A vueltas con los Balcanes

Un remoto poblado en la frontera entre Serbia y Bosnia, un ingeniero considerablemente tronado, su esposa, frustrada cantante de ¨®pera, y su hijo, aspirante a jugador de f¨²tbol; un ambiente pl¨¢cido poblado de seres surreales, una banda de m¨²sica, un burro enamorado y triste; y la amenaza de la guerra. Como siempre en el cine del bosnio Emir Kusturica, los elementos pesadillescos, los personajes que se comportan como met¨¢foras y un sentido excesivo de la vida (y de paso, de la puesta en escena), se al¨ªan para construir discursos en los que el pasado es revisitado entre la nostalgia y la cr¨ªtica (es el tema de Underground y de Gato negro, gato blanco; pero tambi¨¦n de ?Te acuerdas de Dolly Bell? y de Pap¨¢ est¨¢ en viaje de negocios, a¨²n sus dos mejores pel¨ªculas). Tambi¨¦n aqu¨ª: en este sentido, estamos en territorio conocido.

?Tiene la presente propuesta del director algo novedoso respecto a lo ya visto en su cine? No. Con sus momentos de elaborada surrealidad (Kusturica es uno de los directores europeos m¨¢s curiosos en lo que hace a la formulaci¨®n de una po¨¦tica personal), pero tambi¨¦n con sus excesos y su controlada locura, el cine del balc¨¢nico no deja a nadie indiferente. Aqu¨ª el exceso es m¨²tiple: en la banda sonora, en la inverosimilitud de las situaciones, incluso aunque estemos situados en un territorio m¨¢s del s¨ªmbolo que de lo que realmente se est¨¢ contemplando; en el metraje. Tanto como para terminar dinamitando por dentro los elementos interesantes que, con todo, el filme contiene. No decepcionar¨¢ a los amantes declarados de su cine; pero quien no lo sea deber¨¢ guardar respecto de ¨¦l una prudente, aconsejable distancia.