"La coca¨ªna no es un juego"

El delantero del Mallorca Fernando, Petete, Correa (Montevideo, 1974) sali¨® ayer del entrenamiento del Mallorca con una sonrisa inacabable, de oreja a oreja. Acababa de ver su nombre escrito por H¨¦ctor C¨²per en la pizarra de los convocados. Una noticia que llevaba nueve meses esperando: el final de su sanci¨®n por consumo de coca¨ªna en marzo de 2004. Hoy est¨¢ entre los elegidos para jugar contra el Albacete.

Correa, que vivi¨® sus mejores momentos deportivos en el Atl¨¦tico de Madrid del doblete (temporada 1995/96), da carpetazo as¨ª a su peor etapa como profesional. En los d¨ªas posteriores a su positivo por coca¨ªna, y acabados de cumplir los 30 a?os, el jugador lleg¨® a plantearse la retirada: "en esos momentos pens¨¦ en much¨ªsimas cosas. Lo primero que hice fue recluirme en Uruguay. Me encerr¨¦ en mi casa de Montevideo. Me daba verg¨¹enza salir a la calle, exponerme a lo que me pudiera decir la gente. Pero entonces comenc¨¦ a recibir llamadas de apoyo". Tanto apoyo que el seleccionador de su pa¨ªs, Jorge Fossati, asegur¨® ayer que cuenta con ¨¦l para el Mundial de Alemania: "Yo lo conozco desde muy joven y estoy seguro que lo que le pas¨® fue una piedra en el camino y que ese no es su camino normal".

Antes, Mateu Alemany, presidente del Mallorca, Luis Aragon¨¦s, por entonces entrenador del equipo balear en el que Correa jugaba cedido, y todos los compa?eros de la plantilla estuvieron a su lado. "Incluso me llamaron amigos de los otros equipos en los que he jugado", explica. Correa no recibi¨® tanta comprensi¨®n por parte del club al que pertenec¨ªa, el Atl¨¦tico, que rescindi¨® autom¨¢ticamente su contrato. "Me qued¨¦ un mes y medio sin equipo, entrenando s¨®lo y pas¨¢ndolo muy mal. Entonces me llam¨® el Mallorca".

El Petete Correa, como se le conoce desde su debut en el f¨²tbol uruguayo en 1994, transmite una sensaci¨®n de pl¨¢cida serenidad. Atr¨¢s quedan nueve meses -"como un embarazo"- de dudas, decisiones trascendentales, recursos ante la FIFA y, finalmente, entrenamientos y m¨¢s entrenamientos. "No he dejado de entrenar ni un solo d¨ªa, incluso los domingos. Lo m¨¢s duro era trabajar sin tus compa?eros, y luego ir al campo y ver el partido desde la grada, sintiendo que pod¨ªa ayudar al equipo y aguant¨¢ndome las ganas".

La vida de Correa cambi¨® radicalmente el 31 de marzo de 2004, minutos despu¨¦s de un partido clasificatorio para el Mundial de Alemania 2006, entre Uruguay y Venezuela. El delantero dio positivo por consumo de coca¨ªna en un control antidopaje. El "error" lo hab¨ªa cometido d¨ªas antes: "una noche de fiesta, de tonter¨ªa, por seguir la broma, el juego... Pero la coca¨ªna no es ning¨²n juego, y menos para un futbolista profesional. Actu¨¦ sin pensar en las consecuencias, pequ¨¦ de ingenuidad, pero he aprendido la lecci¨®n".

La FIFA fue implacable y emiti¨® una sanci¨®n ejemplar. Doce meses de inhabilitaci¨®n, que quedaron reducidos a nueve tras un recurso de los abogados. Correa asumi¨® su responsabilidad e hizo prop¨®sito de enmienda. "Jam¨¢s volver¨¦ hacer algo as¨ª, y espero que lo que me pas¨® haya servido de ejemplo: los jugadores j¨®venes han de saber rodearse de gente buena y no cometer estupideces".

En todo momento, el jugador ha buscado lo positivo del asunto, "que no es poco: darme cuenta de qui¨¦nes son los que est¨¢n a mi lado". En el ¨ªnterin, eso s¨ª, ha tenido una gran alegr¨ªa: el nacimiento de su tercer hijo, Tiziano, que ahora cumple cinco meses. "Por ¨¦l, por mis dos hijas, por mi esposa y por todos los que me han ayudado tanto, quiero salir a jugar y darlo todo. Estoy contando los minutos hasta volver a pisar el c¨¦sped, y tengo f¨²tbol para rato". Hoy le puede llegar su segunda oportunidad.