Ucrania e Irak, referentes de Ir¨¢n
La semana de reflexi¨®n mundial que es el Foro Econ¨®mico Mundial en Davos comenz¨® con la toma de posesi¨®n, en Ucrania, de un nuevo presidente democr¨¢ticamente elegido, y terminar¨¢ con elecciones en Irak. Ucrania e Irak representan dos formas totalmente distintas -?podr¨ªamos llamarlas la manera correcta y la manera equivocada?- de intentar propagar la libertad, un objetivo que los europeos y la gente de izquierdas deber¨ªa apoyar, aunque sea George W. Bush el que la proclame.
Ucrania representa la manera correcta. Lo que el presidente Y¨²shenko llam¨® con raz¨®n, en su discurso inaugural, la "victoria de la libertad sobre la tiran¨ªa, de la ley sobre el desorden", es la m¨¢s reciente de una larga serie de revoluciones de terciopelo que han ayudado a extender la democracia en todo el mundo desde hace 30 a?os. Los ucranios lo hicieron por s¨ª solos. Con alguna ayuda de sus amigos, por supuesto. Pero, independientemente de lo que hiciera Occidente, fue idea de los ucranios, y las personas a las que vi all¨ª, arriesg¨¢ndose por la democracia, en los campamentos helados de la "ciudad de tiendas" de Kiev y en la plaza de la Independencia, eran ucranias. Esta revoluci¨®n naranja de construcci¨®n nacional ha sido totalmente pac¨ªfica. No se ha matado a nadie, aunque Y¨²shenko estuvo a punto de morir como consecuencia, casi con toda certeza, del intento de envenenarle que hicieron altos representantes de la polic¨ªa secreta estrechamente vinculados al candidato apoyado por Rusia. La situaci¨®n que se avecina ser¨¢ complicada, pero seguro que es mucho mejor, para quienes viven en el pa¨ªs, que la que hab¨ªa antes. De aqu¨ª a 15 a?os, si todo va bien, Ucrania puede ser una naci¨®n-estado democr¨¢tica con ciudadanos de lengua rusa y ucrania, y miembro de esa mancomunidad europea de democracias que es la Uni¨®n Europea.
Podemos aprender algo fundamental de Ucrania e Irak: todo depende de analizar las consecuencias que tengan en el interior del pa¨ªs nuestras acciones llevadas a cabo desde fuera
La ocupaci¨®n de Irak se ha realizado con un burdo despliegue de incompetencia, y eso sin hablar de las violaciones de los derechos humanos en Abu Ghraib
La situaci¨®n que se avecina en Ucrania ser¨¢ complicada, pero seguro que es mucho mejor, para quienes viven en el pa¨ªs, que la que hab¨ªa antes
La equivocaci¨®n
Irak representa la manera equivocada. Empez¨® con una guerra, a partir de unas informaciones sobre armas de destrucci¨®n masiva que resultaron falsas. La excusa de la construcci¨®n de la democracia s¨®lo adquiri¨® la importancia que tiene en la actualidad cuando se evaporaron las pruebas de las armas y los lazos directos con el terrorismo. Casi todos los iraqu¨ªes se alegraron de librarse de Sadam Husein, pero no fue una iniciativa suya. Es verdad que, en una dictadura totalitaria como la de Sadam, a diferencia de una democradura como la Ucrania pos-sovi¨¦tica, la gente no puede decir lo que piensa. Pero muchos que estaban en contra de Sadam estaban todav¨ªa m¨¢s en contra de la ocupaci¨®n extranjera. En una situaci¨®n semejante, est¨¢ bien escuchar a los exiliados pol¨ªticos, pero es una tonter¨ªa creer que saben lo que sienten sus compatriotas y c¨®mo van a reaccionar.
La ocupaci¨®n estadounidense se ha llevado a cabo con un burdo despliegue de incompetencia e insensibilidad, y eso sin hablar de las violaciones de los derechos humanos en Abu Ghraib. Su coste econ¨®mico ha sido asombroso. Con la ¨²ltima petici¨®n de fondos que ha hecho Bush, calculo que el coste total de la guerra y la ocupaci¨®n supera los 250.000 millones de d¨®lares. ?Cu¨¢ntas vidas podr¨ªan haberse salvado en todo el mundo por 250.000 millones de d¨®lares?
?Y cu¨¢l es el resultado? Probablemente, la mayor¨ªa de los iraqu¨ªes se sienten m¨¢s libres que cuando estaba Sadam. Tambi¨¦n se sienten m¨¢s inseguros. A pesar de los esfuerzos de muchos iraqu¨ªes valientes que arriesgan, todav¨ªa m¨¢s que los ucranios, su vida por la democracia, el pa¨ªs se encuentra en estado de anarqu¨ªa y al borde de la guerra civil. Se ha convertido en terreno de juego y semillero de terroristas, precisamente lo contrario de lo que pretend¨ªa el Gobierno de Bush. Es hoy, junto a Palestina, la causa que m¨¢s une a las fuerzas antioccidentales y antiliberales en el mundo isl¨¢mico.
Unas elecciones no constituyen una democracia. Los chi¨ªes, encabezados por el gran ayatol¨¢ Al¨ª Sistani, piden la participaci¨®n en las elecciones con la esperanza de que haya un Gobierno mayoritario. Un Gobierno suyo, claro est¨¢. Pero la democracia no es la tiran¨ªa de la mayor¨ªa. Los sun¨ªes y los kurdos no van a aceptarlo. En el mejor de los casos, el resultado de la guerra civil en Irak ser¨¢ un Estado federal descentralizado e inestable, parecido a Yugoslavia antes de su guerra civil. En el mejor de los casos. En Ucrania, los diversos grupos etnoling¨¹¨ªsticos se est¨¢n uniendo poco a poco, a lo largo del proceso de construir la naci¨®n desde abajo. En Irak, los esfuerzos de los ocupantes extranjeros para construir la naci¨®n desde arriba sirven de catalizadores de la fragmentaci¨®n ¨¦tnica y religiosa.
Mientras tanto, el debate de pol¨ªtica exterior m¨¢s serio que se desarrolla en Washington en estos momentos es el relativo a c¨®mo salir del l¨ªo. En el ¨²ltimo n¨²mero de Foreign Affairs, dos art¨ªculos destacados hablan de posibles estrategias de retirada, partiendo de la idea de que Estados Unidos no puede ganar la guerra en Irak. Dos veteranos pesos pesados, Henry Kissinger y George Shultz, acaban de presentar sus recomendaciones para lo que llaman "una estrategia de salida realista". Recordemos que Henry Kissinger fue el arquitecto de la retirada estadounidense de Vietnam.
El columnista de The New York Times Thomas Friedman, al que le preocupa de verdad la democracia en Oriente Pr¨®ximo, se queja con raz¨®n del estribillo europeo de "os lo dijimos". "?Qu¨¦ pasa a la ma?ana siguiente de 'os lo dijimos'?", dice. Buena pregunta. Si Osama Bin Laden puede declarar la victoria en Irak contra Occidente y su imp¨ªa democracia, las consecuencias ser¨¢n, por lo menos, tan peligrosas para los europeos como para EE UU. ?Y qu¨¦ cree Tom Friedman que debe hacer la Uni¨®n Europea en estas circunstancias? Respuesta: "Instar en¨¦rgicamente a los iraqu¨ªes a votar y aprovechar la legitimidad moral de la que disfrutan en el mundo ¨¢rabe para quit¨¢rsela a los insurgentes". Muy bien, que lo hagan. ?Pero bastar¨¢ eso para salvar Irak? A los europeos les resulta tentador decir que Ucrania representa la v¨ªa europea hacia la democracia e Irak la v¨ªa de EE UU. Venus se da una palmadita en la espalda; Marte oculta la cabeza entre las manos. Sin embargo, Europa no se ha ganado el derecho a sentirse tan satisfecha de s¨ª misma. El magnetismo de la Uni¨®n Europea fue un factor significativo en la revoluci¨®n naranja de Ucrania y su diplomacia desempe?¨® un papel importante en el proceso. Pero los estadounidenses -desde el Gobierno, al margen del Gobierno o en instancias casi oficiales- llevan a?os esforz¨¢ndose m¨¢s que los europeos en apoyar a los dem¨®cratas de la regi¨®n. Si lo ocurrido en Ucrania ha tenido algo de victoria de agentes externos, ha sido una victoria conjunta de Europa y EE UU.
La comparaci¨®n entre Ucrania e Irak -es decir, entre el principio y el final de esta semana de Davos en la pol¨ªtica mundial- no afecta s¨®lo al pasado. Afecta a lo que Europa y Estados Unidos pueden hacer en colaboraci¨®n durante los pr¨®ximos cuatro a?os y las cosas por las que pueden acabar disputando. El caso m¨¢s evidente es Ir¨¢n. Si, en los ¨²ltimos cinco a?os, hubi¨¦ramos hecho por Ir¨¢n lo que hemos hecho por Ucrania y no hubi¨¦ramos invadido Irak, quiz¨¢ Ir¨¢n habr¨ªa podido ser la Ucrania de Oriente Pr¨®ximo. Es decir, un pa¨ªs en el que una revoluci¨®n democr¨¢tica pac¨ªfica, iniciada desde abajo y discretamente ayudada desde fuera, habr¨ªa podido desencadenar una din¨¢mica diferente en la regi¨®n.
Ahora, el r¨¦gimen isl¨¢mico de Ir¨¢n est¨¢ m¨¢s afianzado que antes de la guerra de Irak, y los elementos democr¨¢ticos de su democradura, m¨¢s d¨¦biles que nunca. Los mul¨¢s se sienten plenamente autorizados para impulsar un programa de energ¨ªa nuclear (que seguramente incluye, de paso, la capacidad armament¨ªstica) y muchos de sus detractores democr¨¢ticos est¨¢n de acuerdo con ellos. Si queremos evitar otra crisis en Occidente, Europa y EE UU tienen que acordar un punto de vista com¨²n, en el que haya m¨¢s palos europeos y m¨¢s zanahorias estadounidenses. No podemos contar con la opci¨®n ucrania ni con la iraqu¨ª. Pero s¨ª podemos aprender algo fundamental de ambas: todo depende de analizar debidamente las consecuencias que puedan tener en el interior del pa¨ªs nuestras acciones llevadas a cabo desde fuera. En pocas palabras: antes de emplear el palo o la zanahoria, conviene conocer al asno.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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