declaraciones: "?Qu¨¦ lecci¨®n nos ha dado!". Pues a unos m¨¢s y a otros menos. Hace ahora un a?o que un autob¨²s lleno de v¨ªctimas y de personas amenazadas recorri¨® Espa?a de norte a sur diciendo cosas semejantes y se?alando responsabilidades a¨²n m¨¢s indudables. Pero con bastante menos audiencia. Entonces, el mismo conspicuo predicador radiof¨®nico que babe¨® luego ante la declaraci¨®n de la se?ora Manj¨®n coment¨® que no entend¨ªa a qu¨¦ ven¨ªa ese viaje, ya que las cosas que all¨ª se dec¨ªan las sab¨ªa todo el mundo. Otra diferencia: con motivo del 11-M, Aznar ha declarado 10 horas y Zapatero 14; pero, tras casi mil asesinatos de ETA, Garaicoetxea, Ardanza, Ibarretxe o Arzallus no han comparecido ni cinco minutos ante comisi¨®n alguna.
En fin, se nos dice que hay que guardar la calma. Tenemos que esperar lo mejor de las pr¨®ximas elecciones vascas, aunque es de temer que sean como todas las que se vienen realizando hasta la fecha, o sea, "a la iraqu¨ª", con opciones pol¨ªticas amenazadas y sin que puedan votar los que ya votaron con los pies hace tiempo escapando del Pa¨ªs Vasco. ETA permanece de momento en stand by, en parte por su debilitamiento gracias a las medidas judiciales y pol¨ªticas exigidas por los "crispadores" y en parte porque su misi¨®n ya est¨¢ cumplida y ahora s¨®lo tienen que realizar peque?os atentados de mantenimiento. Los etarras, como buenos espa?oles, s¨®lo trabajan cuando es imprescindible... Se nos recomienda no inquietarnos ante el plan Ibarretxe, porque las leyes impedir¨¢n su desarrollo. Y eso me recuerda la an¨¦cdota del poeta alem¨¢n Heine, al que divert¨ªa la fe ciega de los franceses en su aparato legal. En cierta ocasi¨®n, dando un peque?o paseo en barca por la costa, la marejada inquiet¨® a algunas pasajeras galas y ¨¦l las seren¨® ir¨®nicamente: "Tranquilas, se?oras, nous sommes sous la protection de la loi". ?Ser¨¢ suficiente tambi¨¦n para nosotros saber que, si el tsunami nacionalista nos arrastra, nos ahogaremos con la ley de nuestra parte?
Fernando Savater es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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