China da un oscuro adi¨®s a Zhao, s¨ªmbolo de un cambio frustrado
Cientos de polic¨ªas vigilaron la incineraci¨®n del ex primer ministro ante el temor a protestas
Cuando el pasado s¨¢bado el cuerpo de Zhao Ziyang fue incinerado en Pek¨ªn, el Gobierno chino puso punto final a la inc¨®moda situaci¨®n que se le present¨® hace dos semanas con el fallecimiento del ex primer ministro y ex secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), que fue purgado por oponerse a la matanza de Tiananmen en 1989. Zhao se ha convertido en un s¨ªmbolo del cambio democr¨¢tico que nunca lleg¨®.
El Gobierno tem¨ªa que su muerte desatara una oleada de protestas. Esta posibilidad parec¨ªa poco probable en una sociedad despolitizada y centrada hoy en el desarrollo y en ganar dinero, pero el Ejecutivo que dirige Hu Jintao no quiso correr el menor riesgo y decidi¨® celebrar una ceremonia de perfil bajo para quien fuera uno de los principales impulsores del proceso chino de reformas econ¨®micas.
El s¨¢bado, en medio de fuertes medidas de seguridad, alrededor de 2.000 personas -todas con la aprobaci¨®n previa del Gobierno- asistieron al sepelio en el cementerio de Babaoshan, que acoge los restos de los h¨¦roes revolucionarios, en el oeste de la capital, para despedir a este reformista, que pas¨® los ¨²ltimos 15 a?os de su vida bajo arresto domiciliario, acusado de "dividir al partido". Cientos de polic¨ªas de uniforme y paisano ocuparon el camposanto, las calles aleda?as y la plaza Tiananmen, donde ha sido reforzada la seguridad desde que Zhao falleci¨® el pasado 17 de enero, a los 85 a?os de edad.
Las autoridades impidieron salir de sus casas a algunos disidentes que quer¨ªan rendir tributo al ex dirigente y bloquearon la entrada incluso a invitados de la familia. Entre ellos, figuraban activistas a favor de la democracia, intelectuales y parientes de las v¨ªctimas de Tiananamen, que est¨¢n vigilados y con los tel¨¦fonos intervenidos. La polic¨ªa prohibi¨® hacer fotos y v¨ªdeos en el funeral, y vet¨® la entrada a la prensa extranjera.
La organizaci¨®n de las honras f¨²nebres ha sido fuente de tensi¨®n entre las autoridades y la familia del antiguo l¨ªder, ya que ¨¦sta se opuso en redondo a que el paneg¨ªrico que deb¨ªa ser le¨ªdo durante el acto incluyese, como pretend¨ªa el Gobierno, que Zhao cometi¨® un "grave error" al apoyar a los manifestantes. Al final, no se ley¨® ning¨²n texto. La viuda de Zhao, Liang Boqi, no estuvo presente en la ceremonia.
La familia, que no pudo decorar la sala ni colocar caligraf¨ªas -en las que normalmente se expresan los sentimientos hacia el fallecido-, quer¨ªa que las cenizas del ex primer ministro descansasen en el mausoleo reservado a los m¨¢ximos dirigentes, pero el Gobierno se ha negado.
El fantasma pol¨ªtico de Zhao sobrevuela sobre un partido que ejerce el poder absoluto desde hace m¨¢s de medio siglo y se enfrenta a graves problemas como la corrupci¨®n rampante y las crecientes desigualdades sociales. Pek¨ªn ha rechazado repetidas veces revisar el veredicto de "movimiento contrarrevolucionario" que fue aplicado a las manifestaciones de Tiananmen. Seg¨²n dice, el progreso econ¨®mico que ha experimentado el pa¨ªs desde entonces demuestra que la decisi¨®n que se tom¨® en aquel momento -y que cost¨® la vida a cientos de manifestantes- fue acertada.
El Gobierno no pudo evitar estar presente en las exequias y envi¨® en su representaci¨®n a Jia Qinglin, miembro del poderoso Comit¨¦ Permanente de Politbur¨® y n¨²mero cuatro del partido. Luego, emiti¨® un comentario oficial, a trav¨¦s de la agencia de noticias Xinhua, en el que, aunque reconoce la contribuci¨®n del entonces l¨ªder al proceso de reforma y apertura, sentencia que "durante la turbulencia pol¨ªtica que tuvo lugar al final de la primavera y principio de verano de 1989, el camarada Zhao Ziyang cometi¨® graves errores". El comunicado, que no se?ala que Zhao fue primer ministro ni secretario general del PCCh, fue le¨ªdo en la televisi¨®n nacional, que por primera vez en a?os mencion¨® el nombre de quien se ha convertido en una figura desconocida para la juventud.
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