De isla en isla, entre aclamaciones

El Festival de M¨²sica de Canarias se desarrolla fundamentalmente en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, pero tienen tambi¨¦n un lugar al sol (este a?o m¨¢s bien a la lluvia y el fr¨ªo) las islas menores -Hierro, Gomera, La Palma, Fuerteventura, Lanzarote-, con unas giras de artistas ciertamente vocacionales que se prestan a actuar en peque?os teatros, casas de cultura o lo que haya m¨¢s a mano. De isla en isla van, entre aclamaciones. Es el caso de la soprano chilena Cristina Gallardo-Dom¨¢s (con Juan Francisco Parra al piano), el cuarteto de cuerda de Leipzig, la orquesta de c¨¢mara Franz Liszt de Budapest o el tenor grancanario Suso Mariategui (con el guitarrista argentino Carlos Wernicke). El festival propone y los correspondientes Cabildos distribuyen los lugares. As¨ª, por ejemplo, en la isla de La Palma -"la isla bonita", como todos la llaman-, el cuarteto actu¨® en Santa Cruz, la soprano en El Paso y, anteayer, el tenor Suso Mariategui lo hizo en Los Llanos de Aridane. La iniciativa es, vaya por delante, espl¨¦ndida.

Los Llanos de Aridane se encuentra a 34 kil¨®metros de Santa Cruz de La Palma. La Casa de Cultura no es el espacio ideal para un tenor y un guitarrista, pero los asistentes -al menos un 90% alemanes- agradecieron tanto el recital que cabe hablar de "p¨²blico so?ado". Las autoridades locales brillaron por su ausencia. No se entiende.

Suso Mariategui y el guitarrista Carlos Wernicke (extraordinario, por cierto) plantearon un recorrido por la historia del canto desde Monteverdi a los Beatles, con parada y fonda en temas de Pergolesi, Mozart, Beethoven, Schubert, Mendelsshon, Faur¨¦, Guastavino, Ginastera y John Lennon, entre otros. En las tres canciones seleccionadas de Federico Garc¨ªa Lorca se rindi¨® un emotivo homenaje a la soprano catalana recientemente fallecida Victoria de los ?ngeles. Un detallazo.

La idea de este recital se inspira en una iniciativa de Cathy Berberian, esposa en su d¨ªa del compositor Luciano Berio. Mariategui lo adapta a su manera, acomodando sus posibilidades vocales a un desarrollo did¨¢ctico. En semejante variedad de estilos, unas cosas salen mejor que otras, desde luego, pero la estructura e intencionalidad del programa son impecables. Mariategui es un cantante muy particular. Defendido siempre por el tenor Alfredo Kraus, ha escrito recientemente un libro de gran inter¨¦s: Ciento seis reflexiones sobre la voz y el canto. En su gira canaria ha obtenido un reconocimiento importante. En concreto, en el recital de la isla de La Palma brill¨® especialmente en el repertorio hispano: Las morillas de Ja¨¦n, Los mozos de Monle¨®n -con un imponente recitativo incluido-, de Garc¨ªa Lorca; Moreno Torroba (una habanera y una canci¨®n de sabor flamenco, encontradas hace no mucho en Viena); Guastavino (Pueblito mi pueblo y Se equivoc¨® la paloma); Ginastera (Canci¨®n al ¨¢rbol del olvido). El p¨²blico se dej¨® llevar por la simpat¨ªa del tenor, que coment¨® en alem¨¢n la mayor¨ªa de las canciones.

Le acompa?¨® con delicadeza y creatividad el guitarrista Carlos Wernicke, un artista a tener en cuenta. En pleno desmelene de propinas, tenor y guitarrista brindaron un tango excepcional. No s¨¦ si estas experiencias son trasladables a las grandes ciudades, pero en las islas afortunadas tienen un sentido especial. El Festival de M¨²sica de Canarias se apunta con ello un tanto social y musical de envergadura.