Un intelectual en guerra
Aza?a fue el hombre m¨¢s insultado por la derecha espa?ola militante, lo cual es ya decir much¨ªsimo, por su incesante capacidad. Necesitaban una contrafigura de Franco, entendiendo a ¨¦ste como el Salvador y Caudillo. Dios y el Diablo. Aza?a, en realidad, no pudo desempe?ar papel tan decisivo en la guerra, que tuvo m¨¢s de un dirigente y en ning¨²n caso pod¨ªa ser el Presidente de la Rep¨²blica, por las limitaciones de su mandato, en un Gobierno de Frente Popular y en una situaci¨®n de guerra civil antifascista, de defensa. Pero s¨ª era el intelectual m¨¢s claro en el observatorio m¨¢s alto. Escritor, autor de teatro, diarista, ensayista, Manuel Aza?a puede hoy representar un republicanismo burgu¨¦s abierto en el que caben muchas cosas.
Aza?a, una pasi¨®n espa?ola
Selecci¨®n de textos de Aza?a de Jos¨¦ Mar¨ªa Marco. Dramaturgia, interpretaci¨®n y direcci¨®n de Jos¨¦ Luis G¨®mez. Teatro Espa?ol. Madrid.
El actor Jos¨¦ Luis G¨®mez cre¨® este mon¨®logo de antolog¨ªa en 1988. Dirigi¨® tambi¨¦n Velada en Benicarl¨®, obra de teatro escrita por el propio Aza?a en su huida hacia Francia. Su prop¨®sito actual era reponer La velada; la sustituy¨®, por dificultades de reparto, por este gran mon¨®logo.
No s¨¦ si yo hubiera elegido ¨¦stos u otros p¨¢rrafos de la extensa obra de don Manuel: pero s¨¦ que ¨¦stos construyen una antolog¨ªa muy real y muy positiva de su pensamiento: sobre Espa?a, la derrota, la guerra... El exilio, la muerte...
Jos¨¦ Luis G¨®mez vuelve a interpretar extraordinariamente bien a esta figura de la que est¨¢ tan alejado f¨ªsicamente; pero apenas bastan unas gafas, un sombrero, una peque?a botarga, para convertirle en verdadero Aza?a; su tono de discurso p¨²blico o el de orador en las Cortes, o el de coloquio simple; o como lector de su escritura.
Homenaje
Pronto, en el p¨²blico, este alarde de G¨®mez se convierte en un homenaje a Manuel Aza?a, y es a los dos a quienes se dirigen las largas ovaciones; a ¨¦l cuando saluda, a los tres sillones giratorios cuando los deja vac¨ªos para evocar al lejano escritor, al pol¨ªtico que cre¨ªa en Espa?a, en la Rep¨²blica y en la democracia.
(En la puerta del teatro, un hombre vend¨ªa banderas de la Rep¨²blica Espa?ola. Era una extensi¨®n del homenaje).
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