Las mujeres y adolescentes atendidos por drogadicci¨®n se duplican en un a?o
M¨¢s del 50% de los asistidos carece de estudios y el 40% tiene problemas judiciales
El perfil de las personas que se someten a un tratamiento de desintoxicaci¨®n empieza a cambiar: cada vez hay m¨¢s mujeres y adolescentes en los centros asistenciales (se ha duplicado en un a?o). La Uni¨®n de Asociaciones de Atenci¨®n al Drogodependiente (UNAD) constata en un informe que la drogadicci¨®n est¨¢ ligada en gran medida a la marginalidad: m¨¢s del 50% de los asistidos carece de todo tipo de estudios o s¨®lo ha cursado hasta primaria, y un 40% tiene problemas con la justicia. Una de cada cuatro personas en tratamiento sufre adicci¨®n a la hero¨ªna.
En Espa?a, medio mill¨®n de personas participan en alg¨²n programa para salir de las drogas. De ellos, 90.000 pacientes est¨¢n tratados con metadona. A pesar de que el consumo de coca¨ªna y de ¨¦xtasis ha aumentado espectacularmente en los ¨²ltimos tiempos, y de que la hero¨ªna se ha estabilizado en niveles muy bajos, sigue siendo esta ¨²ltima droga la que mayor demanda de tratamiento de desintoxicaci¨®n suscita, seg¨²n el informe Perfil del usuario de las entidades asociadas a la UNAD. Uno de cada cuatro toxic¨®manos est¨¢ en tratamiento por su adicci¨®n al caballo. El 20% mezcla hero¨ªna con coca¨ªna y el 13% s¨®lo toma coca¨ªna.
"La dependencia de la coca¨ªna se produce de media a los cinco a?os de haber empezado a consumir, mientras que con el caballo, el enganche es mucho m¨¢s r¨¢pido, a los seis meses de probarla. De ah¨ª que haya m¨¢s pacientes que demanden tratamiento para desengancharse de la hero¨ªna", asegura el presidente de la UNAD, Luciano Poyato. "Habr¨¢ que esperar unos dos o tres a?os para que se dispare el tratamiento de personas adictas a la coca¨ªna".
Los pacientes consumidores de alcohol son el 9%; de hach¨ªs, el 5%; de drogas de s¨ªntesis, el 3%; y de tabaco, el 2%. El 24% restante participan en programas de prevenci¨®n. En cuanto al tiempo de consumo de la droga principal, m¨¢s de un tercio lleva m¨¢s de 10 a?os haci¨¦ndolo y un 74%, hace m¨¢s de seis.
La UNAD agrupa a 271 asociaciones de todas las comunidades aut¨®nomas, que asisten a unas 200.000 drogodependientes. Lo hacen en centros de internado (para aquellos con m¨¢s a?os de consumo y cuyas vidas est¨¢n m¨¢s desestructuradas), en centros de d¨ªa (de car¨¢cter terap¨¦utica y ocupacional), y en centros ambulatorios (para tratamiento psicol¨®gico). A partir de 41.000 fichas de pacientes, esta entidad ha trazado un perfil de c¨®mo son los toxic¨®manos que asisten a un tratamiento. ?stos son algunos de los datos m¨¢s destacados.
- Sexo. La drogodependencia sigue siendo un problema principalmente masculino. Pero se aprecia una paulatina feminizaci¨®n. Hace menos de una d¨¦cada, s¨®lo el 11% de los toxic¨®manos en tratamiento eran mujeres. El a?o pasado representaban el 20%, y este a?o casi el doble, el 36%. "Antiguamente, la comunidad terap¨¦utica no acog¨ªa en r¨¦gimen de internamiento a las mujeres porque los edificios no estaban preparados para ni a ellas ni sus hijos. Pero desde hace a?os se han construido centros espec¨ªficamente para ellas", se?ala Poyato. "Adem¨¢s, a las mujeres siempre les ha costado m¨¢s desenmascarar su adicci¨®n".
- Estudios. "A mayor fracaso escolar, mayor marginalidad y mayor consumo", se?ala Poyato. El 13% de las personas en tratamiento no cuenta con ning¨²n tipo de estudios. El 39% s¨®lo ha cursado hasta primaria; el 15%, hasta secundaria; el 8% es t¨¦cnico profesional, y s¨®lo el 4% dispone de estudios universitarios. El resto, 21%, no sabe o no contesta.
Las drogas empiezan a afectar a todas las capas sociales. El fen¨®meno es la pescadilla que se muerde la cola. "Cuando un chico de clase media o media alta empieza a consumir drogas, poco a poco se va excluyendo socialmente. A veces no sabes si las drogas son la causa o el efecto de su marginalidad", explica Poyato. "En cualquier caso, a las personas de clase alta les cuesta m¨¢s acudir a una comunidad terap¨¦utica, prefieren hacerlo a una consulta privada", a?ade el presidente de la UNAD.
- Trabajo. El 36% de los toxic¨®manos en tratamiento est¨¢ en paro; el 25% trabaja; el 13% es beneficiario de renta b¨¢sica o subsidio; y el 6% estudia. El 20% restante responde que no sabe o no contesta.
- Prisi¨®n. "Los datos sobre la situaci¨®n laboral de estas personas tambi¨¦n son representativos de su exclusi¨®n social", se?ala Poyato. Cuatro de cada 10 usuarios de los servicios asistenciales a drogodependientes tiene alg¨²n problema relacionado con la justicia.
Adem¨¢s, s¨®lo el 9% de los toxic¨®manos que est¨¢n en la c¨¢rcel acceden a medidas alternativas al tratamiento que dispensan en las prisiones.
- Salud. El 35% de las personas atendidas tienen alguna patolog¨ªa diagnosticada. El 31% sufre hepatitis C; el 28% es portador del VIH o tiene sida; el 15%, hepatitis A y B; el 3%, tuberculosis, y el 2% otra enfermedad. El 21% padece un trastorno mental (psicosis o esquizofrenia paranoica).
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