"El estupor es la respuesta que surge ante el horror"
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En El tiempo del estupor (Siruela), Valeriano Bozal (Madrid, 1940) ha reunido una serie de ensayos que reconstruyen un momento decisivo del arte del pasado siglo. Despu¨¦s de la II Guerra Mundial ya nada puede hacerse de la misma manera, y el libro da cuenta de las respuestas que dan una serie de artistas -Giacometti, Artaud, Fautrier, Bacon, T¨¤pies, Dubuffet, Asger Jorn...- al panorama desolador en el que habitan despu¨¦s del conflicto.
Pregunta.?Qu¨¦ es lo espec¨ªfico de ese momento?
Respuesta. Ante la cadena de horrores -los bombardeos, el Holocausto, la bomba at¨®mica-, los hombres se quedan sin respuestas. ?C¨®mo fue posible que ocurriera lo que hab¨ªa ocurrido? ?sa es la gran cuesti¨®n. Una cuesti¨®n que vuelve a estar hoy presente, como un gran desaf¨ªo moral. Y si entonces esa falta de respuestas se tradujo en una actitud de mirar hacia otra parte, frente a la guerra de los Balcanes, los m¨²ltiples conflictos de ?frica, Irak o Guant¨¢namo, los hombres vuelven a mostrar de nuevo su impotencia y su incapacidad de reaccionar.
"Pollock parte de cero. Bacon descubre que el hombre es bestial, salvaje e inhumano"
"Saura dio cuenta de lo monstruoso; T¨¤pies, de la degradaci¨®n; Millares, de los andrajos"
P. Pero la vida sigue su curso y los artistas contin¨²an trabajando...
R. El estupor es la respuesta que surge ante el horror. Por un lado te paraliza: no hay nada que hacer. Desde la Ilustraci¨®n nos hab¨ªan contado, y hab¨ªamos cre¨ªdo, que el hombre pod¨ªa mejorar, y de pronto descubrimos que la capacidad de producir tanto horror podr¨ªa formar parte de la naturaleza humana... Y es entonces cuando el propio estupor te empuja a intentar comprender lo incomprensible.
P.?C¨®mo aborda las propuestas de esos artistas que responden en los a?os cincuenta al horror?
R. Normalmente se ha contado esa ¨¦poca enfrentando el expresionismo abstracto con el arte europeo. Pero es lo que he querido evitar. La fuerza de las propuestas de Pollock, su energ¨ªa vital, su radical individualidad, la violenta afirmaci¨®n de su ingenuidad... Todo eso no ten¨ªa nada que ver con lo que ocurr¨ªa en Europa. Al otro lado surg¨ªa una gran potencia con la bandera de la libertad. A este lado se habitaba un mundo sacudido por los desastres de la guerra.
P.?Qu¨¦ figura podr¨ªa resumir lo que pasaba en Europa?
R. Hay que empezar necesariamente con Zoran Music, porque tuvo una conexi¨®n directa con el horror. Estuvo en Dachau y dibuj¨® lo que vio. Pero cuando todo termin¨® estuvo obligado a olvidar, y no volvi¨® a pintar hasta los setenta. Es entonces cuando inici¨® una serie de t¨ªtulo prof¨¦tico: Nosotros no somos los ¨²ltimos.
]]>P.?Y los otros?
R. Ninguno parte de cero, como hace Pollock, y sus obras son fruto de su pol¨¦mico, ambivalente y crispado di¨¢logo con la tradici¨®n, que es la de las vanguardias y que ha fracasado. C¨®mo ha sido posible tanto horror, se preguntan. Y Bacon descubre que el hombre es tambi¨¦n bestial y salvaje e inhumano. Y Dubuffet revela que es cotidianamente brutal. Y Bram van Velde, como advierte Beckett, constata que parte de un mundo de escombros...
P.?Y los espa?oles?
R. Su situaci¨®n es distinta porque tienen claro contra qui¨¦n se enfrentan. Su arte es un arte de resistencia a la dictadura y dan cuenta de lo monstruoso (Saura), de la degradaci¨®n (T¨¤pies), de los andrajos (Millares) que oculta el discurso oficial del franquismo.
P.?C¨®mo traducen su estupor frente al horror los artistas de hoy?
R. El contexto es muy diferente y eso dar¨ªa para otro libro. Pero el camino que recorren ante las presiones del presente pasa necesariamente por la iron¨ªa.
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