Diez a?os sin Diamantino
El Sindicato de Obreros del Campo prepara un homenaje al cura jornalero, fallecido hace diez a?os
"Hace m¨¢s de 20 a?os andaba con Diamantino por Roquetas de Mar, ¨¦l siempre supo ver con antelaci¨®n donde estaban los problemas. All¨ª hab¨ªa ya miles de inmigrantes en una situaci¨®n miserable, y nos dimos cuenta de que el sindicato ten¨ªa que empezar a trabajar con ellos". Diego Ca?amero atesora muchos recuerdos de Diamantino Garc¨ªa, el cura que, a finales de los a?os sesenta, fue a ejercer su vocaci¨®n sacerdotal junto a otros tres compa?eros a los pueblos de la Sierra Sur de Sevilla, una comarca de latifundios y jornaleros.
En Los Corrales, un pueblo de 4.000 habitantes donde la inmensa mayor¨ªa de las familias malviv¨ªa del campo, forzadas a desplazarse a d¨®nde hubiese un jornal, el joven cura comprob¨® hasta donde puede llegar el reparto injusto de la riqueza. Quiso, en sus palabras, una vida "sencilla, generosa y comprometida".
Los escritos del cura censuran a los alcaldes que se pelean por ir al frente de procesiones
Sus palabras no estaban huecas. Renunci¨® a su paga sacerdotal para ganarse el jornal junto a las familias de su parroquia, para ser cura y bracero en los remolques que iban a la siguiente cosecha. Su intensa militancia contra la injusticia le llev¨® a impulsar, junto a otros, la creaci¨®n de diversos colectivos sociales, como el Sindicato de Obreros del Campo (1976), la organizaci¨®n que dirige ahora su ¨ªntimo amigo Ca?amero.
Diamantino Garc¨ªa no s¨®lo fue uno de los dirigentes fundadores del Sindicato de Obreros del Campo y se involucr¨® hasta el final en lucha de los jornaleros por sueldos justos y el acceso a la propiedad de la tierra. Tambi¨¦n cre¨® y presidi¨® apenas cinco a?os antes de su muerte (falleci¨® en 1995), la asociaci¨®n Pro-Derechos Humanos de Andaluc¨ªa que, desde el principio, centr¨® su actividad en defender los derechos de los presos en las c¨¢rceles, denunciar la desastrosa situaci¨®n de los inmigrantes indocumentados y trabajar en la erradicaci¨®n del chabolismo. Y particip¨® en el desarrollo de la ONG Entrepueblos en Andaluc¨ªa. Am¨¦n de una actividad sacerdotal entroncada con la teolog¨ªa de la liberaci¨®n que hab¨ªa prendido en las zonas m¨¢s empobrecidas de Centroam¨¦rica, ad¨®nde viaj¨® en varias ocasiones. Una posici¨®n que le llev¨® a formar parte de Misi¨®n del Sur, un movimiento creado a finales de los setenta por unos 300 religiosos, que pretend¨ªan "vivir su fe cristiana entre los pobres" y que en muchos casos trabajaban como jornaleros, obreros o asalariados en la hosteler¨ªa para estar junto a ellos.
"La Iglesia que domina es una agencia de servicios religiosos: bautizos, bodas, entierros, comuniones. Y una instituci¨®n preocupada por mantener influencias sociales a trav¨¦s de colegios, residencias, asociaciones...". Sus cr¨ªticas a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica fueron duras, pero a¨²n as¨ª tuvo buena relaci¨®n con los cardenales de Sevilla, Bueno Monreal y Amigo Vallejo.
Su comportamiento ¨¦tico tambi¨¦n fue reconocido por todo tipo de colectivos sociales y partidos pol¨ªticos cuando falleci¨®, pese a que sus posiciones y pensamientos siempre fueron muy inc¨®modos para el poder. En sus escritos, recopilados en el libro Como un diamante por la editorial Nueva Utop¨ªa carga contra la Junta de Andaluc¨ªa por dejar la reforma agraria en "papel mojado", censura a los alcaldes socialistas que se pelean por ponerse al frente de procesiones religiosas, denuncia la existencia de un "Cuarto Mundo" en las chabola de El Vacie de Sevilla o advierte de que la presi¨®n de los inmigrantes empobrecidos de ?frica acabar¨¢ por echar abajo "el muro de Berl¨ªn del Sur".
Andaluc¨ªa ha cambiado desde los a?os setenta. ?Y las injusticas contra las que luchaba Diamantino Garc¨ªa en sus pueblos?, "Las causas por las que peleaba siguen existiendo, la gente que las sufre sigue siendo la misma, el problema de la inmigraci¨®n incluso ha empeorado, la diferencia es que la sociedad se ha despreocupado", opina Ca?amero.
Los pueblos en los que luch¨® Diamantino le recuerdan cada a?o, pero en el d¨¦cimo aniversario de su muerte, el SOC har¨¢ una ofrenda floral en el cementerio de Sevilla el pr¨®ximo d¨ªa 9. Un acto sencillo para honrar la memoria de alguien que se gan¨® a pulso el t¨ªtulo de cura de los pobres.
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