Kosovo se juega el futuro en 2005
Seis a?os despu¨¦s de convertirse en protectorado internacional surgen las propuestas de independencia para la provincia serbia en v¨ªsperas de la negociaci¨®n sobre su estatuto definitivo
Naciones Unidas y la comunidad internacional van a plantearse en este 2005 el futuro de Kosovo, peque?o territorio inmerso en un limbo pol¨ªtico y administrativo que amenaza con convertirse en un agujero negro para Europa. Es un a?o cr¨ªtico para la provincia serbia. Mientras en Bruselas o Washington hay voces que piden su independencia, Belgrado pronostica que la escisi¨®n producir¨¢ la balcanizaci¨®n de Europa en vez de europeizar los Balcanes. La OTAN se ha dotado de m¨¢s capacidad de acci¨®n y se mantiene en estado de m¨¢xima alerta ante las discusiones y el posible procesamiento por cr¨ªmenes de guerra del primer ministro kosovar Ramush Haradinaj, un factor explosivo adicional en una situaci¨®n de por s¨ª fr¨¢gil.
No corre la sangre como anta?o. Pero la situaci¨®n es una bomba de relojer¨ªa
"La independencia de Kosovo es totalmente inaceptable", dice el presidente de Serbia
A punto de cumplirse los seis a?os de protectorado internacional que sustrajo a Belgrado la soberan¨ªa de facto sobre el territorio y del entierro all¨ª de cientos de millones de euros, Kosovo sigue sin estar estabilizado. No corre la sangre como anta?o, pero el estallido de violencia en marzo del a?o pasado -que cost¨® la vida a 19 serbios, la destrucci¨®n de cientos de propiedades y un nuevo ¨¦xodo- es vivido como una advertencia. A la frustraci¨®n sentida por una clase pol¨ªtica primitiva, se une el desenga?o econ¨®mico, con tasas de paro que llegan al 60% y la presi¨®n de una poblaci¨®n que en su 50% es menor de 25 a?os. Una aut¨¦ntica bomba de relojer¨ªa.
"La situaci¨®n de Kosovo es insostenible. El estancamiento econ¨®mico es dram¨¢tico, y si hay otro estallido es posible pensar en una intervenci¨®n serbia, lo que ser¨ªa un elemento desestabilizador para toda la regi¨®n", dice Gareth Evans, ex ministro de Exteriores de Australia y presidente del International Crisis Group (ICG), un centro de estudios pol¨ªtico de Bruselas, que acaba de presentar un informe en el que se pide decididamente la independencia de la provincia. Tan decididamente que propone incluso desafiar un hipot¨¦tico veto del Consejo de Seguridad con el fin de que Kosovo tenga una soberan¨ªa de jure reconocida en la escena internacional. El plan del ICG, que fija condiciones a la independencia, contiene una cronolog¨ªa que concluye a finales de este a?o con una Constituci¨®n como Estado independiente a partir de 2006.
El ICG indigna en Serbia, donde se le recuerda como uno de los promotores de la intervenci¨®n de la OTAN en la guerra de Kosovo en 1998-1999. Pero es un think tank con ascendiente, en cuyo consejo figuran notables personalidades pol¨ªticas. La ¨²ltima incorporaci¨®n a su c¨²pula ha sido la de Chris Patten, rector de Oxford y antiguo comisario de Relaciones Exteriores de la Comisi¨®n Europea. "Las propuestas del ICG no son perfectas", dice Patten. "Pero no s¨¦ qu¨¦ alternativa tiene Serbia-Montenegro a la de pertenecer a la UE. Y para ello hay dos obst¨¢culos: Kosovo y la colaboraci¨®n con el Tribunal Penal Internacional sobre Yugoslavia".
La UE no tiene a¨²n posici¨®n tomada sobre Kosovo. Patten cree que deber¨ªa tenerla y aventura que ser¨¢ la misma a ambos lados del Atl¨¢ntico: "No creo que haya diferencias entre la UE y Estados Unidos sobre Kosovo". La Administraci¨®n de George W. Bush tampoco se ha pronunciado, aunque no hay secretos: "Estados Unidos es favorable a una v¨ªa r¨¢pida", dice una fuente diplom¨¢tica europea de la Alianza Atl¨¢ntica. En el Capitolio se han planteado demandas en favor de la independencia de Kosovo y en un reciente debate sobre el particular en el Parlamento Europeo no fueron pocas las voces que la defendieron. "?Tiene Europa apetito por una nueva independencia? Quiz¨¢ no en 2005, pero quiz¨¢ s¨ª en 2015", comentan fuentes diplom¨¢ticas de la Uni¨®n.
A mediados de este a?o, en fecha no determinada (entre junio y septiembre) y sin procedimiento todav¨ªa fijado, la comunidad internacional debe decidir sobre los llamados est¨¢ndares para Kosovo, seg¨²n los cuales el futuro del territorio debe ser uno en el que se pueda vivir en paz, con justicia y tolerancia, independientemente de la procedencia ¨¦tnica o de la religi¨®n. Se trata esencialmente de garantizar los derechos de la minor¨ªa serbia en un Kosovo que tras la guerra y el protectorado internacional es hoy alban¨¦s al 90%. Ser¨¢ un momento cr¨ªtico. "La OTAN ha tomado la decisi¨®n de mantener un perfil alto en 2005", dice una fuente aliada. "Es un mensaje que han entendido todas las partes implicadas".
