Los saud¨ªes votan en comicios locales con la esperanza de que la democracia se extienda
S¨®lo los hombres pudieron participar en las elecciones en 178 municipios del pa¨ªs
"Es el primer paso; esperamos que en el futuro las elecciones se extiendan a todos los niveles", declaraba ayer el director de escuela Mulhi al Mutairy tras depositar su voto en Riad en los comicios para elegir a la mitad de los concejales. Decenas de hombres saud¨ªes repitieron la misma idea, no s¨®lo en los barrios acomodados de la capital. Tambi¨¦n, y si acaso con m¨¢s intensidad, en Suwaidi, apodado "la Faluya saud¨ª". Si las autoridades planeaban un ejercicio cosm¨¦tico, quienes acudieron a las urnas parec¨ªan tom¨¢rselo en serio.
La coreograf¨ªa log¨ªstica fue impecable. De ocho de la ma?ana a cinco de la tarde, abrieron sus puertas los 143 colegios electorales de la regi¨®n central, 73 de ellos en Riad. Al frente de cada uno de ellos, un profesor de Derecho y varios asistentes que comprobaban la identidad del votante y le guiaban en el proceso tras facilitarle la papeleta. En la capital, ¨¦sta era en realidad un cuadernillo de siete hojas de distinto color (una por cada distrito electoral), en cada una de las cuales hab¨ªa que marcar un candidato.
"Estoy m¨¢s que feliz", asegur¨® a esta enviada Abdurrahm¨¢n al Sult¨¢n, al salir del colegio electoral n¨²mero 35 en el barrio de Al Sahafa. "Es nuestra primera experiencia como ciudadanos saud¨ªes y conf¨ªo en que haya m¨¢s en el futuro", manifest¨® este joven farmac¨¦utico, que se declar¨® partidario de que se extienda a la elecci¨®n de todos los concejales, el Consejo Consultivo (actualmente designado por el rey) e incluso el Consejo de Ministros. Las autoridades saud¨ªes no han aclarado cu¨¢les van a ser las competencias de los ayuntamientos, cuyo alcalde y la otra mitad de los ediles designar¨¢ el ministro de Asuntos Municipales.
"Queremos que se escuche nuestra opini¨®n en los asuntos municipales, participar en ellos, conseguir los derechos que nos corresponden", ped¨ªa por su parte Abu Abdulaziz, un profesor de ¨¢rabe de 32 a?os. Era media ma?ana y una veintena de hombres hac¨ªa cola ante cada una de las dos mesas electorales de ese centro. Un n¨²mero a¨²n mayor esperaba su turno a las cuatro de la tarde en el colegio electoral n¨²mero 3, en Suwaidi, el barrio del que han salido buena parte de los autores de la ola de atentados que desde 2003 sufre Arabia Saud¨ª. Entre ellos, muchos j¨®venes y muchos barbudos.
"Sabemos lo que pasa en el mundo y confiamos en poder elegir nuestro futuro", subray¨® all¨ª Abdulaziz al Dumeiji, que como el resto de los votantes acaba de terminar la oraci¨®n del Asr, una de las cinco plegarias diarias prescritas en el islam y durante las cuales Arabia Saud¨ª se paraliza. Al Dumeiji, con la barba y la vestimenta de los saud¨ªes piadosos, se mostr¨® cort¨¦s con la periodista, que minutos antes tuvo que abandonar otro colegio electoral de la zona.
Sin duda, el hecho de haberse registrado indicaba un especial inter¨¦s por "participar en el terreno pol¨ªtico", como lo defini¨® uno de los entrevistados. Pero la novedad de la experiencia tambi¨¦n explicaba que apenas lo hubieran hecho 149.000, un 30% de todos los votantes potenciales (varones saud¨ªes mayores de 21 a?os). En las regiones del este y del sur del pa¨ªs, donde las votaciones se celebrar¨¢n el pr¨®ximo 3 de marzo, el n¨²mero de inscritos es de 320.000. En el oeste y el norte a¨²n sigue abierto el censo.
Muchos cr¨ªticos han desestimado estos comicios municipales como una respuesta cosm¨¦tica de los Al Saud, la familia gobernante, a las presiones de reforma que recibe tanto dentro del pa¨ªs como de Estados Unidos. Sin embargo, ninguno de los electores entrevistados se mostr¨® partidario de presionar a las autoridades para acelerar los cambios.
"Las reformas en esta sociedad religiosa llevan tiempo. Si no se hacen de forma gradual, no dar¨¢n los resultados deseados", defendi¨® con anterioridad a los periodistas el ministro de Trabajo, Ghazi Al Gosaibi.
M¨¢s divisivo parece el asunto de la participaci¨®n de las mujeres en la vida p¨²blica de este pa¨ªs, donde est¨¢n prohibidos los bares, los cines o las discotecas. Aunque muchos interlocutores dijeron no tener inconveniente en que se las incluya en la pr¨®xima cita con las urnas, otros pusieron condiciones.
"Lo aceptar¨ªa si es en su beneficio y el de la sociedad, no para satisfacer a los liberales y abrir la puerta a que trabajen con hombres, salgan a la calle o aparezcan en televisi¨®n", puntualiz¨® Al Dumeiji. Abu Ozm¨¢n fue m¨¢s radical y asegur¨® que "el lugar de la mujer es la casa". Pero incluso en Suwaidi hubo quien, como Abdelrahm¨¢n al Hweiseh, se manifest¨® a favor de que la pr¨®xima vez participen las mujeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.