Una artista fascinante
Victoria de los ?ngeles ha sido una artista singular e irrepetible. Su sensibilidad como ser humano ha trascendido en toda su carrera como cantante. Nuestro primer encuentro profesional fue en 1970, en el Palau de la M¨²sica Catalana; hac¨ªa poco tiempo que nos conoc¨ªamos. Era yo entonces director de la Orquesta Ciudad de Barcelona, nombre que en aquella ¨¦poca ten¨ªa la que ahora conocemos como Orquestra Simf¨°nica de Barcelona i Nacional de Catalunya, y dirig¨ª a Victoria en un concierto en el que cant¨® el Po¨¨me de l'amour et de la mer, de Ernest Chausson, y unas canciones de Eduard Toldr¨¤. Todav¨ªa est¨¢ v¨ªvido en mi recuerdo el profundo impacto que me caus¨® su interpretaci¨®n de la canci¨®n de Toldr¨¤ Maig, dos minutos de m¨²sica celestial, tocada por la gracia de Dios, que me produjo un intenso escalofr¨ªo en mi interior. Ella hab¨ªa conseguido con su interpretaci¨®n que aquella peque?a pieza adquiriera trascendencia inusitada.
Y es que Victoria de los ?ngeles pose¨ªa una gran sensibilidad, una profunda musicalidad, no exenta de un cierto halo de esoterismo, de magia. En su carrera oper¨ªstica creaba sus personajes sin referencias externas, a partir de ella misma. Cuando la dirig¨ª en Pell¨¦as et M¨¦lisande, a finales de la primavera de 1980 en el teatro de la Zarzuela de Madrid, en la que fue su despedida de los escenarios l¨ªricos, pude comprobarlo personalmente. Su visi¨®n del personaje de M¨¦lisande era inequ¨ªvoca, se hab¨ªa identificado con ¨¦l, con la ingravidez que lo caracteriza, y lo hab¨ªa hecho suyo. En cierta manera, podr¨ªa decirse que exist¨ªan paralelismos entre el personaje y la cantante.
Una cantante nacida en el seno de una familia humilde que evolucion¨® humana y culturalmente hasta adquirir una gran sensibilidad, tan acusada que parec¨ªa, a ojos de muchos, un ser extremadamente fr¨¢gil, pero no era as¨ª. Victoria de los ?ngeles ha sido una soprano extraordinaria y una mujer de una gran fortaleza interior, una conjunci¨®n que hac¨ªa de ella una artista fascinante y a la vez un paradigma de la antidiva. Y cuando decidi¨® dimitir, retirarse del mundo de la m¨²sica, lo hizo de forma definitiva, sin permitir que le prepararan homenajes. Huyendo de protagonismos que no quer¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.