La lista 169
Finalmente, se han celebrado elecciones en Irak. Unas elecciones promovidas por las fuerzas de ocupaci¨®n, llevadas a cabo en condiciones extremas, y que, al parecer, han registrado una participaci¨®n mayor de la esperada, dadas las circunstancias en presencia. De acuerdo a los datos que hasta ahora han trascendido, la conocida como lista 169, auspiciada desde los sectores chiies m¨¢s influyentes, y bendecida por el ayatola Al¨ª Sistani, ha sido la m¨¢s respaldada, por lo que estar¨ªa llamada a asumir el protagonismo principal en el futuro de ese pa¨ªs.
Otro dato que parece ya contrastado es el notable impulso que estas elecciones han supuesto para la consolidaci¨®n de un poder aut¨®nomo en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, que reclama al mismo tiempo un mayor peso en las decisiones que se tomen en el conjunto de Irak. Por el contrario, los sectores laicos que durante el r¨¦gimen de Sadam Hussein llegaron a tener un notable grado de organizaci¨®n pol¨ªtica e influencia social, parecen haber quedado desplazados de las decisiones que puedan tomarse en el pr¨®ximo futuro. ?Eran estos los resultados deseados, o los esperados, por quienes protagonizaron la invasi¨®n de Irak y convirtieron la celebraci¨®n de estas elecciones en la prueba principal de su ¨¦xito o fracaso?
De dar por buenas las manifestaciones de Bush, no deber¨ªa haber lugar para la duda, ya que ha sido contundente al declarar que la consulta ha constituido, un "¨¦xito rotundo" y que en estas elecciones "los iraqu¨ªes han hablado al mundo". Sin embargo, importantes sectores de opini¨®n, tanto en Europa como en Estados Unidos, no son tan optimistas respecto a los frutos que hayan podido arrojar estas elecciones, celebradas tras una invasi¨®n que supuestamente pretend¨ªa eliminar los sufrimientos de la poblaci¨®n y que, sin embargo, ha provocado decenas de miles de muertos y la destrucci¨®n casi completa de amplias zonas del pa¨ªs.
La asunci¨®n de importantes responsabilidades de gobierno por parte de los sectores que integran la llamada lista 169, financiados por el r¨¦gimen iran¨ª, preocupa y mucho en algunas canciller¨ªas, adem¨¢s de haber levantado una ola de desconfianza en gobiernos de pa¨ªses ¨¢rabes aliados de los EE UU y que sienten peligrar su estabilidad como consecuencia del auge de sectores integristas religiosos. En todo caso, no deja de resultar curioso que, en unos momentos en los que Bush lanza amenazas nada veladas a Ir¨¢n, pueda acabar instal¨¢ndose en Bagdad un gobierno de corte pro iran¨ª, gracias a un proceso electoral propiciado por los EE UU.
Pero los problemas para la administraci¨®n norteamericana no acaban ah¨ª, ya que el fortalecimiento kurdo tras las elecciones es otro tema que levanta ampollas en pa¨ªses aliados de los EE UU que, como Turqu¨ªa, cuentan en su seno con importantes minor¨ªas kurdas que vienen reclamando desde hace muchos a?os su propio derecho al autogobierno.
?Mantendr¨¢ Bush su satisfacci¨®n por los resultados de la consulta durante los pr¨®ximos meses o a?os? ?Aceptar¨¢ sacar a sus tropas de Irak si el gobierno que se forme as¨ª se lo pide? Tendremos ocasi¨®n de comprobarlo. De momento, lo ¨²nico cierto es que, dos a?os despu¨¦s de la invasi¨®n de Irak, el resultado m¨¢s probable de la misma sea la sustituci¨®n de una dictadura laica, la de Sadam Hussein, por un r¨¦gimen integrista en el que, como en Ir¨¢n, pueden ser compatibles ciertos procesos electorales -al estilo de las que el franquismo celebraba para elegir a los representantes del famoso "tercio familiar"- con una dr¨¢stica limitaci¨®n de los derechos individuales y una clara represi¨®n de las libertades civiles. Y para ese probable resultado, han tenido que morir decenas de miles de inocentes.
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