Testimonios de dolor y esperanza
Convengamos a priori que abordar un tema como el del atroz atentado terrorista del 11 de marzo de 2004 en Madrid se prestaba a todo tipo de obviedades, no en vano ya hemos visto, y probablemente mucho m¨¢s all¨¢ de lo aconsejable, im¨¢genes de aquel sangriento d¨ªa: lo denunci¨®, con toda raz¨®n, Pilar Manj¨®n ante la comisi¨®n de investigaci¨®n del Parlamento. De ah¨ª que la opci¨®n de los profesionales agrupados en una de las dos asociaciones de documentalistas que hay en la capital, Docus Madrid, corr¨ªa el doble riesgo de la buena voluntad te?ida de apresuramiento y de la obviedad.
Y, sin embargo, vistos los 23 fragmentos de que consta el filme, se tiene la sensaci¨®n de asistir a un trabajo bien hecho porque, m¨¢s all¨¢ de los logros, m¨¦ritos y alg¨²n que otro dem¨¦rito (que tambi¨¦n los hay) de cada uno de ellos, constituyen un conjunto m¨¢s que aceptable de enfoques, un caleidoscopio de opiniones que, por fortuna, van mucho m¨¢s all¨¢ del reportaje televisivo de urgencia o de la pieza de obligado cumplimiento (alguna que otra tambi¨¦n hab¨ªa en un filme tan importante como ?Hay motivo!).
MADRID, 11-M. TODOS ?BAMOS EN ESE TREN
Direcci¨®n: varios. Int¨¦rpretes: varios. G¨¦nero: documental social, Espa?a, 2004. Duraci¨®n: 110 minutos.
De esta forma, y a pesar de las dispares trayectorias de quienes participan (desde cineastas consagrados como Jaime Ch¨¢varri o Sergio Cabrera hasta documentalistas desconocidos por el gran p¨²blico, pasando por directores que est¨¢n en su segunda o tercera pel¨ªcula: ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, Miguel Santesmases, Gonzalo Tapia), lo que m¨¢s atrae del filme es el conjunto, la suma de experiencias individuales que van desde lo m¨¢s original (Cumplea?os, que interroga a gente no directamente involucrada en el atentado, pero que cumpl¨ªa a?os ese mismo d¨ªa) hasta el obligado homenaje al amigo, al extranjero sin papeles, al que muri¨® por casualidad; y tambi¨¦n a quien vivi¨® en primera persona, pero desde otro ¨¢ngulo, el mismo atentado (Sin ver), y hasta la recreaci¨®n ficcional de la peripecia de un homosexual que pierde a su pareja ese fat¨ªdico d¨ªa.
Es una pel¨ªcula imprescindible, y no es ¨¦ste un manido eslogan: porque hay que recordar, claro est¨¢, pero tambi¨¦n porque hay que hacer ver a las nuevas generaciones, sin morbo pero con firmeza, en qu¨¦ consiste el horror terrorista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.