A pesar de que las diferencias entre albanokosovares y serbios siguen siendo irreconciliables y que no ha habido intentos ni serios ni efectivos de salvarlas, fuentes de la Uni¨®n aventuran que, llegada la hora del debate, se har¨¢ como que ha habido progresos en la democratizaci¨®n con vistas a desatascar la situaci¨®n. Si la comunidad internacional acepta que los derechos de las minor¨ªas est¨¢n garantizados en Kosovo se pasar¨¢ a la etapa de decidir sobre el estatuto final del territorio, que algunos ven como una inevitable independencia, aunque sea con alg¨²n tipo de tutela.
"El retorno de Kosovo al control de Belgrado no es posible, ni tampoco la completa independencia", dice Erhard Busek, coordinador del Pacto de Estabilidad para el sureste de Europa, establecido tras la intervenci¨®n de la OTAN con la consigna de evitar que Kosovo se convierta en un agujero negro en Europa. "Una independencia condicional con supervisi¨®n internacional puede ser el resultado final".
Es lo que propone el ICG: Kosovo no debe retornar a Serbia, pero debe comprometerse a no unirse con Albania ni con ning¨²n otro territorio vecino, en referencia a las zonas de la propia Serbia o de Macedonia con minor¨ªas de origen alban¨¦s. Tampoco debe fragmentarse, con la parte habitada por los serbios absorbida por Serbia. Adem¨¢s, jueces internacionales deber¨ªan formar parte de los tribunales superiores kosovares para garantizar los derechos de las minor¨ªas. En Kosovo, finalmente, la comunidad internacional deber¨ªa mantener una presencia de control.
Belgrado rechaza de plano tales ideas. "La independencia de Kosovo es totalmente inaceptable", dice el presidente de Serbia, Bor¨ªs Tadic, un aliado de Occidente. "Nadie en el Gobierno serbio va a aceptar este proyecto", asegura Misa Djurkovic, consejero del primer ministro Vojislav Kostunica. "El informe es muy sesgado y crea m¨¢s inestabilidad en la regi¨®n. Viola acuerdos internacionales". En esa idea abunda el ministro de Asuntos Exteriores, Vuk Draskovic: "Seg¨²n la Carta de Naciones Unidas, es legalmente imposible crear un Estado independiente a partir de otro si ¨¦ste no lo acepta. Y mi Estado est¨¢ contra la independencia de Kosovo". A pesar de tan taxativas manifestaciones, en medios diplom¨¢ticos de Bruselas se matiza que "los serbios moderados se dan cuenta de que Kosovo est¨¢ perdido".
El ICG interpreta que al reclamar la resoluci¨®n 1.244 del Consejo de Seguridad "un proceso pol¨ªtico destinado a determinar el futuro estatuto de Kosovo" da por hecho que la soberan¨ªa te¨®rica de Belgrado no es permanente, de ah¨ª el resquicio para la independencia condicionada. La principal traba con que se encuentra este plan es el Consejo de Seguridad, donde el propio ICG reconoce que Rusia, y muy probablemente China, vetar¨¢n cualquier plan secesionista no avalado por Serbia.
"Incluso si se bloquea el acceso de Kosovo a la ONU, las principales naciones deber¨ªan intercambiar representantes diplom¨¢ticos" con Kosovo, dice el informe. Gareth Evans emplea una met¨¢fora ferroviaria: "El tren saldr¨¢ de la estaci¨®n si Estados Unidos, la UE y otros pa¨ªses reconocen la soberan¨ªa de Kosovo. Si el tren no sale, tememos por el futuro de Kosovo y de toda la regi¨®n". Para el ministro Draskovic es lo contrario. "La independencia no es una soluci¨®n", dice. "Conf¨ªo en que la OTAN, la UE y la ONU sepan que la independencia contribuir¨¢ al c¨¢ncer de la balcanizaci¨®n de Europa en vez de la europeizaci¨®n de los Balcanes".
El domin¨® balc¨¢nico
Kosovo es un peque?o territorio de apenas dos millones de habitantes en el que confluyen todas las placas tect¨®nicas posibles: la estrat¨¦gica, la europea, la balc¨¢nica y la local, ninguna de las cuales es homog¨¦nea.
Washington y Mosc¨² mantienen posiciones contrapuestas. En la UE existen muy distintas sensibilidades. Los Balcanes no conocen movimiento de fronteras que no haya sido sangriento. La clase pol¨ªtica albanesa, fuera de la idea gen¨¦rica de la independencia, est¨¢ cuarteada y es poco de fiar.
La OTAN, a trav¨¦s de los 17.000 efectivos de KFOR (unos 800 espa?oles), ha redefinido sus reglas de actuaci¨®n para poder intervenir decisivamente en caso de necesidad.
Trata de evitar la repetici¨®n de razias como las de los albanokosovares sobre los serbios del a?o pasado y tambi¨¦n se prepara para aplacar ¨¢nimos en caso de que se confirme el procesamiento por cr¨ªmenes de guerra del hoy primer ministro Ramush Haradinaj.
En Serbia, la mayor oposici¨®n a la independencia de Kosovo parece hallarse en las estructuras militares y de seguridad, a las que la OTAN tambi¨¦n env¨ªa mensajes. En 2006, adem¨¢s, Montenegro puede decidir en refer¨¦ndum su separaci¨®n de Serbia. Intentar resolver el conflicto de la antigua provincia aut¨®noma supone liberar de la caja de Pandora un domin¨® imprevisible.
Si Kosovo se independiza, otras regiones balc¨¢nicas pueden seguir el ejemplo. Belgrado podr¨ªa reclamar la anexi¨®n de la Rep¨²blica Serbia de Bosnia como compensaci¨®n por perder Kosovo. Y si el norte serbio de Kosovo se desgaja para unirse a la madre patria, los albaneses de Serbia o de Macedonia podr¨ªan sentir la misma tentaci¨®n.
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