Terrorismo y v¨ªctimas
Los alborotos producidos hace 20 d¨ªas en la manifestaci¨®n convocada en Madrid por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) para protestar contra la eventual excarcelaci¨®n de condenados etarras (algunos participantes injuriaron al ministro de Defensa y trataron de agredirle) dieron incongruente carta de naturaleza a la teor¨ªa de que la izquierda democr¨¢tica discrimina entre v¨ªctimas de primera y de segunda seg¨²n hayan perdido la vida el 11-M a manos del terrorismo islamista o a causa de la cadena de asesinatos perpetrados por ETA durante m¨¢s tres d¨¦cadas. La premisa mayor -no siempre expl¨ªcita- de esa aberrante clasificaci¨®n jer¨¢rquica atribuye al Gobierno el dise?o y la aplicaci¨®n de tan fant¨¢stico embeleco; la presidenta de la Asociaci¨®n de Afectados del 11-M, Pilar Manj¨®n, est¨¢ siendo linchada por algunos periodistas a cuenta de su testimonio ante la comisi¨®n de investigaci¨®n del Congreso. La manipulaci¨®n partidista de los sentimientos de piedad y de solidaridad hacia todas las v¨ªctimas del terrorismo, sean cuales fueren las ideolog¨ªas pol¨ªticas, los irredentismos nacionalistas o las creencias religiosas de los verdugos, se halla en el trasfondo de la descabellada dicotom¨ªa.
La declaraci¨®n ante la polic¨ªa de algunos cargos p¨²blicos del PP, que hab¨ªan sido fotografiados durante la manifestaci¨®n convocada por la AVT en actitud agresiva contra el ministro de Defensa, ha sido manejada por su partido para establecer comparaciones estrafalarias entre la Espa?a democr¨¢tica gobernada por los socialistas y los reg¨ªmenes fascistas. Esa surrealista mutaci¨®n de los agresores en agredidos elude el problema de fondo: la necesidad de mantener la lucha contra el terrorismo al margen de las peleas pol¨ªticas. Tampoco la gallin¨¢cea r¨¦plica del portavoz Zaplana durante la comparecencia del ministro del Interior ante la comisi¨®n del Congreso ayud¨® a esclarecer el origen del oscuro episodio. La direcci¨®n del PP todav¨ªa no se ha disculpado de la circular dirigida cuatro d¨ªas antes de la manifestaci¨®n por ?ngel Garrido Garc¨ªa -secretario de ¨¢rea de la regi¨®n madrile?a- a los presidentes de distrito del partido atribuyendo falsamente las eventuales excarcelaciones de condenados etarras a la normativa aprobada durante el mandato socialista (la redenci¨®n de penas posibilitadora de ese fraude fue suprimida, por el contrario, en 1995), acusando al actual Gobierno de no impedirlas (cuando ha sucedido lo contrario) y utilizando deslealmente la convocatoria de la AVT para satisfacer "la petici¨®n un¨¢nime de nuestra militancia" de "salir a la calle" y "expresar nuestro rechazo" al Gobierno socialista.
La acusaci¨®n seg¨²n la cual la izquierda democr¨¢tica discriminar¨ªa entre las v¨ªctimas del integrismo islamista y las de ETA arrastra l¨®gicamente a la distinci¨®n sim¨¦trica entre ambos terrorismos: no por la atenci¨®n prestada a los afectados sino por la maldad de los verdugos. Se dir¨ªa que la denuncia presentada por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional contra Garz¨®n como autor de un delito de revelaci¨®n de secretos en su libro Un mundo sin miedo (Plaza Jan¨¦s, 2005) descansa subliminalmente sobre un juicio de intenciones de ese g¨¦nero. Eduardo Fungairi?o -a quien el fiscal general del Estado deber¨ªa haber retirado la confianza tras su burlesco desacato al Parlamento mientras prestaba testimonio ante la Comisi¨®n del 11-M- ofrece como prueba del delito la puesta en cuesti¨®n por el magistrado de la Audiencia Nacional de algunas afirmaciones del ministro Acebes dirigidas a blindar la falsa tesis de que la autor¨ªa del atentado correspond¨ªa con certeza a ETA.
Sin haber sido el instructor de los sumarios correspondientes, Garz¨®n considera dudoso que los etarras hubiesen preparado un atentado con mochilas-bomba en Baqueira-Beret en la Navidad de 2003, aduce que los temporizadores instalados en el tren Ir¨²n-Madrid se hallaban programados para entrar en funcionamiento s¨®lo despu¨¦s de su llegada a Chamart¨ªn y sostiene que el destino de la furgoneta cargada de explosivos interceptada a finales de febrero era un edificio industrial vac¨ªo. Pero ninguna persona sensata podr¨ªa concluir que Garz¨®n, cuya actuaci¨®n en la Audiencia Nacional ha sido decisiva en la lucha contra ETA, pretendi¨® exculpar con esa informaci¨®n a la banda responsable -para decirlo con sus propias palabras- "de la violencia m¨¢s injusta y demencial" de Europa.
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