Un nuevo lenguaje creado desde cero
En s¨®lo una generaci¨®n, una poblaci¨®n de beduinos con una alta tasa de sordos inventa un idioma de signos con una sintaxis completa
El clan de Al-Sayyid, un grupo de 3.500 beduinos del desierto de Negev, en el sur de Israel, fue fundado hace 200 a?os por un solo hombre llegado de Egipto, que se cas¨® con una mujer local y tuvo cinco hijos. En la tercera generaci¨®n (la de los nietos del fundador), los primos empezaron a a casarse entre s¨ª. Los primeros sordos profundos empezaron a nacer en la quinta generaci¨®n y hoy, tras dos rondas m¨¢s de reproducci¨®n endog¨¢mica, suman ya 150 personas entre ni?os y adultos.
Los altos ¨ªndices de sordera profunda en esta poblaci¨®n se explican por un gen defectuoso en el cromosoma 13, probablemente importado por el primer viajero llegado de Egipto y revelado cada vez que un ni?o hereda las dos copias defectuosas debido a la endogamia. Nada nuevo. Pero los cient¨ªficos se han quedado at¨®nitos al estudiar su lenguaje de signos. Porque fue inventado hace 70 a?os desde cero, no se parece a ning¨²n lenguaje de la zona, ni hablado ni gestual, y pese a ello, en una sola generaci¨®n, ha desarrollado una sintaxis compleja muy similar a la de cualquier idioma plenamente evolucionado del mundo. El trabajo se presenta en Proceedings of the National Academy of Sciences (edici¨®n electr¨®nica).
"Nuestros resultados indican que el cerebro humano est¨¢ equipado para imponer una estructura formal en cualquier sistema de comunicaci¨®n humana", explica en una entrevista por correo electr¨®nico la principal autora del trabajo, Wendy Sandler, de la Universidad de Haifa (Israel). "No se necesitan varias generaciones de elaboraci¨®n de normas culturales para distinguir sistem¨¢ticamente las distintas funciones gramaticales [sujeto, verbo, objeto] y establecer una relaci¨®n formal entre ellas. Por el contrario, ese sistema surge casi de inmediato en la vida de un nuevo lenguaje, sin m¨¢s requisito que la existencia de una peque?a comunidad de hablantes, o de hablantes por signos, en este caso".
El lenguaje de signos de los beduinos de Al-Sayyid marca las funciones gramaticales de cada palabra mediante su orden en la frase: siempre sujeto-objeto-verbo. No es la secuencia t¨ªpica del castellano, pero s¨ª la m¨¢s com¨²n en las 5.000 lenguas del mundo. Y los beduinos no pueden haberla copiado, porque el orden de la frase es distinto en todos los lenguajes hablados de la zona, incluido el suyo, y tambi¨¦n en los lenguajes de signos t¨ªpicos de Israel y Jordania. Tambi¨¦n son peculiares sus signos de puntuaci¨®n (agarrarse las manos, repetir el ¨²ltimo signo) y su versi¨®n silenciosa de la entonaci¨®n de la frase (inclinar la cabeza, cambiar el gesto facial).
Los cient¨ªficos ya hab¨ªan determinado en los ¨²ltimos a?os que los sistemas de signos utilizados por los sordos tienen la misma estructura compleja que los lenguajes hablados, y se basan en los mismos mecanismos cerebrales, salvo los espec¨ªficos de la fonaci¨®n. Por esta raz¨®n, Sandler y sus colaboradores consideran el lenguaje de Al-Sayyid una oportunidad ¨²nica de presenciar el nacimiento de una nueva lengua, y de explorar hasta qu¨¦ punto ese proceso se sustenta en una capacidad innata del ser humano.
"Hay actualmente una intensa discusi¨®n sobre qu¨¦ partes del conocimiento ling¨¹¨ªstico son innatas", explica a este diario otra de las autoras, Carol Paden, de la Universidad de California en San Diego. "Nuestros resultados no aclaran qu¨¦ arquitecturas ling¨¹¨ªsticas son gen¨¦ticas. Lo que aportamos es una descripci¨®n de c¨®mo se desarrolla un nuevo lenguaje. Vemos que la distinci¨®n entre sujeto y objeto, y el orden de la oraci¨®n, aparecen muy pronto, mientras que ciertos aspectos de la morfolog¨ªa, como las inflexiones o desinencias, tardan m¨¢s en desarrollarse. Pero esto no implica necesariamente que las primeras sean innatas y las segundas aprendidas. Puede ser, simplemente, que las primeras sean m¨¢s f¨¢ciles de aprender".
"Los datos que hemos publicado se refieren a la segunda generaci¨®n de usuarios del lenguaje de signos", a?ade Sandler. "Ahora estamos compar¨¢ndolos con la tercera generaci¨®n, y ya hemos encontrado algunas diferencias interesantes". Como se ve, los lenguajes pueden evolucionar muy deprisa incluso sin influencias externas sustanciales.
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