John Eliot Gardiner crea su propio sello discogr¨¢fico para afrontar la crisis
El director de orquesta brit¨¢nico ve el futuro de la m¨²sica cl¨¢sica en las casas independientes
John Eliot Gardiner ha plantado cara a las grandes discogr¨¢ficas con la creaci¨®n de una compa?¨ªa propia, Monteverdi Productions, para comercializar grabaciones de su coro y orquestas, adem¨¢s de apoyar a nuevos talentos. El reconocido director brit¨¢nico emprende, a sus 61 a?os, la v¨ªa independiente convencido de que el futuro de la m¨²sica cl¨¢sica reside en los peque?os sellos discogr¨¢ficos. "Las grandes compa?¨ªas han dejado de cumplir su funci¨®n, pero el mercado discogr¨¢fico de m¨²sica cl¨¢sica no ha muerto. La fortaleza est¨¢ ahora en los peque?os sellos", defiende.
Gardiner es protagonista y v¨ªctima de la crisis discogr¨¢fica. Una relaci¨®n de un cuarto de siglo con los sellos de la multinacional Universal, con los que ha grabado unos 150 discos, lleg¨® a un brusco final en 1999. El 25 de diciembre de ese a?o inici¨® su peregrinaje internacional interpretando las cerca de 200 cantatas eclesi¨¢sticas de Bach, que su compa?¨ªa se hab¨ªa comprometido a editar en medio centenar de discos. "Era el pilar de mi contrato en exclusiva con Universal y, de pronto, se echaron atr¨¢s. Lanzaron cuatro compactos de los conciertos en directo y reciclaron otros seis anteriores al peregrinaje de la gira de Bach. No me hizo ninguna gracia", recuerda por tel¨¦fono desde Z¨²rich, donde prepara el estreno de la ¨®pera Ariane et Barbe Bleu, de Paul Dukas.
Se rompi¨® el contrato, pero la gira eclesi¨¢stica continu¨® a lo largo de 2000 y Gardiner conserv¨® las cintas de sus 93 conciertos. Las dos primeras entregas, incluido un recital grabado en la iglesia de Santo Domingo de Bonaval, en Santiago de Compostela, se editan este mes a trav¨¦s de la colecci¨®n Soli Deo Gloria de su Monteverdi Productions. "Fund¨¦ el sello porque la discogr¨¢fica no estaba cumpliendo su funci¨®n. Esto es, grabar la mejor m¨²sica cl¨¢sica, con la mejor tecnolog¨ªa disponible y con artistas que tienen algo especial que expresar. En los ¨²ltimos seis a?os han recortado el volumen de grabaciones, dejando un hueco por cubrir. Lo achacan al declive del mercado, pero yo argumentar¨ªa razones estructurales de organizaci¨®n. Demasiados ejecutivos y gestores; demasiados indios y pocos vaqueros, o viceversa", dice con humor.
"Estoy muy contento con la iniciativa. Tenemos m¨¢s control sobre el dise?o, el formato y la calidad de las grabaciones. Tambi¨¦n porque puedo ofrecer una plataforma de grabaci¨®n a los m¨²sicos e int¨¦rpretes que intervinieron en el proyecto. La respuesta est¨¢ siendo muy positiva, tanto de la cr¨ªtica como del p¨²blico", se entusiasma. Soli Deo Glori, frase apropiada de Bach, a¨²n no tiene distribuci¨®n en Espa?a pero, seg¨²n su fundador, ha despertado gran inter¨¦s en el Reino Unido, Holanda y Alemania, mercados donde ya se comercializan sus primeras entregas.
En manos de las multinacionales, a?ade Gardiner, "la m¨²sica cl¨¢sica acabar¨¢ en el desag¨¹e. Argumentan que el mercado discogr¨¢fico de m¨²sica cl¨¢sica est¨¢ muerto, pero se equivocan. Los sellos peque?os est¨¢n demostrando que hay un mercado potencialmente muy fuerte. En ellos reside la fuerza y energ¨ªa del sector. No tienen tantos gastos de estructura; tampoco son tan avariciosos y tienen, por supuesto, m¨¢s imaginaci¨®n. El reto est¨¢ en abrir mercados y diversificar los puntos de ventas para atraer audiencias m¨¢s j¨®venes. El boca a boca es la mejor publicidad, adem¨¢s de la radio y la edici¨®n de conciertos en DVD".
Gardiner es el primer director de prestigio en lanzar al mercado su propio sello. Es un camino que han tanteado con ¨¦xito orquestas y coros brit¨¢nicos -como la London Symphony Orchestra, The Tallis Schollars, The Halle o The Cambridge Singers, entre otros- y que a punto est¨¢ de emprender El Cuarteto Brodsky. "Estamos liderando el camino en una nueva direcci¨®n. Quiero demostrar que hay que tomar la iniciativa. Es arriesgado, pero no hacer nada es peor", explica.
Las grandes discogr¨¢ficas apuestan por el llamado crossover, ese h¨ªbrido estil¨ªstico que irrumpi¨® en la d¨¦cada de 1980, cuando Pl¨¢cido Domingo cosech¨® un superventas cantando Perhaps Love con John Denver. Los Tres Tenores redefinieron la f¨®rmula a la perfecci¨®n. Fuentes de la industria sugieren que los cat¨¢logos de las major rebosan trabajos formales y que la coyuntura actual no favorece la inversi¨®n en obras que un int¨¦rprete consolidado ha grabado en su juventud. Si hace una d¨¦cada editaban unos seis discos por artista establecido al a?o, actualmente no pasan de dos en casos excepcionales.
"S¨ª", apunta Gardiner, "apoyan a un pu?ado de grandes artistas del crossover y promocionan a j¨®venes en base a su glamour y atractivo sexual. Hay mucho talento entre las nuevas generaciones sin oportunidades reales. Tambi¨¦n entre los ingenieros. En cada generaci¨®n surgen artistas de calidad que necesitan grabar para aprender, experimentar, proyectarse internacionalmente y dejar su marca personal".
Con su productora, Gardiner crea el veh¨ªculo para explorar nuevas aventuras con su familia art¨ªstica -The Monteverdi Choir, The English Baroque Soloits, la Orquesta R¨¦volutionnaire et Romantique y la Orquesta de la ?pera de Ly¨®n- y potenciar el despegue de futuros grandes directores de orquesta e int¨¦rpretes. Antes, sin embargo, visitar¨¢ Valencia y Madrid para ofrecer dos conciertos de la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo, de Bach, los pr¨®ximos 12 y 13 de marzo, respectivamente.
Babelia
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