Europa, por inducci¨®n
Bush, dec¨ªamos, es un transformacionalista. La Uni¨®n Europea, como pertinentemente la describe Mark Leornard (Center for European Reform), es una potencia transformativa. Es la diferencia entre la cocina cl¨¢sica, por contacto, y la de inducci¨®n, en la que se cocina el producto directamente, no a trav¨¦s del calor del recipiente. Bush ha querido cambiar el mundo a coscorrones militares, metiendo el calor por contacto. La UE, m¨¢s por inducci¨®n. Los europeos no excluyen el uso de la fuerza militar (como en Kosovo, Bosnia o Afganist¨¢n), pero la mayor amenaza de la UE como tal no es invadir un pa¨ªs vecino, sino dejarle fuera, a la intemperie.
Cuando Espa?a se dispone a ser el primer pa¨ªs en celebrar un refer¨¦ndum sobre el Tratado de la Constituci¨®n para Europa, a las puertas de la UE se agolpan los que ans¨ªan por entrar, como la Turqu¨ªa de Erdogan o la Ucrania de Y¨²shenko. Saben, como supimos los espa?oles, que el camino para el ingreso y la pertenencia son el mejor instrumento para reforzar la democracia y el Estado de derecho y modernizar la econom¨ªa. Ahora bien, el Tratado Constitucional establece, por vez primera, la posibilidad de que un pa¨ªs se salga de la Uni¨®n, lo que no es imposible que le ocurra al sucesor de Blair si ¨¦ste pierde el refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n, que, al final, versar¨¢ sobre un s¨ª o no brit¨¢nico a Europa. La claridad en la defensa de unos valores recogidos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Uni¨®n es la expresi¨®n m¨¢s avanzada en el mundo en esta materia. Y aunque su ¨¢mbito de aplicaci¨®n se reduzca al Derecho de la Uni¨®n como tal, y no del nacional, ser¨¢ interesante ver si el Tribunal de Justicia vuelve a cumplir un papel expansivo al respecto. En todo caso, la Constituci¨®n recoge una dimensi¨®n de solidaridad nueva, no tanto a trav¨¦s de la cohesi¨®n (que contar¨¢ con menos dinero), sino de las cl¨¢usulas de ayuda y asistencia "con todos los medios" en caso de agresi¨®n armada contra un miembro en su territorio o con el compromiso de actuar "conjuntamente" ante un ataque terrorista o cat¨¢strofe natural.
Esta potencia transformativa no lo es s¨®lo por absorci¨®n, hacia adentro, sino tambi¨¦n hacia afuera. Con el art¨ªculo III.292.2 (est¨¢ lejos, pero vale la pena llegar a ¨¦l), la UE debe ser el ¨²nico sistema pol¨ªtico cuya Constituci¨®n recoge los valores que defender¨¢ en su pol¨ªtica exterior com¨²n, entre ellos "consolidar los principios del Derecho internacional", "apoyar el desarrollo sostenible (...) de los pa¨ªses en desarrollo, con el objetivo fundamental de erradicar la pobreza", o "promover un sistema internacional basado en una cooperaci¨®n multilateral s¨®lida y en una buena gobernanza mundial". Tales intenciones cobran mayor importancia ante el hecho de que el desarrollo de la Pol¨ªtica Exterior, de Seguridad y de Defensa Com¨²n -que a¨²n no es "¨²nica"- es uno de los ejes fundamentales de este Tratado. Pues el papel de Europa en el mundo crece, y su participaci¨®n en la gobernabilidad de la globalizaci¨®n nos interesa a todos los europeos. La plasmaci¨®n progresiva de una pol¨ªtica de defensa avanza en la pr¨¢ctica m¨¢s r¨¢pidamente de lo que se suele creer y la Constituci¨®n acierta en no centrar las obligaciones en el aumento del gasto, sino en las capacidades militares. La UE logra personalidad jur¨ªdica para actuar como tal en el mundo. En muchos aspectos ya lo ven¨ªa haciendo, pero es un paso importante para firmar acuerdos e influir en organismos internacionales y participar en esa deseada gobernanza de la globalizaci¨®n.
Hay muchas cosas mejorables, especialmente la embrollada arquitectura institucional. Pero lo que m¨¢s importa en este Tratado est¨¢ en su nombre: Constituci¨®n para Europa. Lo sea o no en propiedad, el hecho de que incorpore el vocablo "Constituci¨®n" era algo impensable cuando empez¨® este ejercicio. El para indica que a¨²n estamos en el camino, pues Europa es proceso, construcci¨®n. El mayor peligro, con las sucesivas ampliaciones, es perder el rumbo, o quedarse en microondas como una gran y comodona Suiza. Pero sin este Tratado que establece una Constituci¨®n para Europa nunca llegaremos a una Constituci¨®n de la Uni¨®n Europea. S¨ª. aortega@elpais.es
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