Tomasa Cuevas y memorial democr¨¢tico
Acaba de ser publicada una nueva edici¨®n de la obra de Tomasa Cuevas, Testimonios de mujeres en las c¨¢rceles franquistas. Es un documento excepcional acerca de la represi¨®n que la dictadura de Franco ejerci¨® sobre tantas mujeres que tuvieron el coraje de resistir a aquel ominoso r¨¦gimen. El esfuerzo, la tenacidad y la dignidad c¨ªvica de esta valiente mujer, una alcarre?a de Brihuega nacida en aquel hist¨®rico a?o de 1917, permite hoy a la ciudadan¨ªa y a los historiadores disponer de testimonios de lo que era la ignominia de las c¨¢rceles del franquismo. Abre de nuevo las puertas al conocimiento hist¨®rico de lo que era el sano terror que hab¨ªa que infundir en la poblaci¨®n, al que se refer¨ªa Himmler y que Mola incorpor¨® a la filosof¨ªa represiva del r¨¦gimen que destruy¨® la Rep¨²blica. Un terror del que fueron tambi¨¦n v¨ªctimas -?y en qu¨¦ grado!- las mujeres en c¨¢rceles regentadas por la escoria de funcionarias falangistas y monjas al servicio del nacionalcatolicismo. El libro de Tomasa, que es la suma de los tres que se publicaron hace 20 a?os, recoge los testimonios de mujeres esparcidas por todo el territorio del Estado, muchas de ellas ya desaparecidas, en los que se relata con crudeza naturalista lo que era el universo carcelario construido por una dictadura, que hizo de la tortura y la represi¨®n contra el opositor pol¨ªtico el santo y se?a de su identidad pol¨ªtica, desde 1936 hasta 1975. Un universo en el que la represi¨®n sobre la mujer cobraba especial sadismo, como se aprecia en los relatos sobre lo que significaba para una presa tener la regla o parir en la c¨¢rcel.
El coraje, la tenacidad y la dureza de esta mujer tierna y amante de la vida que es Tomasa Cuevas, cruz de Sant Jordi 2004, permite con la nueva publicaci¨®n de su obra, que es la de tantas mujeres, poner un pelda?o m¨¢s para superar el obst¨¢culo de la amnesia hist¨®rica instalada en la vida pol¨ªtica desde el inicio de la transici¨®n. Las libertades p¨²blicas y las instituciones representativas de las que hoy disponemos, deben mucho a la vitalidad y el coraje de mujeres y hombres que dieron lo mejor de s¨ª mismos por la recuperaci¨®n de la democracia. Una vitalidad que Tomasa Cuevas puso de manifiesto desde la silla de ruedas con la que se mueve en el geri¨¢trico p¨²blico donde vive, salt¨¢ndose el protocolo, con la complicidad del presidente de la Generalitat y el asombro del p¨²blico asistente en el Auditori, para reclamar a viva voz la memoria de la lucha por las libertades de las mujeres de toda Espa?a. Porque fue una lucha pac¨ªfica, frente a la violencia de la dictadura, expresada gr¨¢ficamente en la pintura de Guinovart que ilustra la portada del libro: un preso muerto a palos, atado a las rejas de una galer¨ªa carcelaria.
Las pol¨ªticas p¨²blicas en defensa de la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica son un signo de libertad, de una sociedad que quiere fundarse en la virtud c¨ªvica de ciudadanos y en la cultura republicana del aprecio por los bienes p¨²blicos. Por eso es de una extraordinaria importancia la aprobaci¨®n por el Gobierno catal¨¢n, tras sus primeros d¨ªa de andadura y en el seno del Departamento de Relaciones Institucionales y Participaci¨®n, del Programa para la creaci¨®n del Memorial Democr¨¢tico. Su creaci¨®n, bajo la competencia del citado departamento, tiene que ser una obra del Gobierno. La unidad en este sentido, es condici¨®n necesaria para el ¨¦xito de la empresa; y con buen criterio pol¨ªtico as¨ª lo ha reiterado siempre el titular de este departamento. Con esta finalidad, a la l¨®gica aportaci¨®n de asociaciones y personas que puedan ofrecer su testimonio y experiencia personal, se a?ade de una forma que ya tiene que ser necesariamente preeminente, el trabajo y la experiencia profesional de los historiadores y otros especialistas expertos en los estudios sobre el franquismo. Este trabajo de expertos, contrastado con su obra ya publicada y los grupos de investigaci¨®n constituidos, ha de ser la base para que el Gobierno de la Generalitat, desde la transversalidad administrativa que ofrece esta materia, promueva y tome la decisi¨®n de direcci¨®n pol¨ªtica que le atribuye el Estatuto de Autonom¨ªa para constituir el futuro Memorial democr¨¢tico. ?ste tiene que ser en un referente ciudadano ubicado de forma singularizada en un lugar que no puede ser otro que el que -sin duda- ofrece la capital pol¨ªtica de Catalu?a, que es la ciudad de Barcelona.
A la imprescindible iniciativa y prevalencia que han de tener las instituciones p¨²blicas representativas -es decir, esencialmente, la Generalitat como instituci¨®n de autogobierno- hay que a?adir la funci¨®n coadyuvante que pueden realizar y, de hecho, han estado realizando con entusiasmo y acierto las entidades privadas. En especial la Asociaci¨®n Catalana de ex Presos Pol¨ªticos, Amical de Mauthausen, los Antiguos Militares de la Rep¨²blica, etc¨¦tera. ?stos son los interlocutores con los que la Administraci¨®n p¨²blica tiene que contar, en su pluralidad y en su diversidad. Pero los responsables p¨²blicos deben obrar con especial prudencia ante la proliferaci¨®n de entidades de nula o escasa base asociativa creadas de un d¨ªa para otro y a la conquista de la subvenci¨®n de turno. Y la cautela hay que extremarla a¨²n m¨¢s ante iniciativas que pretenden la creaci¨®n de una fantasmag¨®rica confederaci¨®n de entidades de naturaleza muy distinta, al objeto de convertirse en un supuesto interlocutor unitario para la Administraci¨®n, cuando no es m¨¢s que la expresi¨®n autoritaria de los anhelos de protagonismo de algunos de sus promotores, peque?os s¨¢trapas ociosos empe?ados en instrumentalizar en su propio beneficio la memoria de la libertad. La Generalitat tiene que ser especialmente beligerante frente a objetivos tan espurios.
Marc Carrillo es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra.
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