El Buscarruinas acepta 7,5 a?os c¨¢rcel por robar y enca?onar a un polic¨ªa
El acusado neg¨® inicialmente los hechos y dijo que fue golpeado
Juan Jos¨¦ D.C, conocido como El Buscarruinas, acept¨® ayer una condena de siete a?os y medio de c¨¢rcel por delitos de robo con fuerza y atentado, por sustraer unos jamones y enca?onar en el entrecejo a un polic¨ªa con su arma reglamentaria despu¨¦s de que el agente intentase detenerle. El acusado neg¨® haber agredido al polic¨ªa y sostuvo que fue golpeado sin motivo cuando iba a comprar droga. Despu¨¦s se retract¨® y acept¨® la acusaci¨®n y la pena.
Juan Jos¨¦ D.C, de 34 a?os de edad, rob¨® junto a Valent¨ªn M.P, cinco jamones en un establecimiento en la calle Reina Mercedes de la capital andaluza la madrugada del cinco de noviembre de 2003. Minutos m¨¢s tarde, los dos hombres fueron descubiertos en la barriada de las Tres Mil Viviendas mientras transportaban la mercanc¨ªa por dos agentes de la polic¨ªa local que intentaron detenerlos. Juan Jos¨¦ D.C forceje¨® con uno de ellos y tras arrebatarle el arma, dispar¨® sin herir al polic¨ªa. Despu¨¦s fue detenido mientras que su compa?ero huy¨®. Sobre ¨¦l pesa una orden de b¨²squeda y captura.
Antes del inicio del juicio, Juan Jos¨¦ D.C, que lleg¨® custodiado por la polic¨ªa, andando ayudado por una muleta, con aspecto muy desmejorado y extremadamente delgado, intercambi¨® unas palabras en los pasillos del edificio judicial con su abogado. Pese a que se preve¨ªa la conformidad, el condenado no acept¨® la pena de ocho a?os y medio que en un principio ped¨ªan la fiscal y la acusaci¨®n particular y la vista comenz¨® en el juzgado penal 10 de la capital andaluza. Juan Jos¨¦ D.C se declar¨® inocente y se?al¨® que el d¨ªa de los hechos, se dirig¨ªa a comprar droga a la barriada de las Tres Mil Viviendas. "No s¨¦ de d¨®nde salen los jamones, yo iba con la moto a las Tres Mil Viviendas a comprar droga porque hab¨ªa reca¨ªdo. La polic¨ªa me par¨®, se pegaron mucho con el coche y despu¨¦s se bajaron y me dieron porrazos, me qued¨¦ inconsciente, tengo cortes en la cabeza de siete y nueve cent¨ªmetros", declar¨®. El polic¨ªa local que lo detuvo desminti¨® su versi¨®n y se?al¨® que cuando dieron el alto a los dos hombres que conduc¨ªan un ciclomotor por la barriada, ¨¦stos huyeron. "Nos cruzamos con un ciclomotor y vimos que llevaban una bolsa muy grande, reconocimos al individuo porque es habitual en estos c¨ªrculos. Le dimos el alto. No nos hizo caso y comenzamos una peque?a persecuci¨®n. Como llevaban un bulto grande se desequilibraron y siguieron huyendo a pie. Cuando lo cojo me da un codazo y echa mano de la pistola en el forcejeo. Caemos los dos al suelo y ¨¦l monta la pistola. En el suelo me dec¨ªa que me iba a matar, me apunt¨® al entrecejo, yo le dec¨ªa que no me matara, que ten¨ªa dos hijos y que estaba casado. Consigo agarrar su mu?eca y darle un manotazo en el momento en que solt¨® el disparo. Luego ¨¦l sigui¨® corriendo y sac¨® un destornillador y me amenaz¨®". El polic¨ªa local a?adi¨® que "el disparo no fue accidental" y que el condenado "ten¨ªa cara de querer hacerlo y sab¨ªa ad¨®nde estaba apuntando".
El agente, que ha estado de baja por un cuadro de ansiedad generalizada tras los sucedido, se desvaneci¨® tras detener junto a otros polic¨ªas, instantes despu¨¦s, al condenado. ?ste tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario por las m¨²ltiples heridas que sufri¨® durante el forcejeo con los agentes que lo detuvieron. Los seis polic¨ªas locales que testificaron en el juicio y que tambi¨¦n estuvieron presentes la noche de los hechos confirmaron la versi¨®n de su compa?ero y se?alaron que el segundo delincuente que persegu¨ªan, Valent¨ªn M.P, se escondi¨® en un bloque de la barriada y tras lanzarles un televisor consigui¨® huir del lugar. Tras escuchar estos testimonios y el del polic¨ªa nacional que verific¨® el arma reglamentaria del agente, una parabellum semi autom¨¢tica, y se?al¨® que hab¨ªa sido disparada, la juez se?al¨® que iba a suspender el juicio por la incomparecencia de un testigo. Antes de hacerlo pregunt¨® al acusado si hab¨ªa alguna posibilidad de conformidad. Juan D.C habl¨® de nuevo con su abogado y acept¨® la petici¨®n de la fiscal y la acusaci¨®n particular que rebajaron la pena en un a?o respecto a los ocho a?os y medio, al eliminar el delito de falsedad que imputaban al condenado por haber falsificado el bastidor del ciclomotor.
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