Sin sorpresas... pero algo hortera

Estas galas de la Academia suelen contener momentos de pellizcarse. En ellas se dan situaciones extravagantes hasta el surrealismo, mientras que otras son de un humor tan cutre que resultan bochornosas. Por ejemplo, en la de ayer, una pizpireta Montserrat Caball¨¦ present¨® el premio Goya a la mejor canci¨®n junto a Alaska y Raphael, componiendo entre los tres una imagen kitsch para nost¨¢lgicos morbosos, mientras que Antonio Gala se quedaba simp¨¢ticamente perplejo en el escenario al tener que recoger ¨¦l mismo el Goya que hab¨ªa ido a entregar.

En el lado opuesto, un pat¨¦tico travest¨ª palabrero y sin gracia present¨® el premio a la mejor pel¨ªcula europea, sin sentido alguno del pudor, y provocando en el auditorio ganas de esconderse bajo cualquier mesa. Fue una intervenci¨®n que result¨® especialmente inculta e inadecuada al compararla con la que poco despu¨¦s hizo Mercedes Sampietro como Presidenta de la Academia, abogando con seriedad y energ¨ªa por la uni¨®n del cine europeo en su lucha por la excepci¨®n cultural.

La Sampietro, valiente y en¨¦rgica, se arriesg¨® como suele... aunque contin¨²e sin querer ser presidenta. Esboz¨® la imagen del don Quijote loco que lucha contra aut¨¦nticos gigantes y no contra los molinos de viento que cree ver Sancho Panza, y le vino de perlas el centenario para simbolizar el conflicto de las cinematograf¨ªas europeas frente al gigante americano. La Academia podr¨ªa responder al acierto de esta met¨¢fora tratando de conseguir que estas ceremonias sean tan dignas como las pel¨ªculas que en ellas se premian. ?A qu¨¦ vienen esos chistes analfabetos). Si los el cine espa?ol saben hacer espect¨¢culo digno en las pel¨ªculas, ?por qu¨¦ no pueden lograrlo en un escenario, al menos una vez al a?o? (Los guionistas se olvidaron en el cap¨ªtulo in memoriam del guionista y cr¨ªtico ?ngel Fern¨¢ndez-Santos, aunque parad¨®jicamente en la pantalla que pusieron durante el discurso de Mercedes Sampietro se proyectara el icono m¨¢gico de uno de los guiones de Fern¨¢ndez-Santos, El esp¨ªritu de la colmena, gran hito del cine espa?ol, bendecido tanto en Europa como en otros mundos). Por contra, Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez a sus ochenta y tres a?os, supo demostrar desde la aut¨¦ntica emoci¨®n, lo que es espect¨¢culo bueno, veros¨ªmil y sincero, especialmente en el momento en que dedic¨® su Goya de Honor "a un amor tard¨ªo".

Nunca se sabr¨¢ si cada premio Goya recay¨® finalmente en el lugar adecuado. Buenas pel¨ªculas hab¨ªa, y en consecuencia ning¨²n Goya pod¨ªa resultar equivocado, salvo que las nominaciones previas hubieran sido err¨®neas o centradas en exceso en una sola pel¨ªcula. Mar adentro part¨ªa con 15 candidaturas, y salvo loter¨ªas de ¨²ltima hora, era sabido que acaparar¨ªa los premios del a?o: obtuvo catorce sobre quince, es decir, todas menos la correspondiente a la direcci¨®n art¨ªstica. Como igualmente se supon¨ªa que la mejor pel¨ªcula hispana ser¨ªa Whisky, sorpresa en taquilla a pesar de su nacionalidad uruguaya, feo cartel y soso t¨ªtulo.

Mar adentro es la pel¨ªcula del a?o, pero cabr¨¢ preguntarse si votando por especialidades los acad¨¦micos no podr¨ªan haber apreciado igualmente los m¨¦ritos de otros talentos aunque fueran de otras pel¨ªculas.