A vueltas con el andaluz

Hay quien ¨²ltimamente ha emprendido una cruzada en defensa del andal¨², como dialecto aut¨¦ntico de Andaluc¨ªa ante la fantasiosa guerra de exterminio emprendida por el castellano perfecto. Hay quien se queja de que en los telediarios de Canal Sur, los reporteros hablan como si hubiesen nacido en Valladolid, aunque todos hayan nacido en Andaluc¨ªa.

A mucha gente, le molesta que un profesor que viene de Madrid a ense?ar a un colegio de un pueblo de Andaluc¨ªa corrija el ceceo. Quiz¨¢s sea la forma natural de hablar en ese lugar pero es la incorrecta.

Lo cierto es que el andal¨² no es algo que se quiera eliminar, entre otras cosas, porque nunca ha existido. Lo que ha existido es una dejadez y un analfabetismo galopante que ha dado como resultado una forma incorrecta del castellano. Es cierto que los niveles de analfabetismo han descendido y que hay casi todo el mundo sabe leer y escribir pero se expresa mal.

Esto puede parecer simplista si un grupo de fil¨®logos presentara un manifiesto diciendo que si en Andaluc¨ªa decimos andal¨² escribamos andal¨². Quiz¨¢s algunos no recuerdan que hay que saber distinguir entre lengua y dialecto. Las lenguas existen, los dialectos, no, y no existen porque no existen unas reglas que lo condicionen y todav¨ªa no existe la gram¨¢tica del andal¨².

Al fin y al cabo, si tanto nos molesta que de Andaluc¨ªa s¨®lo se hagan chistes de catetos, intentemos no parecerlo,as¨ª que, el que quiera seguir diciendo: Sevilla, mi arma, que tire p'alante